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Opinión

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Metros cúbicos

Metros cúbicos, no de agua, sino de madera en rollo. Es otra tragedia. México produce anualmente 7 millones de metros cúbicos de madera -pino en más de 90%- en una superficie de bosques oficialmente bajo manejo forestal de más de 18 millones de hectáreas. La aritmética aquí es rotunda: 0.4 metros cúbicos por hectárea al año.

En países como Chile, Estados Unidos, Canadá y otros, la productividad promedio es al menos un orden de magnitud mayor. Conclusión. La producción forestal de bosques naturales en México no es competitiva, sin embargo, Conafor la subsidia.

Los bosques mexicanos se encuentran bajo propiedad colectiva (en su inmensa mayoría), donde prevalecen conflictos al interior y entre las comunidades propietarias, altos costos de organización, ausencia de cultura empresarial, y la eterna tragedia de lo común (es inevitable evocarla una y otra vez), cuya manifestación más obvia es la tala ilegal. Claro, hay algunas excepciones, que todos conocen. Además, gran parte se encuentran en áreas poco accesibles y en donde es muy costosa la extracción de madera a escala industrial. Más todavía; los bosques en principio explotables en forma sostenible y con una renta potencial apreciable son minoría.

En México hay alrededor de 110 millones de hectáreas cubiertas por ecosistemas forestales, de este total, 60 son matorrales xerófilos que desde el punto de vista comercial/maderero, no valen casi nada. Tampoco los 25 millones de hectáreas de selvas bajas caducifolias, de belleza intrigante, notable biodiversidad y extraordinario endemismo. Sus árboles son chaparros, retorcidos, muy ramificados y de fuste corto; aparte, las especies son muchas, y los mercados exigen grandes volúmenes estandarizados.

Las selvas medianas y altas (escasas, sólo sobreviven un puñado de millones de hectáreas), adolecen de los mismos problemas que sus primas, las selvas bajas, una vez que han sido descremadas al liquidarse las pocas maderas comercialmente valiosas (cedro y caoba, principalmente). Así pues, en este apretado inventario, restan unos 20 o 25 millones de hectáreas de bosques mixtos y de coníferas, de los cuales, como ya dijimos, 18 millones ya están oficialmente bajo programas de manejo. No hay mucho hacia dónde ir con esta lógica.

Peor, en los países forestalmente competitivos dominan grandes propiedades privadas compactas -de miles de hectáreas- gestionadas con visión empresarial a largo plazo y elevada intensidad de capital (maquinaria, caminos, aserraderos). Cada vez más son plantaciones comerciales con una productividad superior a 20 metros cúbicos por hectárea al año. Las fuentes naturales de madera pierden competitividad frente a las plantaciones.

Entonces, no parece sensato apostarle a la producción forestal de bosques naturales como instrumento de conservación. Se requiere una visión distinta. De eso hablaremos en la próxima entrega.

gquadri@eleconomista.com.mx

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