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Los niños perdidos del crimen organizado
Una combinación de cuento de hadas con la más salvaje de las violencias. Esto es el México de los niños dejados atrás
¿Para qué se inventaron los cuentos de hadas? Son historias que advierten algo, algún peligro. También son historias para aprender el lado épico de la vida cotidiana. Como dice Neil Gaiman parafraseando a G.K. Chesterton, la fantasía no sólo existe para decirnos que los dragones existen, sino que también pueden ser vencidos.
Vuelven, de Issa González, es un maravilloso ejercicio de fantasía en el que, sí, los dragones son vencidos, no sin antes vivir pérdidas terribles. ¿Dije fantasía? No se confundan, ésta es la vida real.
Estrella (Paola Lara) vive en un lugar destrozado por la violencia. No importa dónde, podría ser Ecatepec, Ciudad Juárez o la colonia Guerrero. Un día, después de una balacera en su escuela, Estrella regresa a su casa y no encuentra a su mamá.
Por un juego fantástico, Estrella tiene derecho a tres deseos así que gasta el primero rogando porque regrese su madre.
Y sí, mamá regresa pero no de la mejor manera. Es, de hecho, un fantasma que la persigue. Horrorizada, Estrella busca ayuda con la bandita de niños callejeros de su calle.
El líder es El Shine (Juan Ramón López), otro huérfano de la violencia. Shine tiene un botín nuevo: un celular y una pistola .45 con una serpiente en la cacha. Todo muy narco.
Shine y Estrella tendrán que unir fuerzas para enfrentarse al cártel local, los Huascas, quienes los dejaron sin familia.
Para sobrevivir, los niños se cuentan historias unos a otros. La favorita es la de los tigres: los tigres sobreviven porque no tienen miedo. Los tigres son reyes.
Los niños perdidos del crimen organizado reciben a Estrella con sospecha: las niñas son de mala suerte porque atraen a los Huascas. Sin embargo, gracias a cierta hazaña, Estrella se convierte en la Wendy de estos niños perdidos.
Al principio de la cinta, un texto en la pantalla nos informa que en los últimos diez años de narcoviolencia han muerto al menos 160,000 personas y desaparecido 50,000. Pero no hay un número (esos números tan vacíos y tan importantes) sobre los niños que dejaron atrás las víctimas.
Vuelven es una mezcla de cine de denuncia, fantasía, cuento de hadas e historia de la pérdida de la inocencia. Pero en las películas de niños que crecen lo normal es que la inocencia se vaya perdiendo gradualmente. No es el caso. Aquí desde el principio los niños saben que la muerte viene por ellos en cualquier segundo. Así como mataron a sus padres, sus hermanos, sus tíos.
Un hilo de sangre sigue a Estrella a donde quiera que vaya. Sólo vencer a los Huascas, quizá, la liberarán de él. La película cierra con un toque de esperanza, pero también de incertidumbre. ¿Qué será de los niños perdidos del narco?
Los tigres no tienen miedo.