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Tanates: cómico político
De manera similar al momento económico que vive el mundo, el martes, hace una semana, amanecí con algo más que un simple catarrito. Al día siguiente el índice Dow Jones de mi salud reportó una pérdida de varios puntos y el Nasdaq de mi energía tuvo una estrepitosa caída. Se encendieron los focos rojos en el Wall Street de mi inmunidad. Gripe terminal, diagnosticó Standard and Poors -la calificadora con la que me casé hace 20 años y que paradójicamente entre más me endeudo, vía tarjetas bancarias, mejores calificaciones de generosidad me pone-.
Debí haberme quedado en mi casa de bolsa -de bolsa yo, no la casa-, pero tenía el compromiso de entregar mi columna que se publicó el jueves y que escribí con base en antihistamínicos. Estos medicamentos producen una somnolencia que afecta a la columna vertebral, la cual quiere permanecer pegada al colchón. Por algo las palabras gripa y gripe -ambos sustantivos pueden usarse indistintamente- proceden del francés grippe, que a su vez se deriva del suizo-alemán grupi, que significa acurrucarse. Con letargo y malestar, entre dormitadas, redacté mi colaboración sobre Mario Moreno Cantinflas, a la que ora sí que como quien dice salió, pero no debió de salir por tres razones: la primera, la segunda y la tercera. Porque hay que decir las cosas como son... pero, ¿cómo son?
Porque mire asté, las circunstancias llegan así de manera circunstancial y ahí está el detalle: ¿cómo llegaron?
¿Quién las trajo? ¿Encontrarán un taxi para regresarse? O, de plano, ¿aquí van a quedarse? Por eso yo digo... Como que le faltó enjundia a la gramatización y gramática a la sindéresis de su artículo, joven... Como si dijéramos al diálogo le sobró síntesis y le faltó paráfrasis. Le salió esdrújulo, chato .
En fin, reconozco que no le saqué el jugo que el tema merecía. Le faltó redondez a lo que usted leyó -si es que lo leyó, sino no se perdió de nada- en la columna del pasado jueves. (Lo malo de la autocrítica -dijo Mario Benedetti- es que pueden creerla).
La voz de los indignados
Terminé fatigado. Apenas envíe mi trabajo -de algún modo debo llamarlo- a El Economista, me invadió el sopor. Fui directo a la cama. La información recabada para pergeñar el fallido texto me daba vueltas por la cabeza al tiempo que el remolino del sueño me trasladaba a un recorrido por las carpas de la época del surgimiento de Cantinflas: Ofelia, Procopio, Amaro, Valentina, Salón Mayab, Salón Rojo. Con la imagen de las carpas se entremezclaba el rostro de los cómicos de aquel entonces: Don Catarino, Chaflán, el Conde Bobby, el Cuatezón Beristáin, el Chato Ortín, Amelia Wilhelmy, Delia Magaña, El Panzón Soto, Manuel Medel, Chicote, Shilinsky, don Chicho, Palillo. De pronto en un improvisado camerino me estoy maquillando para salir a dar función. Tengo 30 años, me anuncian como Tanates, cómico político, la voz de los indignados. Salgo a escena. El telón de foro tiene pintados el Ángel de la Independencia y el Monumento a la Revolución. Un gringo, con bermudas y camisa floreada, clásico turista, toma fotografías y se me acerca.
Gringo.- Perdone, mi querer saber ¿cómo llegar yo al panteón?
Tanates:- Hay muchas formas de llegar, mister. Nada más atraviese el estado de Tamaulipas por carretera y si no son Los Zetas es un retén del Ejército, pero le aseguro que no sale usted vivo... Ahora si lo prefiere también puede hacerlo por tren: súbase a La Bestia en Chiapas vestido como centroamericano y va a ver que llega a Oaxaca en calidad de fiambre... Pero si no quiere ir muy lejos, váyase a Morelos por la autopista México-Cuernavaca. De preferencia vaya de noche, con su familia y en una camioneta sospechosa, le garantizo una ráfaga mínima de 50 balazos de AK 47...
Gringo.- ¿Camioneta sospechosa? ¿Cómo ser las camionetas sospechosas?
Tanates.- ¿En México? Todas las camionetas son sospechosas... Y todos los ciudadanos somos culpables hasta que no demostremos lo contrario... Ahí tiene usted a los elementos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, que sin orden de cateo alguna allanaron la casa del poeta Efraín Bartolomé, en el Distrito Federal, dizque andaban buscando al multihomicida Oscar Osvaldo García Montoya, alias El Compayito, líder de la banda La Mano con Ojos. ¿Pues qué creyeron que el poeta tenía escondido al delincuente debajo de su colchón? Pero eso no fue lo peor. Lo peor es que los policías que andaban tras el malandrín aprovecharon la ocasión para robarse una cámara fotográfica, una memoria USB, dos abrecartas de plata y un reloj Omega. O sea, como no encontraron al de La Mano con Ojos metieron mano los ojetes y se robaron los objetos...
Y a todo esto, ¿usted qué clase de gringo es? ¿Es de la CIA, de la ATF, del FBI o de la DEA? ¿Es usted del operativo Rápido y Furioso o del operativo Curiosos y en chinga? Porque con eso de que nos están invadiendo de a poco con el pretexto de que nos quieren ayudar en la lucha contra el narcotráfico, ante la complacencia y la debilidad de nuestro gobierno se van a meter hasta la cocina. Lo que hicieron en Afganistán lo van a querer hacer en Apatzingán...
Gringo.- No, yo ser un simple turista.
Tanates.- ¿Turista? Eso que se lo crea su grandmother, mister. No me diga que viene usted a echarse un shot de tequila... A mí se me hace que ya está grandecito para andar de spring breaker.
Gringo.- Yo ser turista, por eso yo preguntarle cómo llegar al panteón, pero al Panteón de Dolores, porque decirme que ahí estar la Rotonda de los Hombres Ilustres.
Tanates.- Ah, pero no es la rotonda de los hombres ilustres, es la rotonda de los hombres ilusos: los que creyeron que la patria merecía los mejores esfuerzos. Si quiere conocer a los hombres ilustres de la actualidad vaya a la Cámara de Diputados, la de Senadores no se la recomiendo porque aunque el edificio es nuevo y costó 2,500 millones de pesos, a cada rato se inunda y huele mal...
Gringo.- Sí, yo leer que no haberlo terminado bien, no tener desagües y por eso oler a cañería...
Tanates.- Más bien huele a fraude... Pero vaya a San Lázaro para que conozca a los hombres ilustres... y además huevones. Nuestros legisladores son una bola de haraganes que cobran dietas millonarias por hacer como que trabajan y lo único que hacen es llevar agua a su molino, prevaleciendo los intereses particulares y partidistas sobre los intereses superiores de la nación. En este país, por desgracia, tenemos congresistas ninis: ni trabajan ni tienen madre...
Gringo.- En mi país ser diferente...
Tanates.- Tampoco se adorne mister, en su país los congresistas se encueran y mandan sus fotografías por Internet... Ora que si a presumir vamos, nuestros congresistas ahí donde los ve de huevones y de ninis tienen mejor sueldo que los suyos. Porque eso sí, los políticos mexicanos son ineficientes pero caros... Es indignante que un país como México, con 28 millones de habitantes en pobreza alimentaria y casi 58 millones en pobreza patrimonial, los funcionarios públicos, que aquí entre nos no funcionan, estén mejor pagados que los de los países del primer mundo... Y eso sin contar con la sagrada institución nacional de la mordida, que provoca que en seis años cualquier inspector de alcoholes se haga millonario. Y mientras tanto los simples ciudadanos tenemos que sufrir los tortillazos y gasolinazos. Nada más hay que ver a la pobre gente formada en la fila del supermercado pidiéndole a la Virgen de Guadalupe que a la hora de pagar no les vayan a retachar la méndiga tarjeta de crédito con la angustia reflejada en el rostro y un nido en la garganta...
Gringo.- ¿Nido en la garganta? ¿No ser nudo?
Tanates.- Nudo, los huevos también han subido...
Gringo.- ¿Y eso por qué ser?
Tanates.- Porque así somos los mexicanos de valemadristas, agachones, dejados y desmemoriados. Porque así es la política mexicana que se la voy a definir en verso: La política es un arte del carajo/ que a mi modo de ver tan sólo estriba/ en cederle las nalgas al de arriba/ y darles por ahí a los de abajo.
Y aquí cae el telón que indica que el espacio se ha acabado. El próximo jueves el segundo acto de este sketch con Tanates, cómico político, la voz de los indignados.