Lectura 3:00 min
No todo en la vida es un negocio: Luis Wertman
Con una sencilla pregunta, el empresario Luis Wertman Zaslav se convenció de dejar su vida como empresario y dedicarse a un trabajo donde no recibiría más paga que saberse factor de cambios reales en la sociedad.
Con una sencilla pregunta, el empresario Luis Wertman Zaslav se convenció de dejar su vida como empresario y dedicarse a un trabajo donde no recibiría más paga que saberse factor de cambios reales en la sociedad.
Desde la terraza de su oficina en la Zona Rosa de la capital, el ahora presidente del Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia del DF (CCSPyPJ) cargo que ocupará hasta el 2012, narra a El Economista cómo una sencilla pregunta lo hizo reflexionar y lo convenció de tomarse un año sabático y hacer labor social.
¿Que todo en esta vida tiene que ser negocio? Si tanto hablamos de que queremos ser factor de cambio, esta es la oportunidad de demostrar si podemos o no podemos , con estas palabras, otro empresario (y su antecesor en el cargo) Meyer Klip, convenció a su amigo de integrarse a las filas de lo que sería el Consejo Ciudadano.
Wertman aceptó y consideró que, después del éxito económico que había logrado, era momento de retribuir un poco a la sociedad.
En 1981, Wertman Zaslav inició varias empresas del rubro textil, una de materias primas (fibras sintéticas) y otras compañías dedicadas a proveer de refacciones para maquinaria textil. Sin embargo fue en el 2000 cuando empezó a venderlas a empresarios canadienses y americanos. En el 2006, las transacciones estaban liquidadas y era tiempo de empezar a buscar a qué dedicarse. Fue entonces cuando la invitación de Meyer Klip llegó. Aunque al principio se desconcertaron ante la noticia, su familia lo entendió, incluso ahora lo ayudan en lo que pueden.
De la propuesta a la acción
Lo que iba a ser un año sabático, se han convertido en tres que le han dejado grandes satisfacciones, que aunque no se pueden medir tan fríamente como las ganancias de un negocio, han sido mayores que las que le dio ser un hombre de negocios.
¿Qué le ha dejado mayores satisfacciones: su vida de empresario o el trabajo en el Consejo?
Definitivamente las satisfacciones que he tenido aquí (en el Consejo) no son comparables a las de un negocio (...) Cuando ves que vidas cambian es una gran satisfacción, cuando ves que tú estas contribuyendo a que eso cambie y que cambie para bien, es ese grito silencioso en el que dices: ¡Ey, si se puede!
Eso te motiva y te vas enamorando mucho más del país, la ciudad en que vivimos y la sociedad en la que estamos.
Considera que es nuestra obligación y responsabilidad el mantener y mejorar la seguridad de la sociedad; además, este trabajo debe involucrar a niños, jóvenes y adultos, ya que es parte de nuestra responsabilidad vivir bien y tranquilos.
¿Qué tan dispuesto esta el sector empresarial en participar y apoyar las labores del Consejo?
Mi experiencia ha sido buena con muchísima gente. Sí, a veces te llegas a topar, aunque son las excepciones con empresarios o compañías que piensan que eso (el donar) no está dentro de su responsabilidad como empresa o como personas. Ahí es donde tratas de hacer una labor de entendimiento, más que de convencimiento, sobre por qué sí son nuestras responsabilidades.
Aunque aún le resta un buen tiempo al frente del Consejo, no descarta regresar a su actividad empresarial al término de su periodo, pero nunca dejando el compromiso de participar , pues éste ha sido el mejor trabajo que ha desempeñado.
lpadilla@eleconomista.com.mx