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Opinión

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¿A color o blanco y negro?

Guillermo González Camarena, inventor que le regaló al mundo la televisión a color.

Guillermo González Camarena, inventor que le regaló al mundo la televisión a color.Foto EE: Especial

Febrero, dicen, es el mes del amor y siempre se dicen las mismas cosas. Los tonos varían según el humor, la intención, el grado de sentimentalismo y hasta el nivel escolar de quien lo expresa. La literatura lo atestigua y resulta excelente que existan escritos sobre lo que no puede decirse con justeza ni explicarse con todo fundamento. El amor, pues, es el gran tema. No sólo de las novelas sino de la vida misma. Sin embargo, lector querido, todo parece reducirse a una quincena. Después del Día de San Valentín, las cosas cambian de color y el cielo se va nublando. Por lo menos en cuanto al devenir de nuestra Historia -y la del mundo entero, se refiere. Todo parece diferente y amargo de celebrar.

Hace dos siglos, por ejemplo, tuvo lugar un hecho, aunque heroico, también algo aterrador: estaba por comenzar el Sitio de Cuautla; un enfrentamiento entre el ejército insurgente de José María Morelos y el ejército realista de Félix María Calleja, que ocurrió en 1812. Episodio ejemplar de la guerra de Independencia de México en el que fueron derrotados y humillados los españoles que nos habían quitado gobierno y territorio e impedían el surgimiento de la patria. Nos levantamos victoriosos de aquella batalla, por supuesto, pero faltaban muchos años para ganar la guerra.

Hace cien años, también en este mes, Francisco I. Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez serían tomados prisioneros, traicionados por Victoriano Huerta y finalmente asesinados. Comenzaría la llamada Decena Trágica, diez días de sangre y lumbre, que no sólo mancharon de manera indeleble el paisaje urbano de las calles de la Ciudad de México, sino que también salpicaron de horror la vida y la memoria de todos los mexicanos. Aumentando, por añadidura, el número de personas masacradas que durante mucho tiempo no se supo si considerar mártires o héroes nacionales. Nada para alargar la fiesta porque, como bien puede usted notar, si bien es muy cierto que el amor ahuyenta el miedo, recíprocamente el miedo también ahuyenta al amor.

Es por eso por lo que hoy, 17 de febrero y lunes por añadidura, lector querido, habremos de levantar el ánimo cavilando otros motivos para festejar. Podría ser, por ejemplo, recordar que un día como hoy, pero de 1917 nació en Guadalajara, Jalisco, Guillermo González Camarena, inventor que le regaló al mundo la televisión a color. Repasar su semblanza biográfica para enterarnos que, como todos los genios, comenzó a mostrar su talento desde muy pequeño y a los doce años de edad construyó su primer transmisor de aficionado, pocos años después encontró trabajo en la radioemisora de la Secretaría de Educación Pública, al mismo tiempo que experimentaba en su laboratorio. A los 17 años fabricó su propia cámara de televisión con la idea latente de transformar las imágenes en blanco y negro en colores seductores y por supuesto que lo logró: desarrolló un Sistema Tricromático Secuencial de Campos, y cuando cumplió apenas 23, le fue otorgada la patente número 40235 para lanzar su invento, que partía de los colores primarios y cambiaría la cultura visual del mundo para siempre.

Evidentemente, como sucede siempre, todo resultó más lento que rápido. La televisión a color comenzó a tomar forma a finales de la década de 1920 con las habituales intervenciones extranjeras. Fue en 1929 cuando se realizaron los primeros experimentos combinando el rojo, verde y azul en los Estados Unidos más tecnología resultaba extremadamente compleja para la época. Aquello de usar tres tubos de imagen en blanco y negro junto a un disco giratorio con sectores de los tres colores primarios para crear imágenes a color, no sólo era muy dificultoso sino todavía inviable para su uso comercial y por lo tanto un poco decepcionante.

A pesar de ello, la idea siguió desarrollándose e ingenieros y científicos, siguiendo el ejemplo de Camarena, superaron el desafío de sincronizar los colores con las imágenes en movimiento y eventualmente, los avances en la transmisión y recepción de las señales permitieron, a principios de la década de los sesenta, que las televisiones a color ocuparan un lugar definitivo en el mobiliario de muchos hogares. De hecho, el 21 de enero de 1963 fue cuando se realizó la primera transmisión oficial de televisión a color en México con el programa "Paraíso Infantil” transmitido por XHGC-TV (Canal 5). No sabemos si tal hecho provocó “Impacto Internacional”, como dijo la prensa, o si le ganó a Walt Disney con su “mágico mundo del color”, pero con seguridad quedó grabado para siempre en los anales de las efemérides nacionales legendarias.

La televisión hoy, ya no apantalla a nadie, podrá pensar usted, lector querido. Tal vez ni siquiera tenga archivada en sus recuerdos la memoria de las muchas veces llamada “caja idiota”. ¿Para qué detenerse en ello -se preguntará- si la enorme pantalla de su casa es tan inteligente como la más pequeña de su celular y la tendencia de hoy el blanco y negro?

Tendrá razón o no, muy poco importa. Porque ya está entretenido en otra cosa.

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