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Opinión

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¿Y qué más podemos hacer en Guerrero?

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Marisol Ochoa

Guerreo se ha vuelto el espacio que atrae las miradas en los últimos meses. Primero por la desgracia que dejó a su paso el huracán Otis, y posteriormente por una serie de eventos de violencia crónica que nos evidencia que, en algunos municipios es la criminalidad la que gobierna de facto la vida cotidiana de sus ciudadanos. Para muestra, tan solo mirar el último video que circuló en redes, donde miembros del crimen organizado golpean brutalmente a choferes por no pagar derecho de piso. Así la impunidad se ha vuelto a grandes rasgos la regla en varios territorios del país, donde criminales pueden matar, extorsionar, secuestrar, regular mercados y precios de productos, gestionar territorios, intimidar y asesinar precandidatos, entre un largo etc.... El lamentable fallecimiento de Yanqui Khothan Gómez Peralta a manos de la policía en Chilpancingo, aunado a la desinformación de los hechos por parte de las autoridades -fiscalía, secretaría de seguridad pública y de gobierno- , a las cuales se les ha exigido su renuncia, después de 7 días, es el más claro ejemplo de desorden estructural e incapacidad que a pesar de tener instituciones, de hecho son poco o nada eficaces para atender necesidades elementales en materia de seguridad y violencia.

Por otra parte, las demandas desde la tribuna por parte de la oposición tampoco proponen una solución alentadora y sensata con reclamar la disolución de los poderes en el estado… ¿y luego, qué? ¿Realmente eso solucionará el problema de fondo en Guerrero? ¿Dónde queda la responsabilidad de los funcionarios y de las instituciones?

Ni la gestión en el estado, ni la respuesta de la tribuna dan un horizonte viable que realmente se enfoque en propuestas reales para atender problemas específicos en materia de seguridad. Así en un ambiente político, la polarización está a la orden del día, y las propuestas -que no nos dicen nada nuevo a otros sexenios-, se enumeran como novedades para contener y gestionar la criminalidad. Nadie discute que entre los tres proyectos presentados por las candidatas y el candidato existen ideas y propuestas que pudieran llegar a ser eficaces sí y siempre y cuándo nos digan cómo las llevarán a cabo…

Promover un aumento en los reclutamientos de la Guardia Nacional o la policía, profesionalización, atención a las cárceles, atención a estados prioritarios y coordinación, sólo por nombrar algunas propuestas presidenciales, necesitan de mucho más alcance que sólo la buena intención. Necesitamos los “cómo, cuando, con qué y con quien”. Si atendemos a esta petición, nos quedaría más claro que al hablar de coordinación, la situación es más compleja, y que la implementación de programas preventivos para atender las causas, no pueden sólo quedarse en el espectro asistencialista, sino en la generación de independencia y productividad a mediano y largo plazo. Así, la solución de los problemas de la violencia y la criminalidad  no se puede limitar sólo a la inmediatez y visión de partido,  sino a miradas de mediano y largo aliento que requieren compromisos y responsabilidades sociales, no voluntad política, sino visión de Estado, de la mano de mecanismos y redes amplias -instituciones de gobierno y sociedad- que nos permitan atender, contener y construir verdaderos espacios libres de violencia, a partir de combatir la impunidad, contener la criminalidad, e imponer límites a partir de la  aplicación de la ley, escuchando las prioridades en las localidades y articulando intervenciones específicas de acuerdo al tamaño y dimensión del problema… si, a veces lo que parece más simple es más complejo, por eso le damos la vuelta.

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