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Del pastelazo al tráfico de antigüedades, los escándalos en el Museo del Louvre
Uno de los recintos expositivos de mayor convocatoria en el mundo no está exento de sucesos extraños alrededor de su arte. Uno de ellos provocó el aumento en la popularidad de “La Gioconda” hace más de un siglo hasta convertirla en el fenómeno que es hoy en día.

Foto EE: Cortesía Twitter
Este domingo, una serie de videos dieron la vuelta al mundo en un instante mostrando el pastelazo propinado al cristal que resguarda una de las obras maestras del pintor renacentista Leonardo da Vinci, “La Gioconda”, mejor conocida como la Mona Lisa, por un visitante disfrazado como una persona de la tercera edad y en silla de ruedas, quien, después de perpetuar el acto ante el ya acostumbrado tumulto que se reúne alrededor de este óleo pintado a principios del siglo XVI, vociferó una proclama por la defensa del medio ambiente.
“Quizás esto solamente a mí me parezca una locura, pero un hombre vestido como una anciana saltó de una silla de ruedas e intentó romper el vidrio a prueba de balas de la Mona Lisa y luego procedió a embarrar un pastel en el cristal y arrojó rosas por todo el lugar antes de salir escoltado por seguridad”, escribió un usuario de Twitter presente en el momento del acto.
En los videos que se han difundido, se observa al personal del famoso recinto parisino tratando de limpiar la crema del pastel mientras las decenas de visitantes se arremolinan con celular en la mano, captando el momento.
En otro video, se observa al perpetrador mientras es acompañado por el personal de seguridad y dice en francés: “piensen en la Tierra, piensen en la Tierra, hay gente destruyendo el planeta, piénsenlo. Todos los artistas dicen que debemos de pensar en la Tierra y por eso hice esto”.
Tráfico ilícito de patrimonio
Pero este no es el único escándalo que ha sucedido en las últimas semanas en torno a uno de los museos más icónicos de Francia y el mundo.
La semana pasada, trascendió que el otrora director del Museo del Louvre (2013-2021) Jean-Luc Martinez, arqueólogo e historiador de arte, fue acusado de presunto lavado de dinero y complicidad con una banda dedicada al tráfico de antigüedades.
De acuerdo con el diario francés Le Monde, Martinez fue detenido el pasado 23 de mayo en la Oficina Central de Lucha contra el Tráfico de Bienes Culturales, en París, pero fue puesto en libertad aunque bajo vigilancia judicial.
Además de este, según informa el diario galo, fueron detenidos dos egiptólogos franceses que gozaban de gran reputación, uno de ellos conservador del Departamento de Antigüedades Egipcias del Louvre.
Entre los actos que se investigan está la presunta producción de documentos falsos para justificar el origen legítimo de una serie de piezas robadas de países de Medio Oriente durante los conflictos de la Primavera Árabe.
Una de las piezas que están en el centro de las investigaciones es una estela de granito rosa de un 1.7 metros de largo que lleva grabado el nombre del faraón Tutankamón, mismo que se exhibe actualmente en el Museo del Louvre en Abu Dhabi. De acuerdo con las versiones extraoficiales, Martinez “se hizo de la vista gorda” ante la presentación de documentación presuntamente falsa sobre la procedencia de esta pieza valuada en aproximadamente 15.2 millones de euros.
El robo que la hizo famosa
Las ocasiones en las que el Museo del Louvre ha sido la comidilla por las polémicas que suceden a su alrededor alcanzarían para un libro de considerable grosor.
Uno de los momentos estelares y escandalosos del Louvre también le sucedió a la Mona Lisa, pero aconteció hace más de un siglo, precisamente el lunes 21 de agosto de 1911, cuando el recinto estaba cerrado.
Un individuo de nombre Vincenzo Peruggia ingresó al recinto parisino, tomó la pieza maestra y salió con ella sin tener que burlar mayor impedimento. Entonces la seguridad era mínima. No fue sino hasta el día siguiente que las autoridades se percataron del hurto.
La pieza permaneció desaparecida por más de dos años, hasta que finalmente reapareció en diciembre de 1913, cuando Peruggia fue capturado después de ofrecerla a un anticuario en la ciudad italiana de Florencia.
La atención mediática mundial que recibió el suceso, según cuentan los historiadores de arte, ayudó a catapultar la fama de la pieza e incluso impulsó mitos alrededor de ella, puesto que antes del suceso, el óleo de Da Vinci era uno más dentro de las galerías de exposición del Louvre. El hecho también disparó diversas especulaciones sobre la autenticidad de la pieza que actualmente está protegida detrás de un cristal antibalas.
Carteristas al acecho
En el 2013, una parte cuantiosa de los empleados de Louvre se declaró en huelga en protesta por la creciente inseguridad al interior y afuera del recinto, puesto que argumentaron que tanto ellos como los visitantes eran víctimas cada vez más constantes de la delincuencia.
En aquella ocasión un centenar de trabajadores del recinto se apostó frente al Ministerio de Cultura de Francia para exigir una mayor vigilancia no solo al interior sino en las inmediaciones del museo, ya que acusaban que estos actos de robo eran “cada vez más violentos” y las víctimas habían recibido incluso “escupitajos, golpes, insultos y amenazas”.