Lectura 4:00 min
2023 y 2024; qué pasó y qué podemos esperar

El cierre anual es un buen momento para recapitular lo que ha pasado y realizar predicciones, que probablemente resulten falsas, sobre lo que nos depara el próximo año. En esta columna analizaré la situación económica de México y EU.
Si bien el 2023 no fue un año malo en términos económicos para ambos países, puede entenderse como un año de transición post-COVID. Las altas tasas de inflación de 2021 y 2022 parecen haber disminuido. Este año, aunque aún no llegamos al objetivo de la FED (2%) ni del Banco de México (3%), estamos cerca, con un 4.3% para México y 3.1% en EU. La “lucha contra la inflación” ha obligado a ambos bancos centrales a implementar políticas monetarias muy restrictivas. En EU la tasa de referencia pasó de cero en la pandemia a 5.25% en poco más de un año. En México, aunque la subida fue más pronunciada, fue más gradual, ya que pasó de 4% a 11.25% en menos de dos años.
Estas políticas restrictivas presagiaban una recesión que no llegó. En EU. no hubo ni siquiera un “soft landing”. Los datos de empleo continúan mejorando, y datos como el de nuevas construcciones muestran una economía que no solo no está en recesión, sino que parece seguir tomando impulso. Al final el crecimiento de EU será de 2.6%, impulsado sobre todo por la inversión en manufactura y con una inflación controlada. En México, la situación es similar. Si al inicio del año se esperaba un crecimiento magro, la última encuesta de expectativas de Citibanamex pone el crecimiento de este año en 3.4%, impulsado por el gasto de gobierno y con buenos datos de inversión y consumo interno.
¿Qué podemos esperar para el 2024?
La incertidumbre de la elección de noviembre será la música de fondo del 2024. Aunque las encuestas no favorecen a Biden, un buen año económico puede ayudarlo. El reciente anuncio de la FED sobre el fin de la política monetaria restrictiva tiene a los mercados felices. La FED pronosticó 3 recortes a la tasa de interés para el 2024, pero algunos analistas ya anticipan hasta 6. Tanto el Dow como el NASDAQ se acercan a máximos históricos después de las caídas de los últimos dos años. Se espera que, a medida que se relaje la política monetaria, estos índices sigan subiendo. Esto tendrá implicaciones en las elecciones en EU, ya que el 58% de los hogares estadounidenses están invertidos en la bolsa.
El 2024 tampoco pinta mal para México. Por un lado, el excesivo gasto gubernamental, con un programa que plantea un déficit real (RFSP) del 5.4% del PIB, impulsará la economía en 2024. Esto va a ser un problema grande para el próximo gobierno ya que recibirá unas finanzas públicas complicadas y con gastos crecientes. Pero para el próximo año, este exceso creará crecimiento tanto en el gasto de gobierno como en el consumo, impulsado por las transferencias de los programas sociales. Por otro lado, está la gran interrogante de la materialización concreta del nearshoring. Sigue la evidencia anecdótica, pero cada vez quedan más claros los obstáculos –energía, certidumbre jurídica, seguridad y ahora los problemas en los cruces fronterizos. Además, las elecciones añadirán incertidumbre. Aunque las encuestas apuntan a una victoria de Sheinbaum, los inversionistas y mercados estarán atentos para ver si obtiene la mayoría calificada. De ser el caso habría un nuevo freno a la inversión, similar al de 2019.
2024 será, sin duda, un año interesante donde habrá que dar seguimiento a la evolución de estos fenómenos tanto en México como EU, y ver si no nos llevamos alguna otra sorpresa.