La Poblanita, una tradición convertida en negocio

Conjugar en un solo lugar las recetas más tradicionales de la comida mexicana, con precios accesibles y la mejor calidad son algunos de los secretos para sobrevivir y crecer en los negocios de comida, asegura Alberto Díaz, joven empresario de la capital del país.

A pesar de los altibajos de la economía de México, el surgimiento de nuevos impuestos o la Ley de No Fumadores, La Poblanita de Tacubaya es un restaurante típico, sencillo y agradable que nunca está vacío.

La Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) y la Secretaría de Turismo reconocen que en este negocio se prepara el mejor chile en nogada de la ciudad.

Tener un negocio sólido, con estrategias definidas y capaz de sortear los vaivenes de la economía no es algo que se logre al primer intento y mucho menos cuando la experiencia es tan corta.

Con 18 años de edad, Adalberto Díaz compró este restaurante con un préstamo que le hizo su papá. Al cabo de cinco años de operarlo, el prestigio y número de comensales ha aumentado a tal grado que no sólo terminó de pagar la deuda, sino que en este año abrió la segunda sucursal.

Espíritu empresarial

Adalberto Díaz destaca que esto se logra con base en una visión empresarial y mucha preparación.

Su gusto por los negocios inició desde que era muy pequeño. Lo mismo vendía dulces que perfumes en época decembrina con seis vendedoras a su cargo, hasta que la anterior dueña de La Poblanita de Tacubaya le ofreció el restaurante hace cinco años.

Mientras estudiaba Administración y Finanzas en Estados Unidos, sus papás le ayudaban con la gestión del negocio, pero en cada temporada vacacional Adalberto dedicaba más de 8 horas al restaurante.

Recopiló entre la familia recetas de hace 100 años para hacer del negocio un lugar con comida muy típica y tradicional.

"Hoy, La Poblanita de Tacubaya es un restaurante muy sencillo y psicológicamente hace que entre la gente. Ahí vas a degustar platillos de buena calidad y nunca saldrás con el estómago vacío.

"El costo es estándar porque tenemos que enfrentar mucha competencia, pero tenemos como ventaja que actualmente los restaurantes mexicanos son pocos y las recetas que tienen no son las tradicionales", detalla.

Sabor mexicano

A nivel internacional han logrado numerosos reconocimientos, pues el restaurante busca "hacer de la comida mexicana un patrimonio tangible de la humanidad".

Por eso, los chiles en nogada es el platillo estrella de La Poblanita de Tacubaya. Tan sólo su relleno es de más de 850 gramos; incluye arroz y un penacho de plátano frito que representa a los indígenas ante la llegada de los españoles durante la época de la Conquista.

Por eso no es raro que en septiembre se vendan entre 450 y 500 chiles en nogada diarios en la casa matriz, ubicada en la calle de Luis G. Vieyra en la colonia San Miguel Chapultepec, y por lo menos la mitad en la nueva sucursal de Patriotismo.

Además, en este restaurante las tortillas están hechas a mano y el mole se manda a moler a un molino de piedra para darle un sabor único y especial. Las chalupitas, por ejemplo, también tienen su toque familiar y son aderezadas con una salsa que incluye piloncillo.

Recientemente han ampliado su carta de postres y, con casi 50 empleados en ambas unidades, Adalberto Díaz resalta que ofrecen cada vez un mejor servicio y más personalizado al cliente.

Con los resultados obtenidos hasta el momento es que el empresario no titubea al asegurar que hará de La Poblanita de Tacubaya un lugar único en México, en donde se deguste comida 100% mexicana y que incluso pueda ser reconocido a nivel mundial.?

ccreyna@eleconomista.com.mx