Almudena fue la alegría en Guadalajara

Almudena Grandes estaba feliz. De hecho, dijo, lo está siempre que viaja a Guadalajara para participar en la Feria Internacional del Libro.

Sin embargo, ayer estaba más feliz: su novela Inés y la alegría fue elegida como ganadora del Premio Sor Juana Inés de la Cruz, y Grandes estaba muy feliz porque por fin llegó la ceremonia de premiación.

Para que no hubiera ninguna duda de su absoluta felicidad, dijo nada más tomar la palabra:

Hoy no soy Almudena Grandes. Hoy soy Almudena y la alegría

La encargada de presentar a la protagonista de la noche fue Nubia Macías, directora de la FIL de Guadalajara. Calificó a Grandes como un portento de escritora y destacó la honestidad de su oficio literario.

Pero las palabras de Nubia quedaron cortas comparadas con las que, en su papel de representante del jurado, le dirigió Yolanda Arroyo a Almudena. Tiene una privilegiada capacidad para hablar a los mayores, pero también a los jóvenes. Tiene el poder de hacerme sentir hombre y mujer, grande y chica. Almudena me atrapa, Inés me venda los ojos. Me lleva de la alegría utópica a la alcanzada .

Y luego, la desbordante acta del jurado, donde se habla del libro de Grandes como una obra que desborda perfección narrativa, mezcla la investigación histórica con la reconstrucción, es una manera de subversión femenina que se va expandiendo .

Almudena Grandes recibió el premio de manos del rector de la Universidad de Guadalajara, Marco Cortés. Luego, al tomar la palabra habló de su felicidad. Y también de su oficio. Dijo que cuando escribe lo hace consciente de que es mujer, pero soy tan ambiciosa como los hombres .

Señaló que escribir es mirar al mundo, y uno cuenta el mundo según lo que ha visto . Hizo una invitación a los hombres:

Me formé leyendo Moby Dick, una novela donde la única hembra es una ballena asesina. Y así como yo me formé con ese libro, ojalá los hombres se asomen a los libros escritos por mujeres, ya que ellos pueden contarles su propia vida .

Finalmente, se refirió a Sor Juana Inés de la Cruz diciendo que, a pesar de estar condenada a una doble periferia social por ser mujer, y dentro de la iglesia por ser monja , consiguió crear una obra universal. Al final, dedicó el premio a su abuela, nacida en México. Y, como Inés, se dispuso a disfrutar de la alegría.

APR