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Sector Financiero

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Cada peso perdido por fraude en México le cuesta 5 veces más a entidades financieras

Las instituciones tienen que desembolsar dinero para la investigación e invertir tiempo para evitar que sigan ocurriendo.

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Sebastian Estrada

Las instituciones financieras en América Latina enfrentan un desafío significativo debido al fraude.

En las transacciones digitales, las financieras asumen costos que superan el valor de lo perdido en transacciones fraudulentas, de acuerdo con un estudio realizado por LexisNexis Risk Solutions.

Este problema, aunque no es nuevo, genera una carga económica para las entidades. De acuerdo con lo indicado en el estudio “El verdadero costo del fraude en América Latina”, el fraude ha aumentado 54% del 2022 al 2023 para diversas entidades mexicanas.

En el caso de las instituciones financieras, el valor nominal de las transacciones fraudulentas tiene un costo promedio de 5.27 por cada peso perdido por fraude, por encima del que asumen los comercios minoristas que asciende a 3.24 veces el valor nominal de la transacción y en promedio el costo es de 4.08 veces el valor. 

Estos costos abarcaron las pérdidas financieras debidas al fraude, así como los gastos de mano de obra interna, costos externos, costos legales y las tarifas de recuperación, junto con los gastos asociados con el reemplazo o redistribución de la mercancía perdida o robada.

Para el caso de las entidades financieras, Rafael Costa Abreu, director de fraude e identidad para América Latina en LexisNexis Risk Solutions, explicó que este costo es superior al de los comercios debido a que generalmente las instituciones tienen que desembolsar para la investigación e invertir tiempo para evitar casos similares en el futuro.

“A estos costos, se añaden los de investigación, procesos, tecnología y pagos a clientes que fueron defraudados y que son caros de realizar. Además, se toma tiempo del personal, se toma efectivo de inversiones en investigación y más efectivo para pagar los costos del fraude a las víctimas”, señaló Abreu.

Riesgos en pagos

Por otra parte, el estudio apuntó que la rápida adopción de pagos digitales mejora las experiencias de pago; sin embargo, expone numerosos sistemas y canales a ataques de fraude más innovadores. Aunque Abreu explicó que en México existe medios de pago como el Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI), la penetración de los pagos digitales aún es baja en comparación con la región, en donde ya se implementan estrategias para reducir riesgos.

“La parte digital abre nuevas puertas a los defraudadores, vemos que hoy en día tenemos una gran cantidad de nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial (IA), por ejemplo, que puede ayudar a las empresas a monitorear mejor. Por otra parte, los defraudadores con herramientas de IA no es necesario que conozcan sobre programación para idear ataques o fraudes”, indicó Abreu.

El reporte señaló que los canales digitales representan 51% de las pérdidas totales por fraude, superando al fraude físico, debido a que los ciberdelincuentes aprovechan el anonimato de las transacciones digitales transfronterizas para ejecutar fraudes rápidos y difíciles de rastrear.

Además, el aumento de las estafas y el uso de IA amplía la capacidad de los ciberdelincuentes para explotar tanto a los consumidores como a las empresas.

“No hay una única solución que va a ayudar con todos los problemas, se deben de crear procesos más fuertes, es necesario conocer bien los patrones del comportamiento de sus clientes y conocer cuáles son los patrones de los defraudadores”, señaló Abreu.

sebastian.estrada@eleconomista.mx

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