Buscar
Arte e Ideas

Lectura 5:00 min

La historia de Irena Sendler, un canto de esperanza y resiliencia

“En este momento todos necesitamos un canto de esperanza, y este lo es”, asegura Fanny Sarfati para definir El ángel de Varsovia, la obra que estrenó la noche de este jueves en el Foro Shakespeare
 

main image

Foto EE: Eric Lugo

J. Francisco De Anda Corral

Tras el telón, la guerra, el gueto, el holocausto. Es Fanny Sarfati llenando “responsablemente” todo el escenario en un monólogo vibrante, conmovedor, regocijante por la historia que cuenta, con variaciones de voz y tesituras, a veces como el susurro de un alma aproximándose a la última milla, otras con el alarido del dolor de la tortura y muchas más con el rostro desencajado por el olor a muerte que transita las calles de Varsovia.

A través de su voz van desfilando los personajes que cuentan desde la historia de Irena Sendler el horror del holocausto en Polonia: Irena que reza un Avemaría en polaco; un militar alemán lanzando órdenes a los prisioneros del gueto, una madre resignada que extiende sus brazos para depositar a su hijo en los de Irena, quien tratará de salvarlo de la muerte, mientras ella se queda en el umbral de su casa cubierta por el manto de la culpa y la incertidumbre, o la ingeniosa voz del chofer de la ambulancia, quien le propone a la “jefa” un ardid para burlar la inspección de las SS.

Sarfati se desplaza por el escenario con maestría. Proveniente del teatro en colectivo, confiesa que después de hacer el Balcón de Golda se enamoró del teatro unipersonal. “Me enamoré de la soledad del escenario, y de esa posibilidad adrenalínica de llenarlo, esa responsabilidad de llenarlo, de llegar a cada corazón”, nos dice.

En esta ocasión, Fanny nos ofrece en El ángel de Varsovia, dramaturgia de Tomás Urtusástegui y la dirección de Carlos Rangel, la conmovedora historia de Irena Sendlerowa, la enfermera polaca que salvó a miles de niños del horror del holocausto. Una mujer, ya en sus 90, encorvada, con piernas tambaleantes y apoyada en una andadera, narra desde el rincón de sus recuerdos la lección más importante que le ha dado la vida: resistir con alegría y vivir con esperanza.

“En este momento todos necesitamos un canto de esperanza, y este lo es”, asegura Fanny para definir la obra que estrenó la noche de este jueves en el Foro Shakespeare, donde hará una breve temporada todos los jueves hasta el 9 de diciembre, para luego ir a Monterrey, Chile y Panamá.

En el oscuro entorno de la ocupación nazi, la guerra lo ocupa todo en el gueto (como en la pandemia), y el miedo de la muerte nos repliega, nos confina a nuestro propio gueto que son las paredes de nuestra casa y de nuestro egoísmo, hasta que nos damos cuenta de que un día tenemos que salir. “Tenemos que salir a vivir, a abrazarnos, a leer poesía con los amigos, a volver a dar un beso”.

“Lo más democrático que nos ha pasado es tener que encerrarnos todos en nuestras madrigueras; el encierro, las ausencias que han sido muchas, las pérdidas humanas que todo mundo hemos tenido en esta época tan difícil, todas estas cosas que nos están pasando hoy le han dado un sentido profundo a la historia de Irena, de modo que esta historia situada en la Segunda Guerra Mundial viene cargada de esta emoción y de esta tragedia que está viviendo la humanidad y que aún no terminamos de vivir”, reflexiona la actriz, a quien la historia le toca profundamente a nivel personal, ontológico y profesional, asegura.

Para Fanny Sarfati el teatro es resiliencia. Durante la pandemia perdió a su madre; a Tomás Urtusástegui, el guionista y dramaturgo de la obra que ahora interpreta; a Lorenzo González Letechipia, un director con quien trabajó anteriormente. “Por tristezas no paramos”, -dice. “El arte me ayuda a sublimarlas y a ponerlas al servicio de la obra, al servicio del mensaje”.

En una escena estrujante, Irena se reprocha de que el dolor, la pérdida y la muerte se ciernan sobre sus familiares y amigos sin que a ella le pase nada. “La peor parte es ver morir a los tuyos sin que a ti te suceda nada”, reflexiona la actriz.

¿Cómo reír a carcajadas cuando el dolor y la muerte están a tu alrededor, con la fatídica sensación de que hay tantos que sufren porque les pasa tanto y a ti no te pasa nada? -se plantea Irena, con una voz que proviene de un vientre profundo.

Como chispas de chocolate sobre un pan ácimo, la ironía, el sarcasmo, el humor negro confitan la puesta en escena, y lo logra, hacer reír, no a carcajadas pero lo logra. Devuelve la confianza en la humanidad. Le canta a la esperanza. Acaricia el alma.

¿Quien fue Irena Sendler?

Irena Krzyzanowska (1910-2008), su nombre de nacimiento, fue una enfermera y trabajadora social polaca; durante la Segunda Guerra Mundial ayudó y salvó a más de 2,500 niños judíos del Gueto de Varsovia. Fue candidata al Premio Nobel de la Paz en 2007, reconocida como Justa entre las Naciones, distinción oficial otorgada por Yad Vashem a no-judíos que arriesgaron su vida para salvar judíos durante el Holocausto. El gobierno de Polonia le otorgó la más alta distinción civil al ser nombrada Dama de la Orden del Águila Blanca.

El Ángel de Varsovia

Dramaturgia: Tomás Urtusástegui

Dirección: Carlos Rangel

Elenco: Fanny Sarfati

Dónde: Foro Shakespeare, Zamora 9, Condesa CDMX

Horario: Todos los jueves de noviembre hasta el 9 de diciembre a las 20:00

Entrada general: $350. En taquilla y la página del Foro Shakespeare

--

 

J. Francisco De Anda Corral

Editor de Arte, Ideas y Gente en El Economista. Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestro en Filosofía Social, por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). Especialista en temas de arqueología, antropología, patrimonio cultural, religiones y responsabilidad social. Colaboró anteriormente en Público-Milenio, Radio Universidad de Guadalajara y Radio Metrópoli, en Guadalajara.

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí
tracking reference image

Últimas noticias

Noticias Recomendadas

Suscríbete