Entre homenajes, dolor, discursos triunfalistas y luces: Así recibe el mundo el 2026

El mundo comienza a despedir 2025 entre celebraciones, recuerdos amargos y una fuerte carga simbólica. Mientras los primeros países del Pacífico dieron la bienvenida a 2026, el año que termina queda marcado por una combinación de conflictos geopolíticos, crisis climática y giros políticos de alto impacto, como la tregua en Gaza y el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. 

Un cierre de año que mezcla festejo y reflexión, con grandes concentraciones en las principales capitales del planeta y homenajes a las víctimas de la violencia que empañó los últimos meses.

Sídney recibe 2026 con fuegos artificiales, homenaje a víctimas y fuerte operativo de seguridad

Sídney recibió el 2026 con su tradicional espectáculo de fuegos artificiales en el puerto, aunque bajo un clima de luto y estrictas medidas de seguridad. 

A semanas del ataque armado que dejó 15 muertos durante un acto judío en la ciudad, las celebraciones de Nochevieja se realizaron con una presencia policial reforzada y un llamado explícito a la unidad. Minutos antes de la medianoche, los organizadores guardaron un minuto de silencio en memoria de las víctimas, mientras el icónico Puente del Puerto se iluminó de blanco y una menorá fue proyectada sobre sus pilones como símbolo de paz y solidaridad.

Pese al impacto del atentado, el más grave en Australia en casi tres décadas, cientos de miles de personas se congregaron para presenciar uno de los eventos más emblemáticos del Año Nuevo a nivel mundial, con más de 40,000 efectos pirotécnicos desplegados a lo largo de siete kilómetros del puerto, incluyendo la Ópera de Sídney. Cerca de 3,000 agentes, algunos armados con rifles, resguardaron la ciudad tras la cancelación de varios festejos en zonas como Bondi. 

Gaza recibe el Año Nuevo entre ruinas, duelo y una frágil esperanza de paz

Gaza despidió 2025 lejos de cualquier celebración. Entre edificios destruidos, desplazamientos forzados y carencias básicas, miles de familias recibieron el Año Nuevo en tiendas improvisadas, marcadas por el duelo, el cansancio y la incertidumbre tras dos años de guerra. La falta de electricidad, agua potable y servicios esenciales sigue definiendo la vida cotidiana de más de dos millones de personas, para quienes el cierre del año fue más un momento de resistencia que de festejo.

Aun así, entre las ruinas persiste una frágil esperanza. La tregua vigente desde octubre ha abierto una pausa en los combates y alimenta el anhelo de que 2026 traiga el fin definitivo de la violencia y el inicio de la reconstrucción. Para muchos gazatíes, el nuevo año simboliza una oportunidad mínima pero vital: recuperar seguridad, dignidad y una vida normal tras uno de los periodos más devastadores de su historia reciente.

Rusia cree en la victoria, afirma Putin en discurso de fin de año

El presidente ruso, Vladimir Putin, afirmó en su discurso de Nochevieja este miércoles que su país cree en la victoria en Ucrania, donde lanzó hace casi cuatro años una ofensiva a gran escala. En medio de los esfuerzos de Estados Unidos para poner fin al conflicto, el mandatario ruso llamó a sus ciudadanos a "respaldar a los héroes" que combaten en el país vecino.

"Creemos en vosotros y en nuestra victoria", aseguró en su discurso emitido en la península de Kamchatka, la región más oriental de Rusia y la primera en entrar en 2026. También deseó un feliz año nuevo a "los combatientes y comandantes" en Ucrania: "Millones de personas en toda Rusia, créanme, piensan en ustedes", afirm

Siguen las celebraciones por la llegada del Año Nuevo

En Croacia, las fiestas empezaron temprano. Desde el año 2000, la ciudad de Fuzine celebra su cuenta atrás a mediodía, una tradición que desde entonces se ha extendido por todo el país. La multitud vitoreó, brindó con champán y bailó al ritmo de la música, todo ello en pleno mediodía. Algunos valientes ataviados con gorros de Papá Noel se zambulleron en las heladas aguas del lago Bajer.

En otros lugares, se iniciaron los preparativos para el tradicional brindis de medianoche. En Nueva York, con temperaturas bajo cero, los organizadores empezaron a colocar barreras de seguridad y escenarios antes de que una multitud acuda a Times Square para la caída anual de la bola.

En Seúl, miles de personas se congregaron en el pabellón de campanas Bosingak, donde una campana de bronce suena 33 veces a medianoche, una tradición arraigada en la cosmología budista que simboliza los 33 cielos. Se cree que las campanadas disipan la desgracia y dan la bienvenida a la paz y la prosperidad para el año venidero.