Buscar
Arte e Ideas

Lectura 4:00 min

Hachiko, bella y conmovedora

La cinta "Hachiko. Siempre a tu lado" protagonizada por Richard Gere promete robarle el corazón y más de una lágrima.

main image

Quien no llore con esta película es porque no tiene corazón , dijo recientemente el actor estadounidense Richard Gere en una entrevista con motivo del estreno de "Hachiko. Siempre a tu lado", película de Lasse Hallström que se estrena el día de hoy en nuestro país y que promete robarle el corazón y más de una lágrima.

Las palabras del defensor y promotor de la cultura del Tibet resultan provocadoras pero, creemos, obedecen, más que a un gesto de pedantería, a la seguridad contundente de quien conoce los efectos que esta película puede provocar.

"Hachiko" es una película bella, bien trabajada, con secuencias sencillas pero brillantes, un profundo lenguaje visual en que los gestos dicen más que las palabras y con un fondo de postales maravillosas acompañadas por la voz melancólica de un piano dulce y delicado, una película que interpreta de forma poética la mirada siempre fiel y sincera del más noble de los animales.

Basada en una historia real ocurrida en Japón en la década de los 30 del siglo XX, Siempre a tu lado traslada dicha historia a los inicios del siglo XXI y cuenta la vida de Hachi (que significa ocho en japonés, el número de la suerte), un perro akita (raza de perros histórica en Japón que, según la leyenda, significó la primera sociedad entre el hombre y los animales) quien siendo un recién nacido es enviado desde un monasterio budista en Japón a los Estados Unidos.

Hachi se pierde en el camino y por casualidad (o más bien por causalidad) un profesor de artes de apellido Parker (Gere) se lo encuentra en una estación de trenes (o Hachi es quien lo encuentra a él) y viéndolo solo e indefenso al caer la noche decide llevarlo a casa con la idea de buscarle hogar al día siguiente cosa que no ocurrirá pues Hachi ya lo ha escogido .

Parker imparte clases de artes en una Universidad y Hachi lo acompaña todos los días hasta la estación del tren, y lo espera ahí mismo a las cinco de la tarde, hora en que el profesor regresa. Durante años siguen la misma rutina hasta que un día Parker ya no vuelve: sufre un infarto mientras imparte una clase y muere.

La lealtad de Hachi lo hará seguir esperándolo en el mismo lugar todos los días durante 10 años más.

Esa es la historia. La riqueza de esta película radica en la manera en que está contada y en el talento del director, quien logró capturar en el rostro de un perro los gestos precisos para que entendamos sus emociones, su amor, su tristeza, su cansancio y su valentía sin ninguna especie de recurso digital y tecnológico de por medio. Mientras la película avanza todos queremos tener un perro como Hachi.

Lloramos, nos parece imposible no hacerlo (a menos que usted diga lo contrario), pero lo hacemos porque esa película nos habla del paso del tiempo y de su impacto en nuestras vidas, nos habla de lo que vivimos y que siempre estará ahí, de lo que dejamos a cada paso y de lo que fuimos y de lo que pudimos ser.

Una historia real

Hachiko nació en noviembre de 1923 en la provincia de Akita, al norte de Japón. El profesor Eisaburo Ueno lo llevó a su hogar, cerca de la estación Shibuya.  Hachiko dejaba la casa todas las mañanas con el profesor y caminaba junto a él hasta la estación Shibuya. 

La lealtad demostrada por Hachiko tuvo un efecto entre los pobladores, que lo convirtieron en un héroe. En el mes de abril de 1934 contrataron a un famoso escultor para que realizara una estatua en honor a Hachiko.

La estatua de bronce -ya desaparecida- fue colocada enfrente de la estación. El 7 de marzo de 1935 Hachiko falleció al pie de su estatua.

Únete infórmate descubre

Suscríbete a nuestros
Newsletters

Ve a nuestros Newslettersregístrate aquí
tracking reference image

Últimas noticias

Noticias Recomendadas

Suscríbete