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Ana Ripoll narra romance fantasmagórico
La escritora española logra con El mundo de las sombras una novela convincente y difícil de soltar.

Es inevitable: El mundo de las sombras, de Ana Ripoll, primera parte de la trilogía Los Incorpóreos será considerado como la contraparte fantasmal de esa ola que podemos llamar de la ola literatura vampírico romántica .
Pero fuera o no la intención de la autora española apropiarse, con sus variantes, de un estilo y una moda, eso no hace que la novela sea aburrida o predecible bueno, un poco, pero no demasiado.
El mundo de las sombras ha tenido éxito, por lo pronto, en su país de origen y después de leerlo no cuesta mucho trabajo predecir que algo similar sucederá ahora que llega a México y el resto de Latinoamérica.
Porque hay que admitirlo, Ripoll consiguió hacer una de esas novelas que una vez comenzada y pasadas unas cuantas páginas, no hay forma de soltarla.
Del romance a la cosmogonía
Puede parecer que teniendo el molde de los vampiros sedientos de sangre y hambrientos de amor, Ripoll tenía el camino por lo menos vislumbrado. Pero la verdad es que los fantasmas, por su naturaleza inaprensible, eran un poco más difíciles de abordar.
Ripoll hace el esfuerzo y en el camino se ve obligada a generar toda una cosmogonía para explicar la existencia de unos seres que a ratos tienen cuerpo (ey, un romance sin carne es poco creíble) y a ratos no que existen tanto en el más allá como en el acá y ahora. Y la verdad es que lo hace bien, construye un esquema que no por fantasioso resulta incoherente.
Perséfone tiene una vida normal y ordenada. Es huérfana de madre desde muy joven; se va del hogar paterno, en provincia, y busca su propio camino en Madrid. En poco tiempo, su vida se ordena y transcurre en una forma rutinaria hasta que una serie de casualidades la llevan a Nueva York, donde da inició un metafórico vendaval que lo lanza todo contra la pared en la vida de Perséfone.
Entonces lo vi. Era demoledoramente guapo Sí, Ripoll no se hace tonta: es una novela romántica que se permite rondar la cursilería más de una vez. Pero la complicada relación entre Perséfone y Gabriel (el guapísimo), si bien es el hilo conductor, no es el meollo de la trama.
De hecho, por momentos, Gabriel parece ser sólo un pretexto para que Perséfone descubra los misterios de la existencia después de la muerte, y de su propio y aterrador destino, aunque, claro, de pronto basta una sonrisa de él para que el mundo se ordene en torno a lo que realmente importa ¿O no?
Quizá no sea la gran novela del 2011 y quizá no tenga el éxito de los vampiros jariosos, pero de que El mundo de las sombras resulta entretenida no cabe duda.
Los Incorpóreos I. El mundo de las sombras
Autora: Ana Ripoll
Editorial: Siruela
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