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El Encuentro Nacional de Ensayistas: una constelación de temas
Fue un espacio destinado a la reflexión sobre el género, una muestra del horizonte ensayístico de nuestro país y una indagación del género en la que se tendieron puentes.

El ensayo es polimorfo. Constelación de temas y vínculo de tramas y estilos, el VII Encuentro Nacional de Ensayistas de Tierra Adentro, celebrado en la ciudad de Oaxaca del 12 al 14 de octubre, fue un espacio destinado a la reflexión sobre el género. Muestra del horizonte ensayístico de nuestro país, resultó una indagación del género en la que se tendieron puentes.
Quedó asumida la noción de tentativa como uno de los rasgos propios del ensayo. Se trató, como señaló Theodor W. Adorno en un texto titulado Caracterización de Walter Benjamin , de establecer constantemente aspectos nuevos de las cosas. Varios ensayos respondieron a la ejecución de un mecanismo narrativo. Las seis mesas del encuentro, en las que participaron autores de diversas regiones del país, fueron agrupadas alrededor de tres temas: el ensayo literario contemporáneo , el ensayo y las artes visuales y el ensayo y la cultura popular .
Mónica Nepote, directora editorial del Programa Cultural Tierra Adentro, tras moderar la primera mesa, generó una conversación sobre el tiempo que le corresponde al ensayo. En la inauguración, Jaime Moreno Villarreal leyó un ensayo lírico en función de la fotografía, en el que la luz fungía como protagonista.
Jezreel Salazar abordó, a través de lo cotidiano, un paraíso ajeno que, por unos días, le fue propio. Alonso Aguilar Orihuela ahondó en la obra y la vida de José Carlos Becerra y Daniel Orizaga estableció una galería de voces de jóvenes ensayistas y planteó al aeropuerto como un no lugar habitable, elaborando una estampa generacional.
Verónica Gerber Bicecci, a través de un tono personal, habló de la fotografía como posibilidad de mantener vivo un presente y de la inquietud de conservación. Marina Azahua propuso al ensayo como acción, adoptado por el arte contemporáneo, Aura Penélope Córdoba planteó una genealogía de los mapamundis como parte de un discurso cartográfico y Marco Lagunas leyó un ensayo, en clave kafkiana, sobre Francisco Toledo.
Jorge Flores-Oliver Blumpi defendió la calidad del cómic como forma de arte. Juan Pablo Anaya cuestionó qué ocurriría si un ovni apareciera en la pintura El caminante sobre el mar de nubes de Caspar David Friedrich, Erik Vázquez trató la sofisticación del arte culinario relacionada con la crueldad hacia los animales y Guillermo Espinosa Estrada enarboló un ensayo sobre la nostalgia a través de las sitcoms y las esquirlas del pasado.
Alejandro García Abreu exploró aspectos de la obra y la vida de Hemingway, Fitzgerald y Pavese. Saúl Hernández esbozó un viaje a Japón a través de la ausencia de fotografías y Elisa Corona habló del vértigo y sus metáforas.
Karla Olvera se refirió a los artistas sin obra ensayados por Jean-Yves Jouannais, Aisha Cruz Caba abordó los relatos del cineasta Michelangelo Antonioni e Ingrid Solana abordó al pintor Francis Bacon en una lectura a dos voces.
Fausto Alzati Fernández recordó sus lecturas sobre Robert Keppel, responsable de la detención y condena de asesinos seriales como Ted Bundy y Gary Ridgway. Romeo Tello A. reflexionó sobre las posibilidades del cover desde la literatura y Lorena Ventura armó un discurso académico sobre la metalepsis.
Durante la reunión, organizada por Conaculta a través de la Dirección General de Publicaciones, se entregó el Premio Nacional de Ensayo Joven José Vasconcelos 2011 a Karla Olvera por su libro "La música en un tranvía checo".