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El tiro por la culata
Tras pasar la mañana leyendo periódicos en busca de temas que comentar en esta colaboración, me doy cuenta que ya es mediodía, no he escrito una línea y tengo más hueva que la que, al decir de Vicente Fox, los gobernadores no especificó cuáles- le están echando al combate contra el narcotráfico.
- Dejar de estar como el salmón, tirando la hueva y por respeto a los lectores ponte a escribir.
- Haré un esfuerzo, pero toma en cuenta que para ponerme a escribir tengo que luchar contra mi idiosincrasia nacional. No por nada en un estudio presentado en el portal The Daily Beast, México está situado en el lugar número 7 entre los países con más flojos en el mundo.
- Y con la fiaca que te cargas hoy no dudes que mañana amanezcamos en el sexto lugar. Te voy a ayudar haciéndote un exorcismovo, neologismo que acabo de inventar y que significa expulsar de un cuerpo la maléfica pereza.
Sólo tienes que repetir con fuerza el siguiente conjuro: A nombre de Javier Lozano Alarcón, secretario del Trabajo; a nombre de Luis Echeverría, expresidente que trabajaba de 6 de la mañana a 3 de la madrugada sin siquiera hacer un corte para mear; te ordeno, maligna hueva, que abandones mi cuerpo . Repítelo tres veces.
- ¿Tres veces? No, me da hueva.
El perro azul que perseguía un coche
Ni mi falta de talento literario falla de origen- ni la pachorra en la que hoy estoy preso -saldré bajo fianza- me van a impedir esbozar aquí una alegoría de mi invención:
Había una vez, un perro azul que fue engendrado y educado para perseguir un coche al que se habían subido unos bandoleros recién bajados del caballo.
Éstos conducían el vehículo arbitrariamente por los caminos que a ellos convenían, atropellando a la gente que se atravesaba en su trayecto. Sin respetar las señales de tránsito, presumiendo impunidad y arrasando a su paso con bienes públicos que mudaban de dueño. Cada seis años el auto cambiaba de chofer y, eventualmente, de tripulantes. El piloto desplazado bajaba del carro y con él sus cómplices, es decir sus íntimos, cargados de oro, para dejar sus lugares al nuevo conductor y sus amigotes. Algunos tripulantes permanecían dentro del auto gracias a sus habilidades circenses. El perro azul, en nombre del bien común, sin descanso perseguía al carromato y no cesaba de ladrar como quien grita: Al ladrón, al ladrón .
Conforme transcurrió el tiempo -los sexenios- el auto cambiaba de forma mas no de fondo. Lo mismo sucedía con los conductores y la tripulación.
Ignorantes de uniforme, matones y pistoleros de tejana se trocaron en licenciados de finas maneras y gustos exquisitos. Autoritarios todos, corruptos la gran mayoría, honesto ninguno y hasta uno que otro asesino. Mientras tanto, fiel a su origen, el perro azul ladraba a su paso y perseguía, sin alcanzarlo, al carruaje que a estas alturas ya era un ómnibus pletórico de tecnócratas, igual de autoritarios, idénticos de corruptos, sin faltar uno que otro asesino.
Como nada en el mundo es estático, el perro azul también se transformaba, sobre todo cuando recibió una transfusión de sangre bárbara del norte, de pragmático suero abajeño y una dosis de cinismo barbón, lo cual le dio fuerza para seguir persiguiendo al impune camionzote, ladrando cada vez con más fuerza hasta que lo acorraló y le impidió continuar su nefasto recorrido. Los dueños del vehículo, que no eran ni el que lo conducía ni los pasajeros, sino los usufructuarios de los desmanes y pillerías que éstos cometieron, decidieron, en un acto de paradójico gatopardismo, permitir que el perro azul y su jauría abordaran y se hicieran cargo del manejo de la carcacha en la que se había convertido el autobús.
De esto, hace 10 años. Pero he aquí que el perro azul y su jauría entrenados durante décadas para ladrar y perseguir al coche del poder, una vez a bordo y al volante del mismo olvidaron sus principios y, lo peor, han puesto en evidencia que jamás, ninguno de ellos, aprendió a manejar.
La carabina de Ambrosio
Que a los panistas, una vez empoderados, se les hace bolas el engrudo, a diario dan pruebas palpables todos ellos: el preciso declara hoy lo que va a contradecir mañana. Sigue empecinado en su guerra contra la narcodelincuencia que antes íbamos ganando de calle y de la que ahora dice que se va a ir a tiempos extras: Sería realmente imposible e ingenuo pensar que va a resolverse en el corto plazo , gritó -¡aguas! porque después de los tiempos extras siguen los penales-. Aparenta estar abierto a la crítica pero reprocha a quienes insinúan que su administración debe renunciar a esa batalla y censura que esas voces no se expresen abiertamente . Y cuando alguien se expresa abiertamente como Manuel Clouthier hijo es contenido y censurado al interior de Acción Nacional. Ya no hablemos de sus decálogos incumplidos, de las tres secretarías de Estado que dijo iban a desaparecer, de la refinería del Bicentenario tal parece que lleva ese nombre porque tardarán 200 años en construirla-. Y qué decir de su gabinete de cuates: Juan Molinar Horcasitas de presunto ocupante del despacho de Bucareli, pasó a ser presunto responsable de la tragedia de Hermosillo. Ahora es un quemado más de la guardería ABC, ni todo el tepescohuite que se produce en el país alcanza para aliviar sus quemaduras de tercer grado. Alonso Lujambio, del que dicen es el nuevo delfín de los Pinos no sabemos si por copetón o por ser el consentido de la profesora- declara que por no permitir la reelección de políticos tan valiosos como Carlos Navarrete, Ricardo García Cervantes y Francisco Arroyo Vieyra, la democracia nacional es tonta. (Una precisión para el Secretario de Educación: la democracia nacional no es tonta porque ni siquiera es democracia). Fernando Gómez Mont, secretario de Gobernación, por no estar de acuerdo con las alianzas electorales, renuncia al PAN y pone en evidencia al presidente de su partido César Nava, alias El Pollito porque salió de los huevos de don Felipe-. Por cierto, a Nava el lunes en San Lázaro la mayoría priísta le negó licencia para dejar, temporalmente, su curul y dedicarse de tiempo completo a las campañas electorales de julio. No sólo los del PRI votaron en contra del panista, también lo hicieron varios legisladores del PRD, PT y Convergencia, supuestos aliados del PAN en las coaliciones electorales, lo cual debiera ser una señal de alerta para que don César le vaya tentando el agua a los camotes de la clase de alacranes chamaqueadores que se está echando al seno.
Además de lo anterior tiene el Presidente, broncas en casa no con doña Margarita, sólo eso faltaba- con Fox, Fernández de Cevallos, Manuel Espino y, ahora, con el alcalde clarividente de San Pedro Garza García, Mauricio Fernández, quien lo conminó a sacar las manos del partido para evitar la tentación del dedazo .
Por esto y muchas cosas más, terminaremos diciendo que la gestión calderonista es como una carabina de Ambrosio, apunta pero no dispara y cuando lo hace le sale el tiro por la culata.
Oí por ahí
Rumores, desmentidos por el delegado en Álvaro Obregón, Eduardo Santillán, dicen que al dejar Salvador Cabañas el hospital ya es posible la reapertura del Bar-Bar.
- Opino que de hacerlo deberían reinaugurarlo con un nuevo nombre, les sugiero el Bar-Bang.