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Opinión

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Pemex, catástrofe financiera y operativa, privatizarla o liquidarla

Gabriel Quadri de la Torre

Pemex es un fardo insostenible para el Estado Mexicano y para la economía nacional. El régimen actual ha terminado de “rescatarlo” hundiéndolo más allá del fondo, en una implosión financiera y operativa difícilmente concebibles. Las cifras de desempeño de Pemex son escalofriantes de acuerdo al último Reporte Trimestral de sus subsidiarias más importantes: Pemex Exploración y Producción (PEP) a cargo de la producción de hidrocarburos, y Pemex Transformación Industrial (Pemex TRI), a cargo, básicamente, de refinación y petroquímica. PEP ha tenido pérdidas netas desde 2019 acumuladas por 309 mil millones de pesos (mmdp). Esto, a pesar de reducciones enormes en el pago de derechos a través del DUC (Derecho de Utilidad Compartida) que el régimen actual disminuyó de 65% a 30% entre 2018 y 2024 (aunque ahora le llaman jocosamente – es el mejor adverbio posible – “Derecho Petrolero para el Bienestar”). PEP está quebrado con un patrimonio negativo (activos – pasivos) de – 517,000 millones de pesos (mmdp). Por su parte, la producción de crudo se desplomó 10% en el IV Trimestre de 2024 con respecto al mismo periodo de 2023, a apenas 1.6 millones de barriles diarios (mdbd). En contraste, en 2004, PEP produjo 3.4 mdbd, y 1.8 mdbd en 2018. No se ha compensado la declinación de Cantarell, por incapacidad técnica, tecnológica, financiera y logística. En PEP, entre 2022 y 2024, el rendimiento de operación cayó 47%. Pemex TRI es de escándalo. Entre 2019 y 2024 aumentó 80% la generación de combustóleo en las refinerías (residuo de la refinación, altamente contaminante con cada vez menos mercado), produciéndose proporcionalmente menos gasolinas, diésel y turbosina. El combustóleo hoy representa la tercera parte de la producción total. El costo de los productos refinados es más del doble que los ingresos obtenidos por ventas. Pemex TRI pierde ¡42 USD! por cada barril de petróleo refinado, y sus pérdidas netas en 2024 fueron de 585 mmdp, mientras que las pérdidas acumuladas entre 2019 y 2024 alcanzan la cifra descomunal de casi ¡1.4 billones de pesos! Lo que supera con amplitud a todo el gasto público en educación o en salud en 2024. Desde luego, Pemex TRI está brutalmente quebrada, con un patrimonio negativo de 1.5 billones de pesos.

De manera integrada, Pemex en su conjunto, pierde 19 USD por cada barril extraído del subsuelo y procesado en sus refinerías, algo insólito para una empresa petrolera. La renta petrolera transferida al Estado en forma de derechos e impuestos se desplomó 62% entre 2022 y 2024. Pemex apenas aportó al Estado en derechos e impuestos 130 mmdp en 2024. Pemex, entre 2019 y 2024, registró pérdidas acumuladas netas por ¡1.6 billones de pesos! las cuales se explican en gran medida por las pérdidas colosales en refinación. Además de lo que ha perdido la Nación por la reducción en los impuestos y derechos que paga Pemex como es el DUC, Pemex le ha costado al erario más de un billón de pesos en aportaciones de capital entre 2019 y 2024 para “fortalecerlo” y “rescatar” la “soberanía”. Esto, además de los casi 500 mmdp que se han despilfarrado para la construcción de la delirante refinería de Dos Bocas, cuyo costo inicial estimado se ha multiplicado más de tres veces. ¿Soberanía? México importa el 75% del gas natural (metano) de Estados Unidos, indispensable en generación de electricidad e industria. Pemex produce cada vez menos gas y derrocha aproximadamente el 10% quemándolo o venteándolo en la atmósfera, siendo un potente gas de efecto invernadero. Pemex está abismalmente quebrada; igual que sus subsidiarias, su patrimonio es negativo de – 1.9 billones de pesos, a lo cual contribuye en gran medida el patrimonio negativo de Pemex TRI. Por otro lado, los pasivos de Pemex superan los 4.2 billones de pesos (¡12% del PIB!), de los cuales, los pasivos de corto plazo van más allá de 1.2 billones de pesos, lo que pone en jaque a las finanzas públicas por el oneroso servicio de la deuda. Pemex es la empresa más endeudada del mundo. Algo más con graves consecuencias operativas, económicas y sociales, es el disparo astronómico de la deuda con proveedores, de aproximadamente 500 mmdp, que ha arruinado a innumerables empresas contratistas, y a miles de trabajadores.

La situación de Pemex es catastrófica e insostenible. La empresa, en su totalidad, debe privatizarse o liquidarse, abrirse plenamente el sector de hidrocarburos a la inversión privada y a la competencia, y, si acaso, mantener una empresa pública relativamente pequeña y competitiva en exploración y producción. Deben liquidarse o privatizarse todas las refinerías y petroquímicas de Pemex TRI. Los hidrocarburos son propiedad de la Nación, y el Estado está obligado a obtener de ellos el mayor rendimiento posible. El Estado recibiría una mucho mayor renta petrolera a base de impuestos, derechos, y regalías pagadas por empresas privadas, sin comprometer ni un peso del erario. “Rescatar” a Pemex es sólo una quimera ideológica, y una muletilla retórica, además de ser virtualmente imposible para las finanzas públicas.

Gabriel Quadri de la Torre

Político, ecologista liberal e investigador mexicano, ha fungido como funcionario público y activista en el sector privado. Fue candidato del partido Nueva Alianza a Presidente de México en las elecciones de 2012.

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