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INBAL suspende la renta de Bellas Artes para eventos privados
Músicos piden la renuncia de funcionarias.

Foto EE: Patricia Ortega
El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) ratificó su versión de que el evento religioso El Guardián del Espejo, organizado en honor del apóstol Naasón Joaquín, líder de la iglesia La Luz del Mundo, los agarró por sorpresa, como reveló en entrevista con El Economista la gerente de Bellas Artes, Silvia Carreño.
Se deslindó de su responsabilidad al referir que este procedimiento y la documentación correspondiente están en revisión del Órgano Interno de Control, dependiente de la Secretaría de la Función Pública, y que será esta instancia la que determine si existieron irregularidades u omisiones, así como las medidas administrativas o legales a tomar, de ser necesario.
En un comunicado oficial, la dependencia cultural aseguró que se fortalecerán protocolos y mecanismos de programación y difusión del uso artístico pero que, por lo pronto quedan suspendidos nuevos eventos de carácter privado.
La protesta en el recinto
Piezas de Antonín Dvorak sonaron las noches del viernes 17 y domingo 19 de mayo bajo la dirección artística de Carlos Miguel Prieto, en la primera función de la temporada de la Orquesta Sinfónica de Bellas Artes.
Sin embargo, el aplauso inusitado fue para la protesta que protagonizaron los músicos: en la sala principal del recinto desplegaron una pancarta donde se leía: “Rechazamos el ilegal, abusivo y doloso uso del Palacio de Bellas Artes para la realización de eventos privados de carácter religioso, disfrazados de presentación operística”.
Se referían al concierto de tipo religioso que se montó en el “máximo recinto cultural”, el pasado 15 de mayo en honor a Naasón Joaquín García, líder espiritual de la iglesia cristiana La Luz del Mundo.
Piden renuncias
Dos fueron las demandas de los integrantes del Coro de Bellas de Artes, de la Orquesta Sinfónica y de otras agrupaciones artísticas: las destituciones de la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, y de la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, Lucina Jiménez, por haber permitido el citado evento.
De acuerdo con información oficial, por el uso del recinto se pagó un arriendo de 185,413 pesos a solicitud del senador Rogelio Israel Zamora, miembro del Partido Verde y de la Luz del Mundo, comunión que lidera Naasón Joaquín, a quien incluso le abrieron un balcón del Palacio para que saludara a la multitud congregada en las inmediaciones de Bellas Artes que acudió a ver el concierto en una pantalla gigante y a festejar el cumpleaños número 50 de su máximo jerarca.
“Rechazamos el abuso del cual ha sido una vez más objeto el Palacio de Bellas Artes, nuestro máximo recinto cultural en México, esta vez con la tramposa presentación con visos de proselitismo religioso disfrazado de concierto operístico”, pronunciaron integrantes de la Orquesta Filarmónica Nacional. Los aplausos sonaron en la sala.
Algunos de los grupos artísticos del INBAL que participaron en este acto de protesta fueron la Compañía Nacional de Danza, el Coro de Madrigalistas, la Compañía Nacional de Teatro, la Orquesta de Cámara de Bellas Artes, la Orquesta Sinfónica Nacional, la Ópera de Bellas Artes, los Solistas Ensamble del INBA y los Concertistas de Bellas Artes.
Los artistas señalaron incluso que un día antes y el mismo día del citado concierto les fue negado el acceso al palacio para realizar sus ensayos, alegando un fallo eléctrico, lo cierto es que se trataba de los preparativos para la renta del inmueble, catalogado como patrimonio artístico de la nación y definido como un espacio laico, libre de cualquier escuela de pensamiento religioso, señalaron.
Uso indebido con aval político
En su momento, el antropólogo Bolfy Cottom, especialista en legislación cultural, había declarado a El Economista que se trataba de “uso indebido de un espacio público”; sin embargo, al evento exclusivo del líder religioso, organizado desde el Poder Legislativo, asistieron el diputado Sergio Mayer Bretón, presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados, y el senador Martí Batres Guadarrama.