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Inflación de salarios en NFL, un efecto imparable

Mientras el tope salarial siga rompiendo récords, también lo harán los contratos de jugadores; el top 5 de acuerdos más lucrativos se dio entre 2020 y 2022.

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Aaron Rodgers, quarterback de los Green Bay Packers. Foto: AFP

La nueva normalidad de la NFL es hablar de contratos cada vez más lucrativos para los jugadores. Hace unas semanas, el ejemplo ideal fue el experimentado quarterback, Aaron Rodgers, cuando se reveló que se mantendrá en los Green Bay Packers por cuatro años y 200 millones de dólares, que lo convirtieron en el futbolista con el salario promedio anual más alto en la historia de la liga, con 50 millones que superan los 45 que había impuesto Patrick Mahomes en 2020 (firmó por 10 años y 450 millones con Kansas City Chiefs).

No sólo Rodgers ha causado ruido en la temporada baja de la NFL en 2022. A esa tendencia de sueldos estratosféricos se sumó otro quarterback, Deshaun Watson, al ser firmado por los Cleveland Browns por 230 millones de dólares y cinco años, que lo sitúan como el tercer contrato más valioso en la historia de la liga solo después del de Mahomes con los Chiefs y del de Josh Allen con los Buffalo Bills por 258 millones en seis años, acordado en 2021.

Rodgers, Watson, Mahomes, Allen, así como Dak Prescott (cuatro años y 160 millones de dólares con Cowboys), Matt Ryan (cinco años y 150 millones con Falcons), Khalil Mack (seis años y 141 millones con Bears), Russell Wilson (cuatro años y 140 millones con Seahawks) y Andrew Luck (seis años y 139 millones con Colts) conforman el top 10 de los contratos más lucrativos en la historia de la NFL y todos se firmaron entre 2018 y 2022, creando una inflación de salarios cuyo ritmo se ha acelerado en menos de un lustro.

“Todo obedece a la misma inflación, por así ponerle el término, que ha tenido también el tope salarial de la NFL. En 1994 se utilizó por primera vez dicho tope salarial y fue de 34.6 millones de dólares; para 2006 por primera vez se rompe la barrera de los 100 millones, quedando en 102, y ahora, en 2022, se llegó a la cifra histórica de 208.2 millones (...) Al final del día ese es el mercado, la oferta y demanda que tiene la NFL, y solo va para arriba, no para abajo”, señala Iván Pirrón, coordinador del diario AS en Estados Unidos (AS USA) y analista de la NFL desde hace 31 años.

La razón de fondo para presenciar contratos cada vez más lucrativos para los jugadores es el crecimiento paralelo en el tope salarial, explica el especialista. Dicho salary cap ha ido en ascenso desde su instauración hasta llegar a un crecimiento interanual del 26.3% de 1997 a 1998 y solamente decreció en un par de ocasiones: de 2010 a 2011 (-6.25%) y de 2020 a 2021 (-7.9%), este último debido a la pandemia. Para llegar a esas cifras, la NFL ha visto crecer su negocio gracias, sobre todo, a los más recientes acuerdos por la venta de sus derechos de transmisión, que ya alcanzaron los 10,000 millones de dólares anuales.

Mientras en 1998 se hablaba por primera vez de un tope salarial que rebasaba los 50 millones de dólares, en menos de tres décadas se rompió el récord de los 200 millones, como ha ocurrido previo a la temporada 2022, en la que Rodgers marcará la pauta con su salario renovado con los Packers. Cabe señalar que esto también resulta de los proyectos que hace cada equipo, pues hay algunos que se decantan por mantener o atraer a un jugador estrella, mientras que otros prefieren tener una plantilla de valor más parejo y no recaer sus aspiraciones en un solo elemento.

