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“Terminemos con el binarismo como forma de escribir la ciencia”: Lu Ciccia

La biotecnóloga argentina presenta La invención de los sexos, un libro dedicado a  cualquier persona que esté dispuesta a incomodarse y a poner en duda sus certezas, porque cuestiona con perspectiva de género la producción del conocimiento científico e invalida la categorización binaria de los cuerpos.

La mente es más que el cerebro, y porque el destino no está escrito en la biología, Lucía Gabriela Ciccia, doctora en estudios de género por la Universidad de Buenos Aires y biotecnóloga presenta su libro La invención de los sexos (Siglo XXI).

En el periplo de la modernidad, el binarismo se asentó sucesivamente en la genitalidad, en las hormonas, en la genética y, por fin, en el cerebro. Lu Ciccia (Argentina, 1987)  explora desde la cognición y la conducta hasta el ámbito biomédico, y pone énfasis en las consecuencias que la mirada androcéntrica ha tenido y tiene sobre la descripción de qué son las enfermedades, cómo y a quiénes afectan y cómo se tratan. Sin dejar de lado el materialismo, cuestiona la distinción tajante entre naturaleza y cultura. 

¿Está el sexo en la naturaleza? ¿Quién dijo que hay dos géneros, o dos orientaciones sexuales? ¿Somos resultado de nuestras hormonas? ¿Cuánta biología hay en nuestro comportamiento, nuestros deseos, nuestra subjetividad? ¿Hay cerebros rosas y celestes? Este libro responde a estas preguntas revisando evidencia y discutiendo interpretaciones, recorre la historia de la ciencia y desmenuza los argumentos con los que el discurso científico sobre la diferencia sexual construyó legitimidad para el sistema de valores androcéntrico y la supremacía del cis varón, también revisa los modos en que, a lo largo de esa historia, los feminismos interpelaron y cuestionaron, con distintos énfasis, la naturalización de las jerarquías. 

En entrevista para El Economista, Ciccia asegura que este texto es para cualquier persona que esté dispuesta a incomodarse y a poner en duda sus certezas, “invito a esta lectura, porque lo que intenta es reflexionar sobre lo que somos hasta el punto tal de incomodarnos y dudar de lo que siempre dimos por sentado, cediendo nuestra propia experiencia a la producción de conocimiento científico y a la autoridad epistémica por antonomasia”. 

Dijo que esa incomodidad sugiere repensar quiénes somos, por qué, cuáles son nuestros intereses y deseos y abandonar los anclajes biológicos que nos sugieren que hay algo natural en eso que somos. “Propone entender la realidad de lo que somos como un entrelazamiento entre el discurso y la materia”. 

La investigadora del Centro de investigaciones y Estudios de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México (CIEG-UNAM) explica que escribir este libro no fue fácil y tuvo que ver con una trayectoria interdisciplinar. Un doctorado que había iniciado en neurociencias terminó en la epistemología feminista en la Facultad de Filosofía de Buenos Aires, con esas herramientas hace una crítica interna de cómo funciona la producción del conocimiento y después se desplaza hacia la epistemología feminista. 

“Mi critica al discurso científico tiene que ver con la práctica y experiencia subjetiva y, después, a encontrarme con las críticas hechas por epistemólogas feministas y la idea de que exista una producción de conocimiento objetiva, neutral y universal. La articulación de la crítica que hago es fundamentalmente interseccional”. 

Los sesgos androcéntricos 

Lu Ciccia explica que los sesgos androcéntricos se reproducen en muchas personas independientemente de nuestra identidad de género y sexualidad. “Debemos entender que la ciencia está contextualizada y que implica intereses socioeconómicos y políticos”. Refiere una deliberación de la verdad por parte de la comunidad científica donde la carga teórica de la información son esas teorías o hipótesis que emanan de la producción de conocimiento, pero que no está pensando en una carga teórica atravesada por normativas de género, esto es lo que la autora sugiere en este libro en sintonía con la epistemología feminista. 

Asegura que en la ciencia no hay neutralidad, porque sabemos que partimos de presupuestos a priori científicos, una observación que resulta de cómo se estructura la vida social, de los roles y normativas de género “y esa estructuración de la vida social se naturaliza”, eso vale para cualquier tipo de subjetividad, es decir, no importa si son mujeres o personas de la comunidad LGBT, el presupuesto en lugar de ser basado en una realidad objetiva, es basado en sesgos androcéntricos, con una mirada cis masculina blanca heterosexual y que permean las hipótesis, la interpretación de resultados, cómo entendemos los casos particulares y que hará que forcemos la interpretación de esos resultados para ajustarlos a la hipótesis que queremos corroborar. 

Ante esta realidad, la intención del libro es justamente perderle el miedo a lo que nos enseñan como “ciencias intocables”. Ciccia recuerda que la ciencia la hacen las personas y que esas personas estamos situadas fuera de la neutralidad, que “permeamos valores para entender la ciencia”. 

Agrega que tampoco se trata de “prender fuego a lo realizado”, sino de revisar críticamente lo que está dicho y hecho. Los presupuestos, las hipótesis, los diseños experimentales, cómo se interpretan los datos y los resultados; luego repensar otras formas de caracterizar lo que hoy se supone que es debido a la naturaleza o a lo que llamamos sexo. 

En eso versa este texto, en reinterpretar además las diferencias biológicas a la luz de las normativas de género, por un lado, y por el otro en cuestionar la idea de que la mente es nuestro cerebro, que viene de la mirada de la cis masculinidad blanca heterosexual desde el siglo XVII, en un contexto de sociedades preindustriales y cuyo fin fue la intervención de la naturaleza y la polarización de los roles sociales subordinando el cuerpo de las cis mujeres a la escena doméstica. 

“Esa reconceptualización de ideologías nos lleva a elaborar presupuestos e hipótesis para pensar en nuestros estados mentales o las diferencias biológicas. Esto tiene mucha relevancia no sólo por una investigación ética que no legitima estereotipos de género o roles sociales jerarquizados. Además, aporta un fuerte compromiso ético en un sentido biomédico para acceder a un mejor conocimiento respecto de la prevalencia desarrollo y tratamiento de enfermedades”. La escritora asegura que es urgente una reconceptualización de lo que estamos llamando sexo, género, salud, entre otros términos.  

Concluye que es necesaria una alfabetización en el sentido de la producción de conocimiento hacia la población en general, pero también hacia los especialistas, “porque en la formación académica se siguen reproduciendo modelos androcéntricos, porque no se lleva historia de la ciencia sino hechos aislados con esta idea de mentes brillantes, varones blancos que de repente les cayó la “manzana en la cabeza” y descubrieron las leyes del universo. Esta narrativa descontextualiza de cómo se produce conocimiento y luego lo reproducimos ya como científicos legitimando la idea de dos cerebros, sin darnos cuenta de que esa legitimidad valida la jerarquización de los cuerpos, que debe terminar.

La invención de los sexos

Autora: Lu Ciccia

Año: 2022

Editorial: Siglo XXI Editores

Páginas: 254 

Precio impreso: 280 pesos

Precio e-book: 152 pesos 

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