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Opinión

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¿Y la Cofetel apá?

Raro, por decir lo menos, resulta la actuación de la Comisión Federal de Telecomunicaciones mejor conocida como la Cofetel y que preside Héctor Osuna.

El pasado 4 de abril, de acuerdo con el mismo calendario de la Cofetel, se tendría que haber puesto en marcha la consolidación de las llamadas áreas de servicio local (ASLs), y las que tienen como objetivo eliminar el costo de llamadas de larga distancia entre poblaciones cercanas entre sí; bueno, pues Teléfonos de México (Telmex), que dirige Héctor Slim Seade, incumplió el proceso y el resto de las empresas involucradas, como Telefónica que comanda Francisco Gil Díaz, Iusacell que dirige Carlos Guzmán, y Axtel que encabeza Tomás Milmo Santos, además de algunos operadores de cable, argumentaron que si Telmex no procedía con el plan, ellos tampoco.

El caso es que la consolidación de las ASLs ya suena a Pedro y el Lobo y la Cofetel no hace nada, y si acaso está haciendo algo nadie está enterado.

Desde luego que los perjudicados siguen siendo los usuarios, imagínese a los habitantes de Lerma en el Estado de México pagando larga distancia por llamar a sus familiares a Toluca, o para pedir una pizza, la que de seguro llega en menos de media hora.

Un ejemplo de para dónde van las telecomunicaciones en larga distancia es la Unión Europea.

Esta semana el Parlamento europeo legislará para que las llamadas desde teléfonos móviles del extranjero y los mensajes de texto sean más baratos a partir del 1 de julio próximo y se revisarán las tarifas hasta mediados del 2012.

Derivados, cuento de nunca acabar

En marzo del 2007, Citibank fue demandado por PT Permata Hijau Sawit, una de las principales compañías de plantación de palma de aceite en Sumatra del Norte, por la pérdida de más de 10 millones de dólares en la que incurrió al contratar derivados. La demanda incluyó al Banco Central de Indonesia por la débil supervisión que realizó sobre las operaciones de derivados.

Otra, ese mismo año, Bank of America y BNP Paribas fueron demandados por La Universidad de Biola, en California, por haber conspirado en su contra para cargarle de forma indebida 84.2 millones de dólares en operaciones de derivados.

Los anteriores son apenas dos ejemplos de casos en que las empresas han demandado a los bancos por el uso de derivados.

En México son los bancos los que demandan a las empresas, sin que hasta el momento éstas hayan ejercido alguna acción legal.

Sin embargo, visto lo que las empresas han comunicado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), no es descartable que, con la asesoría de especialistas en la materia, algunas pudieran iniciar acciones legales en contra de los bancos que les vendieron derivados.

Por ejemplo, GISSA comunicó el 11 de diciembre pasado que la compañía no está conforme con las cantidades determinadas por esas contrapartes (de derivados) y ha solicitado a expertos en la materia el cálculo de las mismas.

Mientras que Vitro, al reportar resultados al cuarto trimestre del 2008 (el 31 de marzo del 2009) dijo: La compañía continúa analizando, asistida por sus asesores, sus contestaciones a las reclamaciones de las contrapartes, así como la validez, monto y legalidad de los instrumentos financieros derivados que aquí se describen .

Mientras que la más emproblemada con derivados, sí, La Comer, informó el 30 de marzo del 2009 en su reporte de resultados al cuarto trimestre del 2008: La compañía aún se encuentra en un proceso de negociación para la reestructura de sus pasivos financieros y no ha reconocido la legitimidad de los reclamos por la terminación de las Operaciones Financieras Derivadas , ¿qué querrán decir?, al buen entendedor, pocas palabras.

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