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Pemex reprobó, con cero, en acción climática. ¿Y ahora?

Ni un solo dólar de las inversiones futuras de Pemex es consistente con el objetivo climático de no permitir que la temperatura global suba en más de dos grados centígrados. El desalineamiento al 100% con la agenda climática es la peor calificación asignada en el 2022 por el Carbon Tracker Initiative, contratado por la coalición de inversionistas Climate Action 100+, para evaluar a 36 grandes petroleras que quieren empujar a aumentar sus compromisos climáticos. Sólo Pemex y dos petroleras canadienses obtuvieron una calificación tan baja.
Desafortunadamente, eso es apenas el arranque de una larga lista de resultados vergonzosos para Pemex. En su análisis más amplio, multisectorial, Pemex de plano “no cumplió con ninguno de los criterios” en las 9 categorías utilizadas por Climate Action 100+. Esto implica no tener metas net-zero; no cumplir con los criterios para tener metas claras de reducción de emisiones ni en el corto, ni en el mediano, ni en el largo plazo; no tener parámetros claros en los objetivos de descarbonización; no tener alineación entre las inversiones y las metas climáticas; no tener política de participación en las discusiones climáticas; no tener gobernanza corporativa sólida en materia de sustentabilidad; y no publicar debidamente los riesgos y oportunidades relacionados con asuntos asuntos climáticos. En materia climática, Pemex no trae nada.
No es normal. Sólo seis de las 166 compañías evaluadas se encuentran en la misma situación. Y las 166 también están concentradas en sectores que enfrentan enormes retos para considerarse sustentables: industria pesada, aerolíneas, gas y petróleo, electricidad. Así que su naturaleza petrolera no es excusa.Hay más. Ninguna otra compañía fue calificada tan bajo en interlocución, de 1 de 100. Parece que las declaraciones en las que miembros de Climate Action 100+ instaban a Pemex a tener al menos un diálogo serio no fueron exitosas. Es difícil justificar una calificación así a menos que el equipo directivo de Pemex de plano haya dejado de contestar correos y el teléfono siempre que se trate de hablar de sustentabilidad.
Las tres conclusiones de todo esto son bastante deprimentes: hoy, el futuro de Pemex no es compatible con un futuro sustentable; hoy, las metas climáticas globales no guían (o limitan) las acciones de Pemex de manera alguna; y, hoy, los responsables de Pemex no están dispuestos ni a iniciar una conversación que la pueda llevar a cambiar.
Todo esto se sigue financiando por la comunidad de grandes inversionistas –incluyendo a muchos que están profundamente comprometidos con criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por sus siglas en inglés). A la larga, ¿no se vuelve una contradicción insostentible? Es cierto que los términos de la deuda de Pemex son extraordinarios. Sin entrar a demasiado detalle, permite a algunos asumir garantías soberanas al invertir en un instrumento no-soberano de esta magnitud.
Y a escala: son unos nada despreciables 80,000 millones dólares –un activo material en muchos portafolios. Pero, de acuerdo con lo que sugieren las calificaciones de organizaciones financiadas y creadas por los mismos inversionistas de Pemex, son recursos que no sólo no se están apalancado para frenar el cambio climático. Pemex los está usando para acelerarlo. Con el reporte de Climate Action 100+, y los propios reportes de Pemex que muestran un alarmante crecimiento en sus emisiones de gases de efecto invernadero, el antiambientalismo de Pemex no podría estar mejor documentado. ¿Y ahora?
@pzarater

