La resistencia de AMLO a soltar el poder

Por la reacción de la cotización del tipo de cambio del peso frente al dólar de los Estados Unidos, una vez que concluyó la conferencia de prensa que dio la virtual presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, ayer por la tarde, es un hecho que el mensaje que dirigió la próxima titular del Poder Ejecutivo de nuestro país no despejó dudas, y probablemente, abonó a la incertidumbre.

En los primeros momentos después de esa conferencia de prensa el tipo de cambio brincó, de la cotización con la que habían cerrado las operaciones de los mercados de Norteamérica, 18.24 pesos por dólar, hasta alcanzar 18.5830 pesos por dólar, a las 5:57 pm, el valor más alto registrado en las últimas 52 semanas, es decir, la cotización más alta en el curso de un año. Posteriormente empezó a ajustarse hacia niveles de 18.40 pesos por dólar.

La presidenta electa fue particularmente cuidadosa en evitar manejar el mismo tipo de lenguaje del presidente, que ha sido muy frontal en advertir que la reforma al Poder Judicial va porque va, en los términos que él la propuso en febrero, que entre otras cuestiones incluye la propuesta de que los ministros que integran la Suprema Corte de Justicia de la Nación sean electos por voto directo.

De manera señalada se notó que quiso evitar ese tipo de desplante, poniendo sobre la mesa la idea de que habrá un proceso de diálogo público sobre el tema, durante los meses previos al inicio del primer período ordinario de primer año de sesiones del Congreso de la Unión, el 1 de septiembre. No quiso pronunciarse sobre el alcance de la reforma, lo que la desmarca sutilmente de la estrategia planteada por el presidente López Obrador.

Sin embargo, es un hecho evidente que la falta de una definición clara sobre cuál será el verdadero alcance de la reforma al Poder Judicial que impulsará la nueva presidenta de México y la discusión que alrededor de ello tendrá lugar en el Congreso, ha venido contribuyendo al ambiente de incertidumbre que están percibiendo los inversionistas, de ahí que ayer mismo se registrara la cotización más elevada en el último año.

No hay duda que la virtual presidenta electa trae una idea clara sobre cuáles son las propuestas legislativas que quiere impulsar al arranque de su administración. Pero aún no ha logrado enviar un mensaje claro sobre cómo piensa utilizar la extraordinaria fuerza parlamentaria que ella y los partidos que la acompañaron como parte de la coalición triunfadora, lo que genera inquietud entre los inversionistas.

En este contexto, el hecho de que vaya a dar a conocer su gabinete la próxima semana y con ello inicien formalmente los trabajos de la transición, es una gran oportunidad para articular un mensaje más claro sobre los temas que ya sabemos serán los prioritarios, sobre los alcances que buscarán la nueva presidenta y su administración, y sobre todo, la forma en que esos planteamientos impactarán el desempeño de los diversos sectores de la economía. Ello podría generarle estabilidad al tipo de cambio.

En los hechos, el ajuste que está experimentando el tipo de cambio no es malo, al contrario, permite que el peso mexicano se acerque a su valor real, lo que seguramente contribuirá a mejorar los términos del intercambio comercial de nuestro país. Sin embargo, el que la 4T haya elegido a un peso mexicano fuerte como un signo de prosperidad económica del país y todos los mexicanos, le está jugando ahora una mala pasada.

No obstante, los cuatro meses de transición serán particularmente desafiantes, por el hecho de que estamos observando algo que es verdad que ya se anticipaba, pero que ahora lo estamos viendo con nitidez: un presidente saliente que se resiste a mostrarse como un “lame duck”, cuya traducción literal es pato débil, pero que es un término utilizado en la lengua inglesa para referirse a un político o líder de un país con capacidad de maniobra limitada o muy debilitada por el hecho de que su gestión se aproxima a su fin, y ya hay una sucesora electa, como es el caso. Bajo este escenario estarán reaccionando los mercados.

*El autor es economista.

@GerardoFloresR