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Arte e Ideas

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¿Quién le tema a Elena Ferrante?

Resulta que esta semana, por recomendación de una amiga, comencé a leer La amiga estupenda (Lumen), de la italiana Elena Ferrante.

Sí, ya sé que siempre llego tarde a la fiesta. Soy pésima, déjenme.

Resulta que esta semana, por recomendación de una amiga, comencé a leer La amiga estupenda (Lumen), de la italiana Elena Ferrante.

¿Quién le teme a Elena Ferrante? Yo sí. A ver, me explico: siempre desconfío de los libros a los que Sanborns les hace aparadores. O sea, esos libros que se vuelven fenómeno ultra-ventas de la nada. Haruki ?Murakami, te estoy viendo.

Miren, los fenómenos populares me fascinan y me asustan. Me fascinan: cómo le atinaron, cómo supieron hablarle al mundo, qué nervio tocaron. Me asustan: esta homogeneidad de la cultura. ¿Todos estamos leyendo, oyendo, viendo lo mismo? ¿Dónde quedó el espacio para la diversidad?

Y hay otra cosa que he de reconocer: los libros de Elena?Ferrante me sonaban a obras para señoras, ésas que en la década de los 90 llamaban literatura femenina y el misógino que vive en mi cerebro me decía no lo hagas, no lo hagas .

Pero lo hice. Y agradezco a mi corazón feminista que siempre gane sus batallas. La ?amiga estupenda es eso: una novela estupenda.

No se las voy a reseñar acá porque recién la comencé. ¿Cómo me atrevo a decir que es estupenda si apenas voy por la página 100? Hay signos delatores, pero el hecho de que uno necesite darle vuelta y vuelta a las páginas sin temor al desvelo es la señal principal. Lo que quiero decir es que es divertidísima y entrañable.

La amiga estupenda es la primera de cuatro entregas de la serie Dos amigas, un típico fresco histórico de más de medio siglo de vida de la ciudad de Nápoles.

Por supuesto, hay romance?y crimen, como debe ser en toda novela de aventuras, pero?también hay observaciones?sociológicas. Hasta un poco?de dialecto napolitano puede?aprender el lector. La mafia aparece. Y hay una larga lista de personajes, miembros de diferentes familias, que van definiendo la vida de Lila y Lenú, dos jóvenes mujeres que viven en un barrio pobre.

¿Quién le teme a Elena ?Ferrante? Yo sí, porque me siento absorbida, tragada. Por mi trabajo, y por gusto, normalmente tengo que leer más de un libro a la vez. Resulta que ahora no quiero leer nada más. Sólo quiero ir a Amazon (no es comercial, es necesidad: en las librerías del mundo de carne y hueso los libros están agotados o no tienen la colección completa) y comprar los tomos que me faltan de la serie y de todo lo que ha escrito la Ferrante.

Y luego está la historia de la propia autora. ¿Se la saben? Hará unos cinco años, cuando la serie se volvía revolución en Italia, que todo mundo quería saber quién era Elena Ferrante. ¿Cómo es que nadie le había tomado una foto, hecho una entrevista en televisión? Ferrante contestaba muy amable las entrevistas siempre y cuando fueran por mail.

Su anonimato duró un par de años. A finales del 2016, un periodista italiano descorrió el velo. Elena Ferrante era el seudónimo de una traductora, Anita Raja, que usó el vehículo Ferrante porque sólo quería escribir en paz.

No sean como yo, desconfiados y cínicos. A veces los popular también es exquisito. Piensen en un delicioso chamorro en una cantina, con su cerveza helada al ristre. Así de satisfactorio es leer a Elena Ferrante, con todo y su grasa, ese jalón gravitacional llamado mal del puerco . Si hay un equivalente literario, ese sería un libro como La amiga estupenda.

¿Quién le teme a Elena Ferrante? Yo, yo. Porque cuando leo una novela tan clásica y bien hecha me siento como una señorita del siglo XIX que lee más que vive. Yo me sueño Hemingway y estoy en Emily Dickinson. Pero llueve. Y nada mejor que estar con una cobija y un gato leyendo en la cama. Y los libros como La amiga estupenda se hicieron para eso.

Sí, le tengo miedo. Me tiene hechizada.

concepcion.moreno@eleconomista.mx

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