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El mundo multipolar
Foto EE: Archivo
La multipolaridad se ha hecho evidente en las relaciones internacionales. Por un lado, Estados Unidos ha reconocido su fracaso en Afganistán y no quiere repetirla. Prefiere apoyar con armamento a sus aliados. Por otro lado, Rusia ha aprovechado el retiro norteamericano en zonas de conflicto y ha invadido Ucrania.
Ni Estados Unidos ni Rusia, dos polos en conflicto, han intentado abordar los problemas globales. El presidente Biden ha mostrado confusión y debilidad. Putin está envalentonado pero en ningún caso es un hombre irracional.
Falta la chispa que encienda las posibilidades de enfrentar los problemas geopolíticos y de inseguridad que amenazan con una guerra mayor. El secretario general de la ONU, que sería la figura adecuada, no quiere arriesgarse a un desprestigio mayor del que tiene. Actúa solo, marginalmente, como es su reciente intervención con los presidentes de Ucrania y Turquía para abordar el problema de la escasez alimentaria y el riesgo nuclear.
Mientras Estados Unidos toma distancia, Rusia alcanza un mayor protagonismo. Convocó a sus aliados en Venezuela, China, Irán, Bielorrusia, Uzbekistán, Argelia, Vietnam, Kazajistán, Mongolia, Armenia, entre otros, para hacer el espectáculo “juegos de guerra” en donde hay maniobras militares que pretenden mostrar el poder ruso.
Ahí el presidente Putin ofreció apoyar a sus aliados de América Latina, Asia y África. Señaló: “Rusia está dispuesta a ofrecer a sus aliados y socios el armamento más moderno, desde armas de fuego hasta blindados, artillería, aviación militar y drones de asalto (...) No se someten al llamado poder hegemónico. Sus lideres muestran auténtico carácter y no se subordinan a nadie”.
China, otra potencia mundial, ha hecho declaraciones de rechazo a la visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi. Taiwán está amenazado de ser absorbido por la República Popular China. Por décadas Estados Unidos se ha convertido en el mayor aliado de Taiwán y le ha proporcionado armamento sofisticado para defenderse de una eventual invasión china. También Taiwán es el más importante fabricante mundial de los chips electrónicos.
El mundo vive una tensión en donde cada potencia militar muestra su capacidad destructiva. Nada que ver con el esfuerzo que en otros momentos históricos mostraron los países líderes de realizar acuerdos de paz, temerosos de que el azar los rebasara.
La experiencia del desastre en Ucrania debería ser motivo de contención de una escalada mayor. Pero ha sido una distracción para no abordar los profundos problemas globales.