“El hecho de que cada año sube el límite salarial permite mejorar la economía de los equipos, aunque para eso hay que contextualizar que en la NFL no existen traspasos por dinero. Luego, hay que comprender que la dirección de cada franquicia establece diferentes estrategias para distribuir su economía a corto o largo plazo. Así, hay equipos que deciden gastarse un gran porcentaje en un solo jugador muy bueno como habrá otros que prefieran pagar menos y tener más talento en el roster”, explica Juan Carlos Rodríguez dos Santos, asesor deportivo, analista y scout en España.

De esta forma, los Jacksonville Jaguars, por ejemplo, tienen una masa salarial de 237 millones de dólares al año, siendo Cam Robinson el que mejor sueldo base percibe con 16.66 millones, una cifra muy por debajo de los 46 millones que recibirá Josh Allen con los Buffalo Bills hasta 2028; la cotización del quarterback de Bills y su lucrativo contrato llegaron después de que fuera un referente que hizo que el equipo volviera a superar unos wildcards después de 27 años.

“Para llegar a estos acuerdos, el jugador tiene que ganar dentro y fuera del campo. En el caso de Mahomes, le dieron un contrato de 450 millones de dólares por 10 años, pero Chiefs sabe que ha hecho una inversión porque es uno de los jugadores que más jerseys vende en toda la liga y el que más vende en Kansas, entonces, como gerencia general, firmas a un jugador que en el campo te gana partidos pero también afuera es parte de tu negocio porque se convierte en un jugador con merchandising y mercadotecnia. Eso funciona igual con Josh Allen, Tom Brady y con todas las grandes estrellas”, agrega Iván Pirrón.

Los recientes casos de recontratación de Aaron Rodgers con los Packers y Tom Brady con los Buccaneers causaron revuelo porque ambos están en la parte final de su carrera; Brady, particularmente, se había retirado al término de la temporada 2021, pero anunció su regreso a la actividad en menos de tres meses.

¿Qué tanto el estar cerca del retiro es un factor para que los jugadores logren mejores contratos?

—“La experiencia es un factor muy importante en la NFL y es un argumento a favor de los jugadores para negociar mejores contratos, sobre todo si durante su trayectoria han demostrado ser los mejores de la liga como es el caso de Brady y Rodgers. La condición de la edad, sobre todo cerca del retiro, provoca que los jugadores busquen mejores contratos para asegurar su vida cuando finalice su carrera deportiva”, responde Rodríguez dos Santos.

El parteaguas de contratos multimillonarios se dio en 2016 con el exquarterback de los Colts, Andrew Luck, firmando un acuerdo de seis años por 139 millones de dólares. Entonces se han dado otros con cifras todavía más altas e incluso repitiendo, como el caso de Deshaun Watson, que apenas en 2020 firmó por 156 millones y cuatro años con los Texans y en 2022 acordó 230 millones y cinco años con los Browns. La tendencia al alza está clara y se consolidó con el acuerdo de Rodgers y los Packers en esta temporada baja.

“Uno de los estándares desde ya puede ser el contrato que firmó Rodgers, eso lo vamos a ver más seguido en los próximos años. Para la temporada 2030 es muy probable que ya estemos hablando de contratos de 80, 90 y 100 millones de dólares (anuales para un jugador) porque con la velocidad con la que está creciendo el tope salarial muy pronto vamos a estar hablando de 300 millones y para cuando hablemos de un tope de 600 será muy probable que venga el primer contrato de 100 para un jugador. En el corto plazo lo que veo es que se van a seguir dando esos acuerdos por tres o cuatro años y 50 millones anuales, claro, hablando de súper estrellas”, visualiza el analista de AS USA.

No obstante, eso mismo es un error para Pirrón: “Los equipos les dan estos contratos multianuales y multimillonarios a la mayoría de los quarterbacks cuando no han ganado nada, los Browns le dieron una alta cifra a Watson después de que viene de una temporada en la que no jugó un solo partido porque trae encima 22 acusaciones de acoso sexual en Houston. Estos grandes contratos por supuesto les ponen más presión a los jugadores; en ese sentido, el sistema de la NFL está mal porque premia a los jugadores cuando todavía no han demostrado que son capaces de ganar títulos”.

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