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Mercados y commodities desequilibrados por buscar el equilibrio
Los shocks desequilibrantes nos tienen en una apremiante situación de desaceleración económica, desabasto estratégico, inflación y peligro bélico con el conflicto del Mar Negro y la presente escalada en la tensión en el Estrecho de Taiwán
Buenos días, buenas tardes, buenas noches, Te saludo con gusto. Los que saben de economía dicen que los mercados tienden al equilibrio tras sufrir shocks temporales que les desestabilizan. Esto en teoría nos sugiere que los sistemas económicos tienden a la tranquilidad, a ser estáticos y estables en el tiempo. La teoría es hermosa sin duda, y el tiempo eterno. Desafortunadamente no somos eternos, y los shocks desequilibrantes se han hecho constantes e incesantes. la realidad se ha tornado insufrible.
Imagina por un segundo que se tiende una cuerda por encima de la plancha del Zócalo capitalino desde el Gran Hotel Ciudad de México hasta el balcón principal en el Palacio Nacional. Se monta en la cuerda un equilibrista profesional y empieza la travesía en el sentido que gustes. El mundo entero le mira, y se pone en marcha con una cuerda en teórico equilibrio. Digamos que justo cuando va a la mitad, las cosas conocidas cambian súbitamente y a la cuerda se le aplican shocks nunca vistos. El equilibrista no tiene otra que detenerse y no moverse hasta que la cuerda regrese a la tensión de equilibrio original para que se pueda poner nuevamente en marcha.
A este equilibrista a medio camino le sonaron las campanas de la catedral, le vino un viento huracanado del norte, del sur, le pusieron reguetón, el público le empezó a lanzar objetos, y le están empezando a prender fuego a la cuerda en ambas puntas, la cuerda de seguridad se le ha desacoplado, y si no se mueve pronto el reposo lo va a encontrar metros abajo y la resultante no será placentera.
¿Te pareció dramático? La realidad se pone peor, mucho peor. Al mundo le llegó el desequilibrio de manera inédita, primero Covid-19, la crisis sanitaria se tornó en crisis económica, luego política y geopolítica. Los shocks desequilibrantes nos tienen en una apremiante situación de desaceleración económica, desabasto estratégico, inflación y peligro bélico con el conflicto del Mar Negro y la presente escalada en la tensión en el estrecho de Taiwán.
Los componentes económicos en desequilibrio intentan ser apaciguados con políticas públicas que podrían terminar haciendo esto dramáticamente peor. Las presiones inflacionarias se están tratando de combatir con más estímulos económicos que generan más demanda por productos escasos, los precios suben y para ayudarle al consumidor se le sigue dando estímulo para que pueda compensar la crecida de precios.
En algún momento la demanda debe desacelerar para permitir que la producción alcance. Seguimos viendo muchos pesos persiguiendo pocos bienes y ahí es donde tenemos serias complicaciones. Las cadenas de suministro no conectan por múltiples razones y con todo esto, vivimos en un universo que es afectado desde distintos multiversos que hacen imposible el manejo oportuno de las condiciones presentes.
Mira lo que acaba de suceder en Estados Unidos, el senado dio luz verde a una legislación antiinflacionaria, que por ejemplo brinda estimulo y subsidio a la industria de autos eléctricos, en un momento en el que no hay suficientes autos, no se tienen asegurados los materiales para hacer baterías de manera fluida y, aun así, se le da estimulo que terminara solo creando más demanda por bienes escasos que no se pueden producir en suficiencia.
Si salimos de todo lo externo y dejamos de lado ese metaverso para ir al detalle de nuestro universo relativo de commodities, hemos visto precios caer, pero lo anterior no es la obediencia a situaciones fundamentales, hemos visto un éxodo de dinero que hacía turismo inflacionario en nuestro espacio y que ahora encuentra que tal vez la presión de los bancos centrales se concentrara en hacer todo lo que puedan hacer para abatir la inflación.
Esto es el mundo al revés, no hace mucho el mundo se terminaría porque no teníamos alimentos, de hecho, una columna como esta no hace muchas semanas destacaba la mirada incompleta del problema. no es que no haya maíz o trigo o soya, el problema es que lo que existe, no está disponible sea por guerra o por diferenciales económicos que hacen la comercialización poco fluida.
Tristemente mientras más se agudizan los problemas, más se involucra la burocracia y si regresamos al ejercicio del equilibrista, imagina que el rescate no es apaciguar a la turba que le lanza cosas, ni detener el piqueteo de las campanas, no dejar de prenderle la cuerda desde ambas puntas.
Si las condiciones regresan a lo normal, el equilibrista sabrá qué hacer. Tristemente lo que está sucediendo es que le estamos mandando un helicóptero sin cuerda para que en medio de los vientos huracanados y el vortex que el aparato hace, se le intenta ofrecer el tren de aterrizaje para que se sujete.
Nos despedimos dejándote el estado de cosas agrícolas con el hemisferio norte en zona definitoria para la producción de granos y oleaginosas. Solo diremos que el mercado climático es una pesadilla, mucho calor y mucha sequía y en esto de clima, no queda más que voltear al cielo a ver si llega una nube.