Lectura 5:00 min
Dobet Gnahoré, toda la riqueza musical de África, en el Cervantino
Su música mezcla sonidos, rituales y lenguas de toda África, por eso se ha vuelto difícil de clasificar, pero se ha consolidado como una embajadora de su cultura y será una de las figuras centrales del festival.

La artista marfileña conversa desde Francia con El Economista y adelanta lo que será un verdadero suceso en el Festival Cervantino. Fotos: Cortesía
Me gusta ser parte de esos artistas libres que, sin embargo, poco a poco se van ganando la visibilidad. Me gusta la libertad y eso me hace difícil de clasificar”.
Dobet Gnahoré, compositora y cantante marfileña.
Se aproxima la edición 52ª del Festival Internacional Cervantino (FIC), en Guanajuato, y con ella el cierre de una administración.
Además del foco especial sobre Brasil y Oaxaca como país y estado Invitados de Honor de la ocasión, el FIC tendrá en su programación algunas joyas provenientes de todo el mundo, embajadoras de sus culturas que se subirán a los distintos escenarios de la llamada ‘Fiesta del espíritu’.
Es el caso de la compositora y cantante marfileña Dobet Gnahoré, quien presentará al público asistente una auténtica diversidad de ritmos africanos, de lenguas, de fusiones entre lo tradicional y lo contemporáneo, con un toque de ritmos occidentales, y lo hará sobre el escenario principal del magno evento, la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas, el próximo domingo 13 de octubre.
En 2010, Dobet Gnahoré (Costa de Marfil, 1982) se convirtió en la segunda artista no estadounidense en ganar el Premio Grammy a la Mejor Interpretación Urbana o Alternativa, después de que lo hiciera Damian Marley en 2006, cuando este galardón había sido entregado a figuras como Outkast, Gnarls Barkley, Lupe Fiasco, Will.i.am o CeeLo Green.
Un reencuentro con México
El Economista conversa con la compositora y cantante en vísperas de su presencia en nuestro país, donde a lo largo de aproximadamente una hora y 45 minutos, la artista y sus músicos presentarán su reciente álbum Zouzou, cuyo título significa ángel o espíritu, además de los temas que le han abierto las puertas de grandes escenarios.
“Viajé a México por primera vez hace como 15 años. En aquella ocasión estaba promocionando mi espectáculo ‘Ano Neko’ como parte de un tour por América Latina. Después volví a México con un nuevo espectáculo, hace como 10 años. Pero hoy estoy muy contenta de volver porque he conservado un excelente recuerdo de México. Y debo adelantar que el que haremos es un viaje enorme para un solo espectáculo y por supuesto que es una suerte podernos presentar en el escenario del Cervantino”, comenta la intérprete en enlace desde Francia, donde reside.
Para acompañar a la marfileña sobre el escenario, a México viajarán cinco personas, su ingeniero de sonido, el guitarrista, el bajista, un baterista y Dobet, que se hace cargo de las percusiones, la danza y la voz.
Una revolución de la música
Para su creación musical, Dobet Gnahoré abreva no solamente de los géneros locales de su país de origen, sino que recurre a ritmos, estilos e incluso lenguas de toda África. Se enriquece, por ejemplo, de la rumba congolesa y de las melodías mandingas, propias de países como Costa de Marfil, Burkina Faso, Senegal o Mali; así como el bikutsi camerunés, cuya danza solía bailarse por las mujeres de Camerún con el fin de curar las dolencias o apaciguar el dolor por la pérdida de un ser querido. También se incluyen los coros zulúes, propios del sur del continente africano, e incluso el highlife de Ghana, un ritmo surgido en la década de los 60 como una mezcla entre jazz, el acompañamiento de múltiples guitarras e incluso sintetizadores.
En otras palabras, la artista marfileña trae consigo una rica selección de la música africana, además, hablada en lenguas como el bété, fon, baoule, lingala, malinke, mina y bambara. Todo ello la ha convertido en una embajadora de su continente ante el mundo.
“Pero abrirse paso no ha sido fácil y sigue sin ser fácil. A veces cuesta más trabajo porque el público no puede clasificarme. Pero a mí no me gustan las clasificaciones, me gusta más la libertad creativa y musical. Incluso en África hay dificultades para aceptar que alguien se atreva a tomar elementos de la música urbana, de la clásica, la tradicional o la contemporánea y, además, integre nuevos elementos de invención propia. Todo esto hace un poco más complicado que la gente termine adoptando mi música, aunque terminan por hacerlo, y eso es gracias a la fuerza que impregnamos al espectáculo”, declara la cantante.
“El conflicto dejó cicatrices”
En 1999, poco después de que Dobet decidió emigrar a Francia, en Costa de Marfil comenzaron abruptos cambios políticos que dividieron a la población en la región sur y la región norte, principalmente por motivos religiosos. En los años siguientes, esto derivó en un golpe de Estado y al menos dos guerras civiles con consecuencias funestas contadas por cientos y decenas de miles de desplazados.
Los conflictos no pudieron amainar sino hasta entrada la segunda década del siglo XXI.
“Todo lo que sucedió en mi país me dolió mucho, me hirió. El conflicto dejó cicatrices importantes en la memoria de la gente. Nada más ayer me encontré en la calle con una persona de Costa de Marfil y él me preguntó: ‘¿bueno, pero exactamente de qué parte eres, del norte o del sur?’, y yo le respondí que soy marfileña únicamente, que con eso era suficiente. El que me preguntara exactamente de qué región soy, como si todavía estuviéramos en guerra, me lastimó”.
De ahí que su lucha por unificar culturas históricamente hermanadas, lenguas y ritmos no sea únicamente una convicción artística sino política ante los ojos del mundo. Y la tendremos en el escenario cervantino.
En el Cervantino:
- Dobet Gnahoré
- Costa de Marfil
- Domingo 13 de octubre
- Explanada de la Alhóndiga de Granaditas
- 20:00 horas
Información sobre el Cervantino
Con la Guelaguetza arrancará el Cervantino 2024
