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Opinión

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Cuando la hora de comer provoca ansiedad social

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Liliana Martínez Lomelí

La alimentación como un concepto global es un generador de diferentes ansiedades a lo largo de diferentes etapas de la vida de una persona, pero también a lo largo de la historia. Desde la ansiedad por no morir envenenado al probar un nuevo alimento, hasta la ansiedad que provocan sabores o productos desconocidos, el origen de un alimento, su inocuidad, sus propiedades o incluso la forma de consumirlos y combinarlos.

Sin embargo, uno de los trastornos psiquiátricos más interesantes descritos alrededor del acto alimentario, concierne a la comensalidad, o la manera en la que comemos juntos para hacer sociedad. Este trastorno es descrito como ansiedad social a la hora de compartir la mesa, o en términos de fobias, se le conoce como deipnofobia. Este trastorno implica no sólo el hecho de compartir la mesa, sino también las situaciones públicas de comensalidad.

La ansiedad junto con el estrés son los problemas de salud del siglo XXI. El trastorno de ansiedad social es un desorden que provoca un miedo intenso a situaciones sociales, usualmente prevalece durante muchos años. Provoca preocupación por actividades cotidianas, pensamiento anticipado de situaciones sociales que dan temor, preocupación por hacer el ridículo en grupos de personas o por ser criticado, la persona que la padece puede evitar el contacto visual o incluso experimentar síntomas físicos incluidos los ataques de pánico. En un contexto donde la ansiedad social es detonada por situaciones que implican comer en grupos de personas, se pueden experimentar todos estos síntomas.

El compartir la comida es un acto altamente normativo en todas las culturas. Desde los modales en la mesa, pasando por cómo intervenir o desencadenar un tema de conversación, hasta la manera en que se come, existen muchas normas sociales a seguir. Las situaciones de comensalidad no siempre se establecen con el mismo grado de intimidad, de manera que las interacciones cambian en función de con quién se come. En el caso de las personas que padecen este trastorno, es usual que experimenten miedos por ser juzgados ya sea por sus decisiones o preferencias alimentarias, por la manera específica de comer ciertos alimentos – desde separar la comida, combinarla, partirla, masticarla, etc.-, hasta el miedo a delatar una conducta que evidencia un trastorno de la alimentación concomitante, como el trastorno por atracón, o anorexia. Se ha observado además que muchas personas con cuerpos no normativos también experimentan ansiedad social a la hora de acudir a un local de comida, como las personas con obesidad mórbida que en muchas ocasiones, prefieren comer en casa en lugar de sentir juicios sobre su figura y la forma en la que comen en un lugar público. La forma en la que interactuamos hoy en día con poco contacto físico y muchas interacciones a través de redes sociales, ha hecho también que esta ansiedad social sea experimentada en grupos de adolescentes y jóvenes, acostumbrados no sólo a comer, sino a interactuar con sus pares por medio de una pantalla.

El trastorno de ansiedad social a la hora de comer se puede tratar. Analizando las diferentes etiologías de este trastorno, entendemos que existen causas muy profundas que evidencian nuestros modos y costumbres como sociedad, desde la transformación en las interacciones hasta la forma en la que juzgamos los cuerpos y a las personas, y sobre todo, la manera en la que el medio contribuye o no, a nuestra salud mental.

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Liliana Martínez Lomelí

Columnista de alimentación y sociedad. Gastronauta, observadora y aficionada a la comida. Es investigadora en sociología de la alimentación, nutricionista. Es presidenta y fundadora de Funalid: Fundación para la Alimentación y el Desarrollo.

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