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¿Por qué la Reina Isabel II se vestía de colores?
No hubo un color que la Reina Isabel II no portara con sus tradicionales trajes sastres, la razón de su estilo no era sólo un tema de moda, también de estrategia.
Tras la sensible noticia del deceso de la Reina Isabel II a los 96 años de edad, se puede confirmar que no hubo un color que ella no portara con sus tradicionales trajes sastres.
La razón por la que siempre usó colores es por su estatura. Isabel II medía apenas un metro con setenta centímetros, por lo que su equipo de seguridad le pidió que usara colores llamativos y facilitara la tarea de ubicarla y localizarla entre las multitudes.
A pesar de su fuerte carácter –que se le hizo fama– en conjunto con su también travieso espíritu de niña, amante de los perros corgis, la reina más longeva eligió a un estilista de vestuario o stylist (como se le conoce en el mundo de la moda) que se adecuara a esta divertida forma de mostrarse al mundo.
Fue Stewart Parvin, el diseñador británico especialista en vestidos de novia de alta costura y que desde hace 11 años se unió al equipo de la reina para arreglarla desde el sombrero hasta las icónicas zapatillas negras de tacón cuadrado y cómodo que solía usar Isabel II. Stewart hizo clic con la ideología colorida que requería la reina.
Se dejó ser vestida de todos los colores posibles siempre y cuando se mantuviera el peculiar traje sastre compuesto por vestido y saco.
Usar falda y saco, la composición más común de los trajes sastres, era algo que la británica reina no le gustaba y con la conclusión de que se le moviera de lugar la falda en alguno de sus importantes eventos y ponerse incómoda con su vestimenta, fue que todos sus atuendos fueron vestido y saco especiales para la histórica mujer que estuvo 70 años al frente del reinado.