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La esperanza de un mundo mejor
La historia de Joshua Levine explora a fondo los hechos históricos que dieron pie a la cinta de Christopher Nolan.
Antes de que Christopher Nolan filmará la cinta Dunkerque, el escritor Joshua Levine se dedicó a recolectar los testimonios de los sobrevivientes de aquel suceso histórico en donde más de 300,000 soldados ingleses (y algunos franceses y belgas) fueron rescatados de las playas de Dunkerque (Francia), rodeados por los nazis, en lo que parecía ser una masacre.
Levine entrevistó a rescatadores y rescatados, luego plasmó sus palabras en el libro Forgotten voices of Dunkirk (2011), que sirvió de base para la cinta de Nolan.
Ahora, en la víspera del estreno de la cinta, se publicó el libro Dunkerque, donde Levine cuenta de manera conmovedora los pormenores del conflicto, las bases sobre las que Nolan construyó el proyecto y las voces que expresan sus puntos de vista, así como las interpretaciones modernas y usos políticos de la memoria histórica.
Podría pensarse que la historia de Dunkerque es una episodio histórico que sólo le interesa al pueblo inglés; sin embargo, Levine lo deja muy claro: si el rescate de Dunkerque hubiera fracasado, es probable que Inglaterra se hubiera rendido y el resultado de la guerra hubiera sido otro. Situación que nos hace pensar en la novela de Philip K. Dick, The Man in the High Castle, donde se explora un escenario en el que Hitler gana la guerra y el mundo queda a merced del eje y del totalitarismo.
El libro abre con una entrevista de Levine a Nolan y su perspectiva con la que abordó la creación de la cinta: el rescate de Dunkerque debía tratarse como una historia de sobrevivencia y no como una cinta de guerra.
Nolan deseaba reflejar los diversos puntos de vista de los que estuvieron ahí, soldados que esperaban el regreso, asediados por la incertidumbre y los nazis, el enemigo invisible que se interponía entre ellos y su tierra natal. No era el mundo de las comunicaciones en el que vivimos hoy en día, así que cada soldado o grupo de soldados tenía, si bien le iba, un pedacito de información, pero en general, debía llenar los huecos con su imaginación.
Levine encuentra que existen muchos puntos de vista sobre los hechos, por parte de los mismos actores de la época: desde los soldados hasta los rescatistas, incluso aquellos que vivieron el regreso de los soldados a su suelo natal tienen recuerdos y percepciones que en ocasiones resultan contradictorias.
Los principales puntos en común son: primero, la situación de Dunkerque se originó debido a una campaña militar fallida, donde las fuerzas nazis obligaron a los aliados a replegarse. Segundo, que casi 400,000 soldados en la playa estuvieron a punto de morir debido a la poca profundidad de las playa, que hacía casi imposible que los buques rescataran a sus hombres. Y, tercero, la participación de civiles para llevar gente de la playa a los grandes buques militares y comerciales que los llevarían de regreso a casa.
Levine dedica parte del libro a platicarnos el contexto político de su país, la significación histórica y el manoseo político y comercial que se ha hecho del suceso, además de su interpretación, que a veces se utiliza como parte de la identidad inglesa (que también cambia según los intereses de la gente).
Sí, hay algo demasiado inglés en este pasaje de la historia. Sin embargo, Levine consigue engancharnos a través de las historias que recopila, historias trágicas, maravillosas y de terror, pero al final del día, Dunkerque representa la esperanza de un mundo mejor, ya sea a través de los mismos soldados y la posibilidad de que éstos siguieran peleando contra el fascismo o a través de los civiles que tripulaban las diferentes embarcaciones, quienes arriesgaron su vida por salvar a otro ser humano o a través de la solidaridad de los soldados que se sacrificaron porque la mayoría regresara con vida.