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Transformación digital en los sistemas de salud

Alexandro Arias, Socio Líder de la industria de Ciencias de la Vida y Cuidado de la Salud de Deloitte Spanish Latin America y Antonio Martinez Colorado, Socio Líder de Cuidado de la Salud de Deloitte Spanish Latin America. 

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La innovación ha permitido en el sector salud, avanzar sustancialmente en los procesos de diagnóstico, tratamiento y atención y; con ello, mejorar los resultados clínicos de atención al paciente y, reduciendo el costo financiero de la atención médica.  

Tanto en el ámbito de Ciencias de la Vida cómo en el Cuidado de la salud, la transformación digital se presenta como un foco de innovación y eficiencia. Sin embargo, el cambio representa un camino complejo. Por un lado, la certidumbre jurídica para el uso de estas herramientas. En este sentido, existen dentro de nuestro sistema de salud varias iniciativas a nivel congreso que buscan dar seguridad a varias de las herramientas que hoy son parte de la transformación digital de los sistemas de salud: la de salud digital que incluye el uso del expediente electrónico, una receta electrónica y telemedicina; así como la inteligencia artificial aplicada a la salud; y la de medicina de precisión.  

Otro gran reto que presenta la transformación digital está en el cálculo del retorno de la inversión (ROI), la obtención de beneficios financieros por la transformación. Para medir el impacto, lo primero que las organizaciones deben tener en cuenta es que la transformación digital es la utilización de tecnologías y canales de contacto aplicados de manera integral para mejorar radicalmente los resultados y alcance de los servicios ofrecidos por la organización.  Esta transformación está basada en tres factores:  

  1. Productos, servicios y experiencias, que se refiere a cómo los proveedores de salud satisfacen las necesidades de sus clientes, empleados y grupos de interés. 
  2. La organización digital, se refiere a las capacidades que las organizaciones deben crear para lograr sus objetivos en cultura, talento, estrategia, finanzas, operaciones, cadena de suministro, entre otras.   
  3. El “core” digital conformado por la arquitectura tecnológica, los datos y la infraestructura que soporta la transformación, así como la estrategia de ciberseguridad, fundamental en cualquier proceso de transformación. 

Todos estos factores interactuando con factores externos (consumidores, ecosistema, reguladores, tecnología) son útiles para retroalimentar a la organización y con ello definir su programa de transformación digital y de mejora continua. 

El siguiente paso es identificar cómo cada iniciativa de transformación digital impacta financieramente, a nivel de experiencia de nuestros consumidores y en los resultados de salud. Para ello, hay que tener claridad sobre las palancas de valor que se impactan; por ejemplo, la optimización de los procesos de ventas y marketing permite a la organización atraer clientes y; aplicado de manera eficiente, reducir los costos de adquisición de nuevos clientes.  

Otra de las formas de medir el valor de la transformación digital, está en la obtención y uso de datos para mejorar la experiencia del consumidor y para generar efectividad en la operación de la organización. Las nuevas herramientas tecnológicas generan una gran cantidad de datos que permiten a la organización:  

  • Diseñar modelos de atención eficientes y efectivos  
  • Diseñar intervenciones para mejorar los resultados clínicos de sus pacientes,  
  • Ser proactivos para reducir los problemas de salud y diagnosticar de manera temprana enfermedades.  
  • Optimizar las operaciones de soporte dentro de la organización 

En cuestión de manejo de obtención y manejo de datos, los retos que se tienen están en el gobierno y calidad de los datos; el uso de esta para la toma de decisiones; y, por supuesto, el uso de los datos para medir el impacto de las iniciativas digitales.  

En conclusión, los procesos de transformación digital para ser exitosos deben partir de organizaciones con una cultura de innovación profunda que continuamente genere iniciativas de mejora; que se cuente un plan de implementación claro, que incluya iniciativas cuyo valor e impacto medibles y; que genere datos que permita a la organización contar con un proceso retroalimentación y de mejora continua así como de herramientas para mejorar la experiencia y hacer eficiente y efectiva la atención de salud.

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