México, palabra del coraje

Como pocas ocasiones el nombre de México genera tantas reacciones. Hoy, al pronunciarlo, salen lágrimas de orgullo, de un coraje que burla el cansancio, el hambre y la sed de rescatistas, médicos y voluntarios.

Los ojos se enrojecen naturalmente después de 10 horas de estar expuestos al polvo, a los escombros que dejó lo que hasta hace algunas horas era una fábrica textil en la colonia Obrera de la Ciudad de México, pero sólo se hacen chiquitos, tiemblan y generan algunos surcos de lágrimas al pronunciar México .

Así lo muestra Gerardo, un voluntario que llegó desde la 1 de la mañana de este miércoles, y quien también narra que no dejará de trabajar hasta que su cuerpo lo permita, porque afirma, se necesita ; cuando llega a estas palabras la voz no aguanta más y comienza a quebrarse, da orgullo ser parte de esto , añade, sus ojos entonces se enrojecen aún más, el orgullo que rodea la afirmación no encuentra otra forma de salir sino hasta que una lágrima lo encarna. Rápidamente Gerardo la detiene con la mano derecha y cambia el tema.

El joven rescatista, entrado en los veinte, explica que no hay un sistema de relevos por el momento, cada uno de los voluntarios que están trabajando por sacar a algunas de las personas que se encuentran atrapadas en la fábrica textil deciden por sí mismos decir hasta aquí.

Muchos se sientan, toman agua, comen y siguen , otros, los menos, asevera Gerardo, se van. Cuando termina de decir esto, interrumpe la entrevista y empieza a alertar a decenas de personas congregadas en torno a la zona que hay suficientes voluntarios, lo que no hay grita son herramientas; palas, picos, martillos, cascos, guantes, barretas y demás material para excavar.

Se necesita personal en el Sur, vayan hacia el Sur, ahí se necesitan voluntarios, aquí somos muchos, si nos pueden ayudar trayendo herramientas es lo mejor , señala.

Por la parte de atrás, sobre la avenida Fray Servando, en una cancha de futbol rápido, se ha dispuesto un centro de acopio, uno médico y una zona de descanso para los voluntarios.

Aquí se encuentra el doctor Juan Paulino Pacheco, que ha permanecido desde las 7 de la mañana en el área de atención médica, en donde dice escasea el suero que se vuelve imprescindible con el calor y el esfuerzo de los rescatistas. Se nos agotó el suero, ahorita la gente que viene a visitar, de buena voluntad nos pregunta qué más le hace falta; suero, hace falta, tenemos medicamentos, no decimos que nos dejen de traer, pero lo que más necesitamos es eso .

El médico, egresado de la UNAM, asevera que se han atendido a muchos voluntarios que se encuentran en las labores de rescate por irritación de ojos y hasta fracturas ocasionadas por las labores de rescate.

Al preguntarle sobre su percepción del apoyo de la gente, el sentimiento aflora, las lágrimas lo toman y la voz, como con Gerardo, se quiebra. Esto es México .

El sentimiento se hace más evidente cuando relata que niños han acudido al rescate de las personas atrapadas, pequeños que se han lastimado; por qué nosotros que somos médicos no vamos a apoyar, eso es lo bonito, es lo que nos debe mover y cambiar , dice.

Aprieta los dientes y las manos al decir que por qué se van a cansar si los médicos de su generación están acostumbrados a tomar dos o tres guardias y no protestábamos, si aquí me quedo hoy y mañana, no hay problema .

Sus ojos, que demuestran ya algo de cansancio, lagrimean una vez más al expresar su agradecimiento con las personas, ¿quién nos dio la educación?, el pueblo no duda en afirmar y para eso debemos de vivir".

El ánimo, se cansa por ocasiones, cuando los cuerpos de las personas se encuentran sin vida, aunque no lo demuestran los rescatistas y los voluntarios, quienes siguen sin pensar las labores.

hector.molina@eleconomista.mx