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¿Medallas olímpicas hechas de desechos electrónicos?
Los japoneses buscan dar un gran paso en pos de que se cumpla su objetivo de organizar un evento que resulte sustentable y ecológico.

Foto: Reuters
Usar energías renovables, construir la villa de los atletas con madera reutilizable o fabricar las medallas con metales desechados son algunas de las iniciativas con las que los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que comenzarán de hoy en 22 meses, buscan convertirse en abanderados de la ecología y la sustentabilidad.
Tanto el comité organizador como el gobierno de la capital nipona se han volcado en la aplicación de las 3R (reducir, reutilizar, reciclar), con lo que quieren crear un legado del evento respetuoso con el medio ambiente y que ayude a Tokio a convertirse en una ciudad de vanguardia en el uso de infraestructuras energéticas eficientes.
La organización cuenta con el apoyo de poderosos patrocinadores, como el fabricante Toyota Motor, que prevé introducir en la capital japonesa más de 100 autobuses que funcionan con hidrógeno —el primero fue entregado en el 2017—, para prestar servicio antes de los Juegos, cuando se prevé un elevado número de visitantes.
El hecho de que en torno a 60% de las instalaciones para las competiciones ya existan ofrece impulso en la reducción de emisiones contaminantes, puesto que al necesitarse menos locales habrá menos necesidad de las materias primas requeridas para la construcción y para su transporte.
Los Juegos que la capital japonesa acogerá en menos de dos años contarán con 43 sedes: ocho son nuevas, 25 existentes y 10 temporales.
Sin adoptar medidas, las emisiones de dióxido de carbono en los Juegos se estiman en 3.01 millones de toneladas, pero sólo el plan de reutilizar instalaciones permitirá reducir unas 80,000 toneladas, según cálculos de la organización, que tiene previsto publicar, “en un futuro cercano”, un informe de sustentabilidad más completo.
Tokio 2020 también quiere hacer un uso efectivo de los recursos hídricos, a través de métodos como la utilización de agua de lluvia en los centros de competición, y ha lanzado una innovadora campaña para poner en pie la villa de los atletas, la operación BATON.
A través de esta iniciativa, la plaza de la villa olímpica se construirá con madera procedente de 62 municipios de Japón que, una vez terminada la cita deportiva, se devolverá para reutilizarla.
La organización aspira, además, a que prácticamente todos los objetos y bienes usados durante los Juegos procedan del reciclaje, estrategia en la que se engloba uno de sus proyectos más ambiciosos, la fabricación de las medallas olímpicas con metales reciclados.
Hasta junio de este año, las autoridades del país asiático habían recogido aproximadamente 26,300 toneladas de pequeños dispositivos electrónicos de los que se han extraído con éxito el oro y el bronce necesarios para las 5,000 medallas que se repartirán en los Juegos, pero las reservas de plata todavía no son suficientes.
“Las medallas de oro se fabrican realmente con plata chapada en oro, por lo que la plata total requerida para las medallas de oro y plata equivale alrededor de dos tercios del metal total requerido, una cantidad significativa”, explica la organización, que revelará las cantidades precisas de cada material extraído cuando se complete el proceso de refinamiento.
Según cifras del Ministerio de Medioambiente, se necesitan 40 kilos de oro, 4,900 de plata y 3,000 de bronce para los emblemas.
Tokio 2020 quiere seguir recogiendo teléfonos celulares usados y ampliar a otros aparatos que contienen metales preciosos, como ordenadores.
Entre otras iniciativas que pretenden dejar un buen legado para la ciudad está la recuperación de zonas verdes pérdidas durante su urbanización y que ayudarían a paliar otro de los grandes problemas a los que se enfrenta Tokio 2020: las altas temperaturas que se esperan durante su celebración entre el 24 de julio y el 9 de agosto.