Lectura 6:00 min
Una industria con identidad propia: La necesidad de una Cámara Nacional de Dispositivos Médicos

Oscar Flores
En la dinámica del sector salud en México, la industria de los dispositivos médicos ha sido tradicionalmente vista como una extensión de la industria farmacéutica. Sin embargo, en un entorno donde la especialización es clave para la competitividad global, se vuelve cada vez más evidente la necesidad de que este sector cuente con su propia representación: una Cámara Nacional de Dispositivos Médicos (CANADIM) que le permita consolidar su voz, generar políticas públicas diferenciadas y promover su crecimiento bajo una lógica alineada con los objetivos de desarrollo económico de México.
El sector de dispositivos médicos engloba una diversidad de productos que van desde la imagenología avanzada, consumibles, auxiliares de diagnóstico, material de curación, hasta software y plataformas digitales diseñadas para mejorar la eficiencia de los sistemas de salud a nivel global. A diferencia de la industria farmacéutica, cuya principal actividad gira en torno a la investigación y desarrollo de fármacos, la industria de dispositivos médicos está intrínsecamente ligada a la ingeniería biomédica, la tecnología digital y la manufactura de alta precisión.
Sin una estructura independiente, este sector ha operado acompañada de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (CANIFARMA), este es un esfuerzo muy loable, pero tiene limitaciones en su representación y en la capacidad de incidir en políticas públicas específicas al tener que priorizar las necesidades de sectores tan especializados. Mientras los medicamentos responden a regulaciones centradas en bioequivalencias, principios activos y ciclos de desarrollo prolongados, los dispositivos médicos requieren marcos normativos y regulatorios distintos, con procesos de innovación más ágiles y una constante actualización tecnológica. Es aquí donde la creación de CANADIM se convierte en una necesidad estratégica.
El Plan México, presentado por la administración actual, establece como pilares fundamentales la inversión productiva, el desarrollo de infraestructura y el fortalecimiento de la industria nacional. La industria de dispositivos médicos es un aliado natural en esta estrategia. De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía, México es el principal exportador de dispositivos médicos en América Latina y el octavo a nivel mundial, con un mercado que supera los 15,000 millones de dólares anuales.
Este sector tiene el potencial de convertirse en un referente del sector salud en materia de atracción de inversión extranjera directa (IED). Empresas líderes en imagenología, prótesis, software médico y dispositivos de monitoreo han identificado a México como un hub manufacturero y de innovación. Sin embargo, para consolidar este liderazgo, es imperativo un organismo que canalice los esfuerzos del sector y promueva la creación de un entorno competitivo.
Uno de los mayores beneficios de contar con una Cámara Nacional de Dispositivos Médicos es la posibilidad de articular un ecosistema industrial que integre a proveedores, fabricantes y distribuidores bajo un modelo de clústeres especializados. La creación de corredores industriales en estados estratégicos como Nuevo León, Jalisco y el Estado de México podría detonar el crecimiento del sector, generando empleos altamente especializados y promoviendo la transferencia de tecnología.
Además, la industria de dispositivos médicos es un candidato ideal para el desarrollo de modelos de economía circular. La gestión de residuos hospitalarios, la reutilización de ciertos componentes y la optimización de insumos a lo largo de la cadena productiva pueden ser integrados en un marco de sustentabilidad que no solo beneficie a las empresas, sino que también reduzca el impacto ambiental del sector salud.
Desde la perspectiva regulatoria, una CANADIM permitiría trabajar de manera coordinada con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) en la creación de normativas específicas que agilicen los procesos de registro y certificación de dispositivos médicos sin comprometer la seguridad del paciente. Actualmente, la homologación con estándares internacionales como los de la FDA y la Unión Europea representa un desafío burocrático que puede ser optimizado mediante un trabajo conjunto entre la industria y las autoridades.
Además, el desarrollo de una política pública diferenciada permitiría incentivar la producción nacional de dispositivos médicos de alto valor agregado, disminuyendo la dependencia de importaciones y fortaleciendo las capacidades del país en sectores estratégicos como la telemedicina, la inteligencia artificial aplicada a la salud y los dispositivos de monitoreo remoto.
México tiene la oportunidad de posicionarse como un líder en la manufactura y desarrollo de dispositivos médicos, no solo para abastecer el mercado interno, sino también para convertirse en un exportador clave hacia América Latina, Estados Unidos y Europa. Sin embargo, para lograrlo, es fundamental que el sector cuente con una representación propia que impulse su competitividad y garantice un entorno de crecimiento sostenible.
La creación de la Cámara Nacional de Dispositivos Médicos no solo responde a una necesidad de organización sectorial, sino que representa una oportunidad estratégica para alinear los esfuerzos de la industria con los objetivos del Plan México. Desde la atracción de inversión hasta la generación de empleos y el fortalecimiento de la economía circular, este sector tiene el potencial de convertirse en un pilar clave para la salud y el desarrollo económico del país.
Es momento de reconocer que la industria de dispositivos médicos necesita su propia voz. La consolidación de CANADIM marcaría el inicio de una nueva etapa para un sector que, con el respaldo adecuado, puede posicionar a México como un referente global en tecnología y salud.
Hoy cierro con una frase de que refleja la visión de un servidor con relación a estos temas: “"El avance de los sectores industriales estratégicos no solo demanda inversión, sino también una coordinación ágil entre políticas públicas, innovación tecnológica y el fortalecimiento de las cadenas de valor locales para asegurar la competitividad global de México."
*El autor cuenta con 25 años de experiencia en el sector de la salud en México y Latinoamérica, es socio fundador de una consultoría enfocada en el análisis de las políticas públicas en salud, salud digital y sostenibilidad.