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Capital Humano

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Carreras STEM, opción todavía alejada de las mujeres en México

Sólo 28 de cada 100 profesionistas que están en las áreas relacionadas con Ciencias, Tecnología, Ingeniería o Matemáticas en el país son mujeres.

Foto EE: Especial

La matrícula de las mujeres en carreras STEM tendría que duplicarse para cerrar la brecha con los hombres en esas áreas. Foto EE: Especial

Cada vez son más, pero aún nos faltan más mujeres en la Ciencia. Tal vez todos hemos escuchado de Katya Echazarreta, la primera mujer mexicana en llegar al espacio; estudió ingeniería eléctrica en la Universidad de California en Los Ángeles y trabajó como becaria en la NASA, donde participó en cinco misiones.

Hoy se encuentra detrás del proyecto para formar parte de la primera misión de latinos que irá al espacio y que busca impulsar la industria aeroespacial mexicana.

Ella es una de las 28 mujeres de cada 100 profesionistas de las áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería o Matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés) en nuestro país, de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

En unos años, Ángela Elena Olazarán Laureano será parte de esa estadística también. En la actualidad estudia Ingeniería en Tecnologías de la Información y Negocios Digitales, pero ya es un agente de cambio.

Cuenta que en su salón son 15 alumnos, de los cuales cinco son mujeres. “Esta es una realidad, quizá que todavía los lugares en esas áreas son limitados, nos enfrentamos a estereotipos de género, a que se piense que no somos buenas en matemáticas o que no tenemos la suficiente capacidad para estas carreras”.

Sin embargo, dice, las mujeres tienen mucho que aportar “a la ciencia, tecnología, las matemáticas y la ingeniería, además de ofrecer perspectivas diferentes de los problemas que enfrentamos”. 

Ángela refiere que las mujeres tienen fortaleza, habilidades y la capacidad de marcar la diferencia, pero deben comenzar por reconocer que pueden realizar grandes cosas; grandes aportes que sean reconocidos por todos.

Comenta que admira a Katya Echazarreta, porque dice que está impulsando a más niñas a integrarse a las carreras STEM. “Nos inspira, podemos ver cómo está fortaleciendo, impulsando a que más niñas estén en estas carreras, es un ejemplo de que podemos ser mujeres exitosas”.

Durante sus estudios en el Conalep, Ángela creó “Ixtlilton”, un asistente médico basado en Inteligencia Artificial controlado vía remota creado para la población de zonas rurales durante la pandemia de Covid-19, con lo que ganó The National Student Prize organizado por Movimiento STEM.

En 2024, se convirtió en la primera mujer de América Latina en ganar el Global Student Prize de Chegg.org y Varkey Foundation.

La estudiante de Ingeniería afirma que “las metas, los objetivos se cumplen, a las niñas y jóvenes sólo les puede decir que continúen adelante con sus sueños. Todo es posible”.

Modelos que impulsen a las niñas al área STEM

Para el IMCO, las causas de la falta de representación femenina en STEM comienzan desde la niñez.

“Estudios en el tema apuntan como principales barreras los estereotipos y normas de género, el ambiente en las clases de la infancia, la falta de modelos femeninos a seguir, la deficiencia de orientación vocacional y la influencia de compañeros, familia y docentes”, advierte.

Justo en el punto de la influencia de la familia es donde se teje la historia de Rosalinda Pérez Moreno, Data Center Sales Manager Spanish Latam de la empresa de diseño, fabricación y mantenimiento de tecnologías de infraestructura de TI Vertiv.

No le dijeron “es una carrera de hombres”

Para ella, la mayor influencia para estudiar ingeniería fue su papá. Rosalinda reconoce que al elegir carrera, ella estaba segura de ser ingeniera. “Yo no tenía ningún fundamento muy claro de por qué, salvo que yo veía en mi papá la imagen a seguir. Entonces yo dije, yo quiero ser ingeniera como mi papá”, cuenta.

Refiere que, en retrospectiva, lo más bonito de todo el tema fue que nadie le dijo “no, no lo hagas, es una carrera de hombres” o algo por el estilo.

“Yo estoy convencida de que no hay tantas mujeres dentro de la parte de tecnología, porque nosotros mismos desde el nicho familiar no les damos a las niñas esta ventana de saber que esto también existe, además de lo importante y trascendente que es este campo y lo bonito”, advierte.

Dice que desde siempre existen prejuicios sobre que las matemáticas son difíciles o complicadas, y por eso se van construyendo barreras que a la larga cuesta trabajo derribar.

Hoy Rosalinda también es agente de cambio porque ofrece pláticas a jóvenes donde les cuenta sobre su experiencia como ingeniera. Afirma que las mujeres ponen un toque muy especial en estas áreas consideradas para hombres.

Para ella, es fundamental que desde casa se fomente la confianza en que ellas pueden ser lo que quieran.

“Si ellas quieren ser ingenieras, si ellas quieren hacer una nueva inteligencia artificial, claro que lo pueden hacer, eso y mucho más. No limitar a nuestras pequeñas en casa, porque las barreras en realidad las tenemos nosotros. Ellas tienen un mundo por delante que conquistar”, considera.

Para alcanzar la proporción de hombres que se encuentran estudiando actualmente las carreras STEM, la matrícula de mujeres tendría que duplicarse. De ese tamaño es el reto, refiere el Instituto Mexicano para la Competitividad.

Periodista especializada en temas financieros y económicos; hoy también escribe sobre empleo, carrera, políticas laborales, salud mental en el trabajo, desarrollo profesional, marca personal.

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