Lectura 5:00 min
Hacernos reír les cuesta esfuerzo, salud y constancia
El Economista presenta la historia de las personas detrás de las botargas, están a los que se les da por naturalidad; otros que han sufrido golpes de calor y algunos más son tímidos, introvertidos, pero enloquecen estadios.

La fatiga parece no existir. Él ha bailado durante casi todo el partido inaugural entre Delfines de Ciudad del Carmen y Olmecas de Tabasco; aquel día hubo una batucada y se mantuvo en el campo casi todo el partido. Era 18 de marzo del 2012.
Roque Ramos cuenta que al colocarse la botarga de Chito, el delfín que representa a la novena de Ciudad del Carmen, puso en su cuello la banda elástica que evita que la cabeza del traje se caiga, pero al ser nueva la botarga la banda apretaba mucho y no le tomó mucha importancia. El encuentro terminó con una victoria del equipo local.
Cuando llegué a mi casa me percaté que mis dedos estaban morados , comentó Roque Ramos, a quien, según le comentaron, la reacción de su cuerpo fue algo similar a una asfixia.
Uno de los retos es soportar temperaturas cercanas a 40 grados centígrados que se registran en algunas plazas donde se juega beisbol, por ejemplo, en Campeche; el también estudiante de Ingeniería en Computación explicó que ante dichas condiciones, es fundamental mantenerse hidratado y en su caso, suele beber aproximadamente cinco botellas de suero durante un partido y constantemente se quita la botarga para evitar sofocarse.
A partir de aquella situación se pone la banda elástica en la barbilla. Roque mencionó que son cosas que se van aprendiendo para usar de forma más cómoda la botarga. Él le da vida a Chito desde mediados de la campaña 2011 -el nombre del delfín surge porque es una palabra muy común en ciudad del Carmen para dirigirse a las personas y así se le llamó por ser algo distintivo del lugar.
Fue un puesto que él solicitó a la directiva cuando recién había llegado la franquicia a Campeche, aunque le advirtieron que era pesado y la gente que lo había solicitado antes no aguantó más de una semana con el puesto.
Algunas de las personas que le dan vida a las mascotas de la Liga Mexicana de Beisbol comentan que cuando están dentro del personaje se les olvidan las lesiones, problemas personales o simplemente un mal día. Portar una botarga es para Ricardo Ferrer, Carlos Montoya, Roque Ramos y Ricardo Gómez genuina diversión.
En el diamante bailan, organizan las porras para alentar a su equipo, suben a la grada para interactuar con el público, a veces se permiten hacer un par de travesuras, se toman fotos y dan autógrafos.
Yo siempre he dicho, desde que tomé la responsabilidad del personaje, que hay que dar todo en el terrero de juego , comentó Ricardo Gómez, quien se encarga de darle vida a la mascota de Diablos Rojos del México, Rocco, desde hace nueve años.
Cuando terminaba su labor en la Liga Mexicana de Beisbol, años atrás también trabajaba en la Liga Mexicana del Pacífico y un día decidió vestir a Rocco como un superhéroe y saltar desde una distancia de dos metros y medio.
El resultado fue una lesión en la rodilla, por la que tuvo que descansar dos días, no más. Aunque le insistieron que reposara por más tiempo, él decidió continuar trabajando y seguir ganándose el aplauso del público.
Gómez Ibarra refirió que siempre da lo mejor de sí, porque se pone en el lugar del espectador, que paga un boleto para asistir a un espectáculo y a él no le gustaría que éste fuera malo o alguien actuara desanimado. Él también se ha enfundado en Kid, botarga de la Selección mexicana y desde niño ha personificado al payaso Rocaritas.
* * *
Ricardo Ferrer llegó a las 2 de la tarde al estadio Nelson Barrera, siempre está entre una hora y media y dos horas antes de que inicien los partidos de Piratas de Campeche, tiempo que regularmente utiliza para entrenar y prepara todo para el momento en el que tenga que salir al campo de juego.
Es 30 de abril del 2013, día del niño. Durante la segunda entrada, Ricardo no usa a Lorenzillo como siempre suele hacerlo, su rutina incluye usar un inflable que asemeja a una persona y comienza a bailar como siempre, pero de repente empieza a sentirse mal y se va de lado. Del estadio lo han tenido que trasladar al hospital a consecuencia de golpe de calor.
Me detectaron doble arritmia cardiaca y me internaron hasta que me estabilizaron , recordó Ricardo y ese día se enteró que dicho problema lo aquejaba.
Aunque se tiene que acostumbrar a diferentes circunstancias, él afirmó que sigue ahí porque hace lo que le gusta, la gente va a ver beisbol y parte de este espectáculo somos nosotros, las mascotas , dijo el también profesor de Educación Cívica y Ética a nivel secundaria y quien lleva ya 15 años siendo uno de los emblemas de Piratas.
Ricardo asegura que Lorenzillo y él son de personalidades muy similares y cuando está en el personaje éste le permite hacer muchas cosas que de otra forma difícilmente realizaría.
En el caso de Carlos Montoya, a a cargo de Kike Conejo, indicó que su forma de ser es muy distinta a la de la mascota de Saraperos. Carlos es más introvertido, una vez adentro del traje de conejo se desinhibe.
Él lleva 11 temporadas trabajando para la franquicia y asegura que parte de sus habilidades las desarrolló porque proviene de una familia de payasos y su hermano también fue Kike.
¿Cansancio? No. Al menos no cuando están personificando a la mascota. Robarle una sonrisa o un aplauso al público son expresiones con las que el espectador suele reconocer un trabajo que se caracteriza por ser muy espontáneo en el mundo del beisbol.