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México: panorama económico 2012
El evidente deterioro en las condiciones de crecimiento económico a nivel global y los riesgos de contagio para la economía mexicana han venido aumentando durante los últimos meses. La mayoría de los economistas han revisado a la baja los pronósticos de crecimiento para el 2011 -de un rango de 4.5-5.0% a un nivel de 3.5-4.0%- y las expectativas para el 2012 también se han venido moderando.
Es probable que México pueda crecer a una tasa superior a 3.5% en el 2011 debido a la fuerte inercia observada en las principales variables económicas durante la primera mitad del año. Sin embargo, el panorama luce más complicado para el 2012.
El pronóstico de crecimiento para México establecido en los Criterios Generales de Política Económica 2012 (CGPE 2012) es de 3.5%, partiendo de la base que la economía de EU crecería 2.1% en el 2012 -que era la cifra del consenso en el momento en que se presentaron los CGPE en septiembre. Sin embargo, el consenso sobre el crecimiento en EU para el 2012 ha sido muy volátil en los últimos meses y el rango de expectativas va desde los pesimistas (ojo, no los catastrofistas), que pronostican un crecimiento del PIB entre 1 y 2%, hasta los optimistas, que anticipan un crecimiento entre 2.0 y 3.0 por ciento.
Aunque la economía estadounidense ha venido dando señales de una mayor capacidad de recuperación a la esperada, todavía existen riesgos importantes de desaceleración que podrían afectar a México.
El riesgo principal que amenaza a la economía global -y, por ende, a México- es el de un desenlace desorganizado a la crisis de confianza europea que podría provocar una hecatombe global con una parálisis financiera global similar a la del 2008.
Aunque este escenario es poco probable, tampoco podemos esperar una solución inmediata y contundente, ya que los políticos europeos se han dedicado a dar avances parciales e inconsistentes. El resultado es un 2012 en el que lo más probable es que la incertidumbre sea la única constante.
Ante este escenario, México debe de salir más o menos bien librado, con una desaceleración no despreciable pero al menos evitando una recesión como la del 2009. La economía mexicana cuenta con fundamentos macroeconómicos muy sólidos, no existen desequilibrios externos ni fiscales y el sistema financiero cuenta con niveles de capitalización muy robustos. Sin embargo, estas condiciones también existían en el 2008 y la economía mexicana experimentó, en el 2009, su peor contracción desde 1995.
Pero por otro lado, a diferencia del 2009, el epicentro de la crisis está en Europa y no en EU, el socio comercial más importante de México y principal destino de las importaciones mexicanas.
Adicionalmente, dos de los sectores más afectados por la crisis financiera del 2008-2009 en EU, la construcción y el sector automotriz, que tuvieron un impacto desproporcionado en la economía mexicana, se encuentran en mejor forma -el sector automotriz se ha reestructurado y recapitalizado, mientras que el sector residencial ha tocado fondo y parece comenzar una muy incipiente recuperación.
Asimismo, en ausencia de una crisis local de confianza (como la provocada por los derivados tóxicos en el 2008) el sistema financiero y bancario de México podría restringir su oferta de crédito en mucho menor medida que lo observado en el 2008-2009, aunque aquí habrá que ver cómo se comportan los bancos españoles (BBVA y Santander) en México ante sus necesidades de recapitalización en Europa.
Si las señales de resistencia mostradas recientemente por la economía de EU se prolongan durante el 2012, es posible que la economía mexicana pueda crecer cerca de la meta de 3.5% establecida en los CGPE. Sin embargo, si la economía estadounidense entra en una recesión corta y superficial, el crecimiento en México tendría que ser ajustado a niveles más cercanos a 2 por ciento.
Desafortunadamente, México sigue siendo vulnerable a las condiciones externas ante la fuerte interrelación con la economía estadounidense y, sobre todo, la falta de desarrollo de motores internos de crecimiento.
Por vacaciones, esta columna se volverá a publicar el martes 10 de enero. Les deseo una muy feliz Navidad y un Año Nuevo lleno de salud y felicidad.
Si no es mucho pedir, a ver si los Reyes nos traen de regalo una nueva camada de legisladores dispuestos a trabajar en las reformas que necesita el país.