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Cambio de estafeta en la UIF

Soraya Pérez | Entre números
El cambio de estafeta en la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) no es menor después de las órdenes inédita emitidas por la Red de Control de Delitos Financieros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (FinCEN) a tres instituciones financieras mexicanas a finales de junio, y a unos pocos días de iniciar la 5ª evaluación de la GAFI, organismo que desarrolla y promueve políticas para combatir el lavado de activos y la financiación del terrorismo (ALD/CFT). Aquí la UIF es clave, pues es la encargada de liderar estos esfuerzos, y evitar que entremos en la famosa “lista gris” que identifica países con deficiencias en sus regímenes ALD/CFT.
En medio de este difícil escenario se despide Pablo Gómez Álvarez, a quien conozco desde la LXIV Legislatura Federal, en la que juntos impulsamos diversas iniciativas que, más allá de nuestras legítimas diferencias y puntos de vista, buscaban un mismo objetivo: fortalecer el marco jurídico para un México más justo y con menos corrupción. Desde este espacio le deseo éxito en su nueva encomienda.
Ahora, la llegada de Omar Reyes Colmenares representa una oportunidad y también una enorme responsabilidad. La coyuntura internacional coloca a México bajo una lupa especial. La cooperación bilateral con Estados Unidos en materia de inteligencia financiera se ha intensificado en los últimos años, y hoy más que nunca el vecino del norte está pendiente de cómo nuestro país previene y combate los flujos ilícitos que cruzan fronteras.
En la Unión de Instituciones Financieras Mexicanas (UNIFIMEX) entendemos bien la relevancia de la UIF, y nos consideramos socios estratégicos. Las entidades que representamos somos la primera línea de defensa contra los delitos financieros, y esto requiere, necesariamente, una relación de coordinación estrecha y transparente con la autoridad. Dos tareas deberán priorizarse bajo esta nueva dirección: 1) Fortalecer la capacidad técnica y operativa de esta institución y 2) Mejorar la coordinación y compartición de información.
En este último punto quisiera agregar más detalles. La Compartición público-privada debe ser más expedita, transparente y segura, para eso es urgente crear un marco legal y protocolos con herramientas tecnológicas para que la UIF pueda intercambiar información temprana y útil con bancos, fintechs, aseguradoras y actividades vulnerables, sin violar privacidad ni debido proceso. De la misma manera tenemos que llevar a otro nivel la Compartición privada-privada: promover modelos como el Financial Intelligence Sharing Partnership del Reino Unido, o el “Safe Harbor” que da la Ley Patriot en Estados Unidos, que permiten que las entidades financieras de esos países colaboren directamente entre ellas para identificar redes sospechosas, bajo autorización y supervisión de la UIF.
Justo para avanzar en la Compartición privada-privada estamos trabajando muy fuerte con nuestro asociado Círculo de Crédito para desarrollar una plataforma tecnológica de colaboración entre las instituciones financieras mexicanas que formamos parte. Esta herramienta permitirá intercambiar información crítica en tiempo real en materia ALD/CFT sin vulnerar la privacidad de los clientes, el secreto bancario ni la protección de datos personales. Estamos convencidos que éste y todos los esfuerzos que se realicen en este sentido, abonarán muy fuertemente para disminuir los riesgos de finanzas ilícitas en México, especialmente las usadas por los cárteles.
En UNIFIMEX creemos que este momento de transición es también una oportunidad para afianzar una relación institucional que, con visión y compromiso, puede convertirse en un verdadero modelo de coordinación. El reto es grande, pero también lo es nuestra determinación de proteger la integridad y estabilidad del sistema financiero mexicano y sus instituciones.

