AMLO lanza salvavidas a Maduro

Los riesgos de tener una diplomacia dogmática y no de Estado consisten en debilitar las relaciones bilaterales y generar externalidades negativas en sectores vinculados al poder Ejecutivo.

Ayer, el presidente López Obrador demostró sin pudor alguno que la política exterior de su Gobierno se ha caracterizado por ser dogmática, es decir, guiada por ideologías, y no de Estado.

Al hablar sobre la visita que hará a México la próxima semana el presidente de Argentina, Javier Milei, AMLO comentó que no lo recibirá porque “no coincido con su manera de pensar y su forma de ser, sin embargo, él es libre y una cosa es el Gobierno de México, y otra cosa es el pueblo de México, y nuestro pueblo siempre ha sido hospitalario, fraterno y respetuoso”.

El presidente toma distancia de la sociedad mexicana al decir que “una cosa es el Gobierno de México y otra cosa es el pueblo de México”.

¿Para quién gobierna el presidente López Obrador?

La postura que ha tomado sobre la crisis en Venezuela ha sido dogmática, protegiendo a Nicolás Maduro, y no de Estado, si lo hiciera estaría protegiendo la institucionalidad democrática.

AMLO no toma en cuenta las actas obtenidas por la oposición, es decir, los documentos oficiales cuyo origen son las casillas electorales y que fueron otorgadas a todos los representantes de los partidos por funcionarios del Consejo Nacional Electoral, órgano controlado por Maduro.

El régimen ha perseguido y encarcelado a varios de los funcionarios que se atrevieron a otorgarles las actas a representantes del candidato Edmundo González.

Ayer 13 de agosto, AMLO comentó que por el momento no dialogará con Lula da Silva y Gustavo Petro. “Vamos a esperar que resuelva el Tribunal (Supremo de Justicia)”, también controlado por el régimen de Maduro.

AMLO y Zapatero se han convertido en leales defensores de Maduro, sorteando la investigación que pesa sobre sus espaldas sobre su autoría de posibles crímenes de lesa humanidad.

El expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero visitó el periódico El Economista en octubre de 2019. 

No lograba disimular su cercanía y defensa hacia Maduro. En un momento, soberbio, Zapatero me advirtió: “Te adentras en un terreno difícil para ti porque evidentemente estás hablando con alguien que ha sido testigo en todos y en cada uno de los momentos desde el 2015”.

Mis palabras que molestaron a Zapatero fue la enumeración que hice de hechos reales; no se trató de una opinión. Le dije: Maduro “creó una asamblea a su modo para parchar a la Asamblea legítima (dominada por la oposición), impidió la celebración del referéndum revocatorio y mantiene en la cárcel a presos políticos”.

Los dogmas son síntomas de ceguera.

@faustopretelin