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Prevén cierre temporal de tienditas por alza al IEPS en bebidas
La consultora recordó que en 2014 (cuando también se aplicó un IEPS a refrescos), de casi un millón de tienditas en el país, alrededor de 19,400 cerraron, pero para 2015 y 2016 nuevamente se recuperó el universo.

Foto EE: Archivo
La implementación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a bebidas calóricas y no calóricas en 2026 podría provocar cierres temporales de tiendas tradicionales en el país, alertó la líder de Customer Success en NielsenIQ (NIQ), Raquel Jiménez.
Subrayó que el canal principal de venta de refrescos en México es el tradicional o las tiendas de la “esquina”, que actualmente suman cerca de 1.1 millones en todo el país.
“En definitiva sí esperamos una afectación porque tenemos los aprendizajes cuando (se aplicó por primera vez) el IEPS en 2014, vimos dos efectos, por un lado, para el consumidor y por otro lado, para el tendero”, explicó.
Recordó que en ese año, por primera vez en más de una década, se registraron cierres de tiendas tradicionales o misceláneas. De casi un millón de establecimientos de este segmento en el país, alrededor de 19,400 cerraron.
Mencionó que en 2014, los precios de los refrescos subieron por el IEPS, pero los tenderos no aumentaron su presupuesto, por lo que tuvieron que reconfigurar sus compras.
Como resultado, priorizaron productos de alta rotación, como refrescos, botanas y jugos, y redujeron el surtido de otras categorías, incluso aquellas que no estaban gravadas por el impuesto, como alimentos y productos para el hogar.
“En esta reconfiguración, empezó a sacrificar portafolio. Dicho de otra forma, las tiendas empezaron a estar menos surtidas y al estar menos surtidas, empezaron a perder clientes, lo que los llevó a cerrar”, dijo la líder de Customer Success en NIQ.
Pero, además, al aumentar el precio de los refrescos, los consumidores empezaron a comprar en canales más económicos, como mayoristas, tiendas de descuento, clubes de precios, incluso en supermercados.
No obstante, recalcó que este efecto fue “temporal”, ya que para 2015 y 2016 nuevamente se abrieron tiendas y se recuperó el universo.
Mientras que el tendero se vio afectado negativamente ante el aumento de precios de los refrescos, el consumidor destinó un poco más de dinero a comprarlos y compensó el gasto adicional ahorrando y recortando en otros productos y actividades, como el entretenimiento fuera de casa.
Con los nuevos impuestos a bebidas azucaradas y endulzadas con ingredientes no calóricos, los consumidores podrían “buscar algunos ahorros, como gastar menos en salidas —por ejemplo, ir al cine, comer fuera o incluso pedir comida a domicilio— para poder hacer frente al incremento de precios”, consideró la especialista de NIQ.
Resaltó que en en el 2014, el impuesto solo aplicó a las bebidas con azúcar; ahora afectará tanto a las bebidas calóricas como a las no calóricas.
A partir del 1 de enero entrará en vigor el nuevo IEPS, que incrementará el precio de los refrescos azucarados en 3.08 pesos por litro y, por primera vez, gravará los endulzados con ingredientes no calóricos en 1.50 pesos por litro.
El canal principal de venta de refrescos en México es el tradicional o las tiendas de la “esquina”, que actualmente suman cerca de 1.1 millones en todo el país, explicó la consultora.

