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Opinión

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Sobre neoliberalismo y corrupción

Bruno Donatello

Volver a las fórmulas del fracasado modelo heterodoxo (con harto intervencionismo, inflacionismo, dirigismo y estatismo), equivaldría a un suicidio nacional.

Sorpresivamente, el presidente López Obrador declaró: “... si el modelo neoliberal se aplicara sin corrupción, no sería del todo malo...” 

En México se ha sabido desde hace décadas, que la corrupción es uno de los principales obstáculos que enfrenta nuestro desarrollo económico. Pero nuestra corrupción endémica no es atribuible en lo principal al llamado modelo neoliberal, sino a otras dos causas: la falta de desarrollo democrático y las formas de organización económica estatista. Durante los sexenios de Echeverría y López Portillo la corrupción se desató merced al muy amplio aparato paraestatal que se creó, con cientos de empresas, fideicomisos y entidades del sector público. En muy buena medida, Pemex y la CFE son barriles sin fondo merced al saqueo al que las ha sometido una burocracia rapaz y además impune. 

En cuanto a que el modelo neoliberal no es “del todo malo”, muchos economistas mexicanos lo sabemos a partir del año 1982 cuando el modelo de desarrollo llamémosle heterodoxo cayó en una crisis casi terminal, al término de la denominada “docena trágica” de Echeverría y López Portillo. Tanta fue la destrucción, que no se logró retomar plenamente la senda de avance que el país había tomado durante el Desarrollo Estabilizador, en siete sexenios de esfuerzos en el sentido correcto, aunque de eficacia insuficiente. Pero intentar volver a las fórmulas del fracasado modelo heterodoxo (con harto intervencionismo, inflacionismo, dirigismo y estatismo), equivaldría a un suicidio nacional.  En el orden mundial, la humanidad supo de la inviabilidad del modelo de economía estatizada basada en la planificación central, con la caída del comunismo y de la Unión Soviética.

En el orden meramente práctico, en el México actual no se entendía plenamente el antagonismo galopante del gobierno de la 4T contra el modelo neoliberal. Las fórmulas de la estrategia neoliberal son las únicas que le han funcionado a la actual administración, sin levantar un huracán de críticas. Una de ellas, destacadamente, la continuación de la apertura comercial mediante la suscripción del T- MEC. Y en ese orden de los resultados favorables, se ubica asimismo la disciplina fiscal y monetaria, el régimen de flotación cambiaria, el control de la deuda externa y el respeto (a regañadientes) de la autonomía del Banco de México. Pero por desagracia, no todo en materia de política económica ha sido congruencia neoliberal. Por ejemplo, la cancelación de inversiones y el intento de monopolización en el sector eléctrico...

bdonatello@eleconomista.com.mx

Columnista

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