Lectura 4:00 min
TLCAN fue un desastre para el cine mexicano
Analistas aseguran que el público contemporáneo nacional ha dejado de pensar como mexicano y no se creó una identidad norteamericana, donde los tres países sean jugadores equitativos.

Dentro del foro Paso libre a la cultura: tratos y maltratos del TLCAN , convocado por el Grupo de Reflexión en Cultura y Economía de la UAM (el Grecu) el cineasta y activista Víctor Ugalde fue definitivo: para la industria audiovisual, especialmente el cine, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte fue devastador.
México entregó la industria audiovisual bajo pedido... De ser una industria apoyada y protegida se le dejó sola ante las fuerzas del mercado, sin modo de competir contra Hollywood , dijo Ugalde en la mesa de trabajo dedicada al análisis del estado de los medios audiovisuales a 20 años de libre comercio entre los tres países de Norteamérica. En realidad, la mesa trató sobre todo de la industria fílmica.
Participaron también el analista Guillermo Vega Zaragoza y la académica estadounidense Misha MacLaird.
Para el cineasta, todo comenzó con la reforma a la ley cinematográfica de 1992, que retiró subsidios al cine y desapareció a Cotsa, la exhibidora estatal que llegaba a gran parte del país.
Según cifras de Ugalde, antes de 1992 el cine llegaba a más de 50% de la población, el público principal era de bajos recursos, había salas en casi todas las ciudades y el boleto era muy barato: con un día de salario se adquirían 16 boletos.
Después de la reforma del 92 y de la aprobación del TLCAN en 1994 el cine se volvió entretenimiento exclusivo de la clase media y alta que consume sobre todo cintas estadounidenses. Desaparecieron los 1,600 pequeños exhibidores que había en el país y actualmente sólo dos grandes cadenas, Cinemex y Cinépolis, atienden a una parte minoritaria de población.
Hoy el mercado nacional es presa de las presiones de la Motion Picture Association of America, la organización industrial de Hollywood, que tiene prácticas económicas ilegales como el dumping.
HEMOS DEJADO DE PENSAR COMO MEXICANOS
Para Guillermo Vega Zaragoza, el público contemporáneo nacional ha dejado de pensar como mexicano . Al perder la batalla por las pantallas mexicanas, México ha perdido una guerra de ideas y de identidad, aseguró el experto. El ganador es Estados Unidos que al dominar la cultura, domina al país.
El caso de Alfonso Cuarón y su reciente triunfo en el Óscar es sintomático para Vega. Cuarón dejó de pensar como mexicano... Nada más alejado de México que filmar una cinta sobre astronautas .
De acuerdo con el analista, el cine mexicano desde la Era de Oro en los 40 y 50, al cine popular de los 70 y 80 (el cine de ficheras, luchadores) tenía una identidad propia, porque el público la tenía también. No se copiaba a Hollywood, dijo.
Tanto Vega Zaragoza como Misha MacLaird comentaron el triunfo de Nosotros los nobles como el caso típico de lo que consume este público pos-TLCAN, norteamericanizado: una cinta que retrata al mismo público que hoy abarrota las salas de cine mexicanas y que juega a la subversión, pero al final deja la jerarquía social tal como estaba (Vega Zaragoza parece olvidar que Nosotros los Nobles es una adaptación muy directa de El gran calavera, de Luis Buñuel de 1949, en plena Era de oro).
Para MacLaird, el TLCAN ha resultado en un dominio estadounidense sobre México y Canadá. No se ha creado una verdadera identidad norteamericana donde los tres países sean jugadores equitativos.
Como conclusión, Víctor Ugalde propone regresar al modelo anterior de producción, distribución y exhibición, reformar la ley de cinematografía y otras leyes transversales y exigir un proteccionismo necesario sobre una industria que transporta no sólo entretenimiento sino también ideas, sentimientos y valores.
concepción.moreno@eleconomista.mx