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Llega el frío, y es oportuno revisar enfermedades respiratorias como el asma
Es la enfermedad respiratoria crónica en la infancia más frecuente. Aunque las tasas de mortalidad han disminuido, todavía se producen muertes por asma, en cuyo tratamiento se observa dependencia excesiva de medicamentos de alivio, en lugar del uso de medicamentos preventivos para el manejo apropiado de la enfermedad, comparte el neumólogo Marco Polo Macías.

Marco Polo Macías, especialista en neumología y alta especialidad en endoscopía torácica. Foto EE: Cortesía
En los pacientes con asma hay muchos factores interesantes para que se manifieste la enfermedad de manera más clara; son susceptibles a muchos estímulos y más cuando se trata de un asma no controlada, por ejemplo, el ambiente y la temperatura detonan crisis y síntomas, y ahora que justo inicia el otoño, caracterizado por el descenso de temperaturas y vientos que soplan con mayor fuerza, esto combinado con niños que ya se encuentran en la escuela con un ambiente propicio, pues no todos los salones tienen la ventilación adecuada y la convivencia que genera una máquina de virus, lo convierten en un momento importante para poner atención en el tema y en su caso, acudir al médico.
El asma es una afección en la que las vías respiratorias de una persona se inflaman, estrechan y producen mayores cantidades de mucosa de lo normal, lo que dificulta la respiración.
De acuerdo con el doctor Marco Polo Macías, especialista en neumología y alta especialidad en endoscopía torácica, el asma sigue siendo una enfermedad muy importante, “estamos hablando de la enfermedad respiratoria crónica en la infancia más frecuente. Esto es algo que debería tener gran impacto y sobre todo consciencia entre la ciudadanía y la salud pública”.
En contraparte, hoy hay muy pocos pacientes que están diagnosticados adecuadamente. Al revisar los números, 339 millones de personas padecen asma a nivel mundial 150 decesos se registran a diario por esta enfermedad. En México, entre 6% y 9% de los niños y adolescentes presentan síntomas de asma y están diagnosticados, aunque el 60% considera tener bien controlada la enfermedad, sólo 8% cumple efectivamente con los criterios de asma controlada.
El problema es que “nos enfrentamos a estas enfermedades donde existen diversos factores que afectan el tema del diagnóstico”, explica el Dr. Macías, “penosamente uno de ellos es la falta de entrenamiento por parte de los médicos para poder identificar estos potenciales casos”, dijo que frecuentemente se ven niños con síntomas respiratorios recurrentes, que se la pasan en el consultorio con faringitis, infección y otras características que llevan a los niños al consultorio cada mes.
Muchos de los pacientes que pueden desarrollar asma pueden iniciar incluso con problemas de conjuntivitis, rinitis alérgica o incluso gastrointestinales o silbidos en el pecho, “todo esto no es normal y los padres de familia pueden sospechar e incluso sugerirlo al pediatra”.
Otro es el tema de las herramientas diagnósticas, “hoy sabemos que el uso de diagnósticos de medición pulmonar, como la espirometría, es un estudio fundamental para poder establecer el diagnóstico del paciente, desafortunadamente ni es tan conocido, ni está disponible en todos lados, estos son factores combinados que hace que nos enfrentemos a una prevalencia de subdiagnóstico muy alta.
El especialista asegura que lamentablemente en muchos de los casos la enfermedad además es subestimada, “se ve como algo aparentemente normal y las personas viven con los síntomas y limitaciones”.
Es una enfermedad que la gran mayoría no están tratando y solo se usan medicamentos de rescate, eso es algo que no debe suceder, el rescatador, como su nombre lo dice, sirve en momentos de crisis y no logra el control de la enfermedad. Se necesita un tratamiento de base como cualquier otra enfermedad crónica, es decir, un tratamiento proactivo del asma, de dosificación fija”.
¿Es posible el control de una enfermedad crónica como el asma?
Macías explica que el paciente asmático tradicionalmente lo encasillan a un paciente que no puede hacer nada, se le prohíben viajes, actividades, deportes “y esto no debe de ser, el paciente asmático debe tener toda la capacidad y competencia de hacer cualquier cosa como el paciente no asmático, la clave es el adecuado tratamiento”.
Dijo que afortunadamente con los años conocemos más de la enfermedad, sabemos que existen diferentes necesidades para los pacientes. Para algunas personas será suficiente un solo medicamento inhalado, pero otros requerirán tres o cuatro medicamentos y gracias a lo que hoy conocemos y a los biomarcadores ( medidas en sangre, pruebas de funcionamiento pulmonar, pruebas de fracción exhalada de ácido nítrico) podemos caracterizar muy bien al paciente y darle un tratamiento personalizado.
A grandes rasgos el tratamiento más popular, con una eficacia del 80% para lograr el control de la enfermedad es la combinación de un antiinflamatorio (esteroide inhalado), con un broncodilatador de larga acción, “esta asociación resulta muy conveniente porque por un lado se ataca el problema base que es la inflamación, y por otro lado la obstrucción de la vía aérea. Esto ya se encuentra en un solo dispositivo con dosis fija”.
El especialista concluye que tener una crisis es arriesgarnos, despertar con síntomas en la madrugada, tener que salir corriendo a urgencias, tal vez tener que hospitalizar y llegar a una terapia intensiva, esto no es aceptable, pues normalmente hablamos de personas jóvenes y productivas, donde enlaces poco convenientes pudieron haberse prevenido simplemente con un tratamiento de mantenimiento y una buena supervisión como cualquier enfermedad crónica, la clave es la adherencia y este es un momento oportuno para llevar el mensaje.
kg