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Sin rastro del cuerpo de Hugo
La activista de Alto al Secuestro informó que encontraron una bolsa, pero no había ningún resto óseo en ella.
Isabel Miranda de Wallace precisó ayer que no se ha encontrado ningún resto óseo en las excavaciones de los sitios en los que Jacobo Tagle Dobín dijo habrían sido arrojados los restos de su hijo, Hugo Alberto Wallace Miranda; sin embargo, adelantó que no abandona la esperanza de encontrarlos.
Luego de participar por cuarto día consecutivo en la búsqueda de los restos de su hijo, cumpliendo con las diligencias que aplican las procuradurías General de la República (PGR), General de Justicia del Estado de México (PGJEM) y General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), la activista comentó: Lamentablemente no hay ningún resto en la bolsa encontrada y que supuestamente coincidía con lo descrito por Tagle Dobín , este último uno de los seis involucrados en los hechos delictivos del 2005.
Entrevistada vía telefónica, la Presidenta de Alto al Secuestro, enfatizó: Efectivamente se encontró una bolsa de plástico transparente, cubierta a su vez con cinta canela, pero en la misma no se encontraron restos, no se encontró un solo hueso .
La PGR tiene la custodia de Jacobo Tagle, de acuerdo con las facultades que aplicó el Agente del Ministerio Público Federal por delitos de delincuencia organizada, que es lo que le permite mantener retenido sin violentar ninguna ley, plazo que puede extenderse hasta el próximo viernes.
La bolsa, así como el lugar coinciden con lo descrito y señalado por Jacobo y César Freyre Morales -expolicía-, pero por desgracia estaba vacía, sin un resto dentro de la misma , reiteró.
La búsqueda de los restos de Hugo Alberto Wallace Miranda -secuestrado y privado de la vida el 11 de julio del 2005- se realizó en las calles Tezhuilo y Canal de Hierbabuena, Barrio 18 en Xochimilco, sin que hubiera éxito. Empero la luchadora social comentó: No abandonaré la búsqueda de los restos de mi hijo Hugo Alberto, por lo que pido a las autoridades no abandonen el caso .
rtorres@eleconomista.com.mx