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Opinión

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¿Qué queremos realmente?

El inicio de el segundo mandato de Donald Trump al frente del gobierno de Estados Unidos va a marcar un antes y un después en la relación bilateral con México. Aunque se ha especulado mucho que las acciones que hará Donald Trump en esta ocasión no serán tan diferentes de las que realizó durante su primer mandato, eso no quiere decir que la misma dinámica bilateral se repetirá, y mucho menos, que tendremos los mismos resultados que la primera vez.

Existen varias razones para ello. Primero, el contexto político de México y de Estados Unidos es muy diferente en 2025 comparado al de 2017. Segundo, la legitimidad con la que Trump asume su segundo mandato es incuestionable, a diferencia de su primera elección.Tercero, las condiciones económicas de México también son diametralmente opuestas en 2025 a lo que existía en 2017.

Desde mi perspectiva, lo más relevante en este Trump 2.0 es que ahora no tenemos duda que todos los temas de la relación bilteral – comercio, seguridad, migración, política en materia de drogas y hasta los nombres de los territorios y mares que compartimos - están relacionados y agrupados bajo un mismo techo, y que para Trump no existe ningún reparo en vincular acciones en estos temas, aunque en principio no haya mucha relación entre ellos, si el hacerlo le ayudará a obtener un objetivo político para su narrativa.

Posiblemente este cambio en la relación bilateral era inevitable, dado los modos del presidente Trump. Independientemente, me parece que desde la prespectiva nacional debemos pensar con mucha seriedad cuál sería la demanda mexicana hacia Washington por atender y apoyar a Estados Unidos en estos temas cruzados. Es decir, si ahora ya todo es posible, porque todo está dentro de la misma canasta, ¿se vale entonces que México pida a Estados Unidos miles de millones de dólares para invertir en el sureste del país, a cambio de nuestra ayuda en el tema migratorio? ¿Oserá que podemos exigir que México sea automáticamente elegible para los subsidios que el Congreso estadounidense ha aprobado para promover ciertas industrias de alta tecnología?

No creo que la pregunta sea de ninguna manera retórica. Me parece que por el contrario, si queremos que efectivamente la relación con Estados Unidos evolucione de ser simplemente socios comerciales, para convertirnos en aliados estratégicos, que ahora nos apoyemos en temas que previamente habían estado fuera de los límites de la cooperación en el pasado, entonces lo mínimo que tenemos que hacer en Méxicoes tener claro qué vamos a pedir a cambio, y actuar en consecuencia.

Este ejercicio puede tener otros beneficions tangenciales, como es ordenar nuestros objetivos diplomáticos y definir nuestro lugar en el mundo. En múltiples ocasiones he escuchado debates que sugieren que nuestro país puede, al mismo tiempo, ser socio de Estados Unidos, y líder de América Latina, aliado ideológico de Cuba y Venezuela, receptor de inversiones chinas y portavoz destacado del Sur Global. Personalmente, creo que es muy difícil reconcilar todos estos objetivos y avatares de manera simultánea, más aún cuando el esquema de instituciones multilaterales que ha privado desde hace décadas se desmorona ante el realpolitik de las relaciones internacionales.

No estoy argumentando que debamos darle la espalda al mundo. Tampoco estoy diciendo que desde ahora seamos un país satélite de Washington, sin política exterior independiente. Mi punto simplemente es que vale la pena refleccionar si, después de una integración acelerada en las últimas tres décadas a partir del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), no estaremos ya en un instante en donde la madurez de nuestra relación nos obliga a aumentar el compromiso y dedicación que tenemos hacia América del Norte.

A final de cuentas, esto sería totalmente congruente con lo que hemos venido escuchando desde hace décadas – que la región norteamericana es nuestro hogar, nuestra vocación y que el futuro que tendránMéxico y Estados Unidos, nos guste o no, será irremediablemente compartido.

El autor es profesor investigador de la Universidad Panamericana; previamente, colaboró por veinte años en el gobierno federal en temas de negociaciones comerciales internacionales.

X: @JCBakerMX

Juan Carlos Baker es académico de la Universidad Panamericana. Durante veinte años trabajó en la Secretaría de Economía, en la Subsecretaría de Negociaciones Comerciales Internacionales, de la que fue titular entre 2016 y 2018.

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