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Rüdiger Safranski: encontrar el hogar en la filosofía
La gran filosofía es la que ejerce atracción, es aquella en la que queremos vivir como en un universo de ideas, en la que encontramos el hogar , afirmó el filósofo y escritor alemán Rüdiger Safranski en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
Guadalajara, Jal. La gran filosofía es la que ejerce atracción, es aquella en la que queremos vivir como en un universo de ideas, en la que encontramos el hogar , afirmó el filósofo y escritor alemán Rüdiger Safranski en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, acompañado por José María Pérez Gay -su interlocutor y absoluto conocedor y divulgador de la filosofía y la literatura alemanas en México- y por Rafael Pérez Gay, quien se convirtió, la noche del sábado, en la voz de José María.
Rüdiger Safranski (Rottweil, Württemberg, 1945) y José María Pérez Gay (ciudad de México, 1944) se conocieron en Alemania, en mayo de 1965.
Consolidaron una amistad hecha de todas las preguntas que tienen que ver con la imaginación .
José María Pérez Gay destacó -en un texto leído en voz alta por Rafael Pérez Gay- las investigaciones filosóficas de Safranski, que en el corazón mismo de los años dorados de la cultura alemana -o como él los llamó en su segundo libro, los años salvajes de la filosofía- se proponía volver a ese tiempo de coronación del yo, tiempo libre de la tutela divina y pleno de optimismo, como sólo puede estarlo quien confía plenamente en la conciencia y en las posibilidades de la razón .
Tras anunciar que trabaja en un libro sobre Goethe, Rüdiger Safranski, aseveró: La filosofía es una introspección. En ella nos volcamos hacia adentro, es un universo del pensamiento en el que nos zambullimos. La exigencia de la filosofía radica en la sensación de ser atraídos hacia ella y luego ser devueltos a la realidad: inmersión y emersión. Destaco la diferencia entre la filosofía realmente fascinante y la filosofía meramente utilitaria.
Cuando voy a la biblioteca por la mañana, después de haber fumado mi pipa matutina, releo unas cuantas páginas de Schopenhauer para volver a tener visiones emocionantes, perspectivas apasionantes, acceso a un lenguaje fascinante; no sólo hojeo a Nietzsche para recordar qué dijo de un problema -siempre tuvo mucho que decir sobre múltiples asuntos-, sino porque la filosofía tiene mucha fuerza. Con Schopenhauer se hace mucho más patente y claro:
vive en el gigantesco palacio de su filosofía. Estaba enemistado con los seres humanos , dijo Safranski.
La filosofía no es una ciencia pura ni un arte puro, sino algo muy peculiar en medio de ambas , concluyó Rüdiger Safranski.
agarcia@eleconomista.com.mx