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Gestión

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Cinco cosas que no debes hacer después de renunciar a tu empleo

Sin importar la situación por la que abandonas ese lugar de trabajo, debes cuidar cómo irte adecuadamente.

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Elizabeth López Argueta

Uno de los momentos más críticos en toda carrera laboral es el momento de renunciar a un empleo, ya sea porque encontraste una nueva oportunidad de empleo, ya no te gusta la organización o tienes una causa de fuerza mayor que te impide continuar con tus labores.

Para algunos, puede ser un momento de alegría y alivio al estar en medio de una situación difícil, mientras que para otros, puede generar melancolía y algo de angustia porque se tiene mucho cariño a la empresa. Sin importar la situación por la que abandonas ese lugar de trabajo, debes cuidar cómo irte adecuadamente.

Cuando se renuncia, no solo se está dejando atrás un empleo, sino una etapa importante en tu vida, a compañeros, amigos que hayas hecho y relaciones que formaste y que cobraron importancia en tu vida, al igual que tu imagen y reputación, por lo que al retirarte, debes hacerlo en los mejores términos.

Desafortunadamente cuando una persona renuncia porque está cansada de la organización, no está a gusto o tuvo problemas con compañeros y líderes, al salir suele tener algunas actitudes que no lo posicionan de la mejor forma y que incluso, puede afectar su crecimiento en otra organización.

Por ello, si vas a renunciar, hay cinco cosas que no debes hacer y que a continuación te decimos:

Tomar una actitud negativa

Aunque ya te vayas, mantén tu comportamiento respetuoso y relajado, evita tener actives groseras o mal humoradas.

Si hay algo en tu finiquito o términos de tu salida con los que no estés de acuerdo, no pierdas la compostura y busca llegar a un arreglo, o de lo contrario, acude al Junta de Conciliación y Arbitraje o alguna estancia legal para resolver tu situación.

Hablar mal de la empresa

Puedes que ya no te gustara la empresa, que tuvieras problemas con tus jefes o simplemente algo te desagradaba, es algo que le ocurre a la mayoría de los empleados en alguna medida, pero sin importar la causa, no debes expresarte mal de la organización y mucho menos de las personas con quien trabajaste. Recuerda que esto habla más de tu integridad y ética que de lo que pudo pasarte en la empresa.

Si tuviste alguna situación crítica, lo mejor es que recurras a instancias legales.

Presumir en exceso tu nuevo empleo

Está bien decir que te vas a otro lado y contar acerca de ello, obviamente es algo que emociona a todos, pero hay que saber en qué medida y cómo hacerlo.

Una cosa es que reveles el siguiente paso que tomarás, cómo será tu nueva posición y lo que esperas obtener, y otra que uses eso para hacer sentir mal a tus ex jefes y compañeros, al buscar generar culpa o con otro fin.

No ser agradecido

A pesar de todo lo que haya podido pasar, esa empresa confío en ti y te dio una oportunidad de desempeñarte en tu campo laboral, te permitió crecer, aprender y llegar a nuevos caminos, por lo que debes estar agradecido por el tiempo que convivieron juntos.

Tal vez hubo momentos malos, en todos lados ocurren, pero lo importante es tener presentes aquellas lecciones aprendiste y que ahora, te permiten avanzar a otro camino. Por ello, al irte agradece a tus líderes, a quienes te dieron oportunidades y fueron tus aliados en el proyecto.

Expresarte mal en tus redes sociales

Aunque ya te fuiste, evita hacer comentarios negativos en tus redes sociales sobre lo que viviste o lanzar indirectas, aunque sean memes.

Elizabeth López Argueta

Coeditora El Empresario. Periodista especializada en temas de emprendimiento, management, cultura laboral, capitalismo consciente, liderazgo, economía circular y sustentabilidad.

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