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El despropósito de corregir el déficit comercial automotriz de Estados Unidos

Opinión
De acuerdo con información del Departamento de Comercio de Estados Unidos, su déficit comercial con México fue 171.8 mil millones de dólares en 2024, lo cual representó un incremento de 12.7% con respecto a 2023. Aproximadamente un 80% de este déficit es explicado por el saldo comercial de productos automotrices entre estos dos países, el cual resultó 137.8 mil millones de dólares a favor de México. Este superávit representa un máximo histórico para México y es más de dos veces mayor al registrado en 2014. Los siguientes dos países con los que Estados Unidos tienen un significativo saldo negativo en su balanza de productos automotrices son Japón y Corea del Sur con 53.0 mil millones de dólares y 46.8 mil millones de dólares, respectivamente.
El arancel de 25% que impondrá Estados Unidos a vehículos automotrices (a partir del 3 de abril) y autopartes (a más tardar el 3 de mayo) tendrá un impacto adverso sobre la industria automotriz a escala global. Ello debido a que las compañías automotrices tendrán que incrementar la producción en los Estados Unidos, reducir costos o aumentar precios. Para los vehículos que cumplan con las reglas del T-MEC, el arancel se aplicará únicamente al contenido que no sea estadounidense. En el caso de México, 35.9% de las exportaciones que tienen como destino Estados Unidos son automotrices y equivalen a 9.8% del PIB. El valor agregado estadounidense en estas exportaciones es 18%, por lo que en promedio el arancel aplicará a 82% del valor del vehículo importado desde México.
General Motors, Ford, Honda, Stellantis y Nissan se encuentran entre las compañías automotrices más expuestas al arancel de 25% debido a que un importante porcentaje de sus ventas globales de unidades se realiza en Estados Unidos con vehículos ensamblados en México o Canadá. De acuerdo con información del artículo “How the car industry is exposed to Donald Trump’s tariffs” del Financial Times, el porcentaje de unidades globales vendidas en Estados Unidos y que son ensambladas en México o Canadá es 18.3%, 12.8%, 11.9%, 10.0% y 9.4%, respectivamente. Si bien estas compañías producen en Estados Unidos más del 50% de las unidades vendidas en ese país, la capacidad ociosa que dispongan en los Estados Unidos será clave para la absorción del impacto financiero del arancel de 25%.
El comunicado de la Casa Blanca sobre la imposición del arancel de 25% a vehículos automotrices y autopartes menciona que esta medida le permitirá a los Estados Unidos mantener su base industrial al proteger y fortalecer al sector automotriz de ese país. Evidentemente esta protección vendrá con un mayor costo de producción ya que los salarios manufactureros en México son aproximadamente 15% de los correspondientes en Estados Unidos. Asimismo, no está claro que esta potencial pérdida de competitividad regional vaya a fortalecer al sector automotriz de Estados Unidos en el mediano y largo plazo.
El arancel de 25% a las importaciones automotrices de Estados Unidos busca corregir un déficit comercial con México que en principio no tiene sentido hacerlo. Por un lado, es un reflejo de la integración vertical en las cadenas globales de valor donde México se convierte en suministrador de autopartes (43% de estas importaciones provienen de México) para la industria automotriz estadounidense. Por otro lado, los vehículos ensamblados en México o Estados Unidos con contenido mexicano podrían tener como destino otros mercados de consumo fuera de Estados Unidos.
Indudablemente, Estados Unidos y México resentirán los efectos económicos del arancel de 25%. La incertidumbre sobre la duración de este arancel afectará no solamente la inversión sino que también desintegrará algunas de las cadenas globales de valor.