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Volkswagen: pasado, presente y futuro
El futuro de Volkswagen es eléctrico y se está cocinado desde Wolfsburg, la ciudad donde este gigante automotriz dio sus primeros pasos.

Wolfsburg, Baja Sajonia, Alemania. Son varias las lecciones que ha dejado la historia de diferentes empresas que han sobrevivido a la expansión del ideal global, que pugna por el derrumbe de las barreras comerciales e culturales y de gustos de los consumidores. La historia nos ha dejado claro una y otra vez que sin unas raíces profundas, sin un carácter propio y un espíritu decidido, pocas veces se puede llegar a madurar una oferta de producto, un posicionamiento en el mercado o penetrar en las mentes de los consumidores con legítima permanencia.
Volkswagen (VW) es quizá el mejor ejemplo de que apegándose a las raíces se puede avanzar con pies firmes alrededor del mundo y para dar constancia de ello nos dio la oportunidad de conocer las instalaciones donde surgió su legado y donde siguen gestando sus mejores ideas y creando el futuro.
WOLFSBURG
Es una ciudad ubicada en el norte de Alemania, perteneciente al estado de Baja Sajonia, que fue fundada el 1 de junio de 1938 y que se perfiló y promovió como una de las precursoras de muchas tendencias de arquitectura urbana de la joven república federal de la capital germana. Poco después de su fundación, su evolución coyuntural quedó ligada íntimamente con la de Volkswagen.
El castillo, el cual en las versiones especiales denominadas Wolfsburg aparece como ícono fácilmente identificable, que dio nombre a la ciudad data del siglo XIII y a partir de 1961 forma parte del acervo cultural del municipio y desde entonces aloja el museo y la galería locales.
La planta de la armadora fue fundada en 1937 con la intención de fabricar el llamado Auto del pueblo, eso significa Volkswagen en alemán; sin embargo, dos años después la prioridad fue la producción de vehículos militares como el Kübelwagen y el Schwimmwagen. No fue sino hasta 1945, justo al terminar la Segunda Guerra Mundial, cuando la fábrica -seriamente dañada y que fue ocupada primero por los estadounidenses y luego por los británicos, quienes la rebautizaron como Wolfsburg Motor Works- inició el ensamble del Volkswagen civil bajo la supervisión de los aliados que ocuparon esa zona de Alemania.
Hasta 1949, el control de la ahora llamada Volkswagen Werke GmbH fue transferido al gobierno de la nueva República Federal de Alemania. Actualmente ocupa un área de 6 millones 500,000 metros cuadrados (se podría dar cabida al principado de Mónaco), la red de caminos que conectan las unidades de producción es de 75 kilómetros, con 70 kilómetros de vías ferroviarias adicionales. Con una fuerza laboral de 50,000 personas quienes participan en la fabricación de los modelos Volkswagen Golf, Golf Plus, Touran y Tiguan la planta absorbe en sus filas casi toda la población de la ciudad y otros tantos que llegan todos los días en tren desde Múnich u otras localidades cercanas. En el 2010 la producción anual total fue de casi 750,000 unidades.
EL AUTOSTADT
Se trata de un concepto temático ubicado cerca de las instalaciones de la fábrica de Volkswagen en Wolfsburg. Fue el primero en su tipo en el que no sólo se podía recoger en la misma planta un auto nuevo, sino que además comprende una serie de atracciones que amplían la experiencia del visitante, como un recorrido en el museo Zeithaus que tiene verdaderas joyas de la historia automotriz mundial que van más allá de las marcas que integran al grupo alemán. Aquí se pueden visitar pabellones temáticos de cada una de las marcas de Volkswagen Group, incluso se puede asistir a un espectáculo artístico multimedia llamado Movimientos, además de ir al cine, subirse a los simuladores, visitar las colecciones de arte, etcétera.
Fue inaugurado con motivo de la Expo 2000 y la superficie que ocupa es de más de 25 hectáreas. Uno de los principales atractivos son las dos torres de cristal en las que se acumulan los autos que van a ser entregados ese día a los clientes que han venido hasta la planta por ellos. Es una especie de panal, con un sistema totalmente automatizado en el que cabe el inventario de un día de entrega. Una vez que el cliente entrega las placas de su nuevo auto (Wolfsburg es el único municipio que puede expedir placas propias dentro del estado de Baja Sajonia), la ceremonia de entrega inicia en 90 minutos.
A TÍTULO PERSONAL
Han transcurrido varios años desde que escuché por primera vez la existencia de esta ciudad, supe de ella leyendo revistas de tecnología y mecánica que eran comunes en mi niñez y de ahí nació mi interés por visitarla algún día. Ese día llegó la semana pasada y mi impresión general superó mis expectativas. Wolfsburg es algo más que una localidad de amplia importancia industrial, es también el resultado de la pasión de mucha gente que trabaja ahí y que permea a las instalaciones de Volkswagen dentro y fuera de Alemania.
Incluso los directivos de Relaciones Públicas, Mercadotecnia y el mismo Director de la marca en México, quienes nos acompañaron en este viaje, mostraron en todo momento su ánimo por estar de nueva cuenta aquí. En las conversaciones con ellos, más que le espeten a uno un discurso mediado por la mercadotecnia institucionalizada desde sus oficinas, también se puede hablar de los fierros de cada modelo remembrado. No son directivos que se aprenden un discurso, son fanáticos de VW.
Y es esa mirada de inquietud infantil la que se proyecta en prácticamente todos los que trabajan aquí, quienes más que hacer su mejor trabajo se sienten ligados emocionalmente a la marca y sin empacho declaran cuál es su Volkswagen favorito, el cual generalmente está ligado a un momento determinado de su vida. Todos aceptan el pasado de la marca, viven con orgullo el presente y proponen para el futuro